Una de las cosas que más me ha gustado del XVII Festival Cultural de Nayarit en Acaponeta es la asistencia a casi todos los eventos del Presidente Municipal, Dr. Saulo Lora Aguilar, pues eso demuestra que su interés en la cultura no es de “dientes para afuera” como se dice coloquialmente. Esta actitud que no veíamos hace muchos trienios, nos complace a los verdaderamente preocupados por el futuro cultural. Lo vi por supuesto en la inauguración del festival, en el brindis en honor de la reina, en el concierto de la orquesta de cuerdas, en el danzón en la plaza, en el homenaje a Alejandro Santiago en la casa de Vladimir Cora, en el reconocimiento que le hicieron a artistas locales, en la presentación del libro de Berta Taracena, en el encuentro de poetas y en general en todos los actos del festival. Eso me parece bien y acerca a los gobernantes con su pueblo; de ahí que me parece intrascendente e injustificable que algunas personas locales vean mal que el Congreso de Nayarit se traslade a Acaponeta por unas horas, en un acto que me parece más democrático que el aventar cacayacas al aire por nimiedades. Yo puedo asegurar que esta iniciativa no tuvo más padre que el diputado Roberto Contreras Cantabrana, que aprovechando el marco que conforma un festival de la cultura, quiso traer, si acaso eso fuera legalmente posible, una sesión del Congreso a este pueblo. Lo demás es lo de menos y recuerden señores diputados que la política también es cultura.
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