Siempre es el momento oportuno para dejar un espíritu fortalecido con la convicción de que siendo mujeres, se pueden escalar las cumbres que sueñen, igual que cualquier hombre.
Cuando una decide seguir un camino, persiguiendo una meta, probablemente tenga la visión de que es cuesta arriba. Se dice cuesta arriba porque es más difícil hacer esto que caminar una llanura, por lo tanto estamos considerando pesado, arduo, difícil el logro de esa meta. Es cuestión de perspectiva, veamos el mismo camino como una llanura, caminémosla poniendo un pie después del otro, igual que al subir, cada vez un paso, recuérdalo, cada vez un paso, aunque te tambalees y retrocedas un poco, siempre, lo siguiente es, dar otro paso adelante.
En realidad, cuando nos trazamos una meta, es porque nos sentimos con las capacidades que se ocupan para logarlo. No es igual la sensación de llegar hasta donde se nos atraviesa un problema, que mirar hacia atrás, y comprobar como hemos sido fuertes para triunfar, para resolver cada obstáculo. Si lo primero nos puede causar temor, lo segundo, nos da una gran sensación de fortaleza.
Cualquier momento es bueno para analizar todo lo que ya hemos vivido, y superado, cada una de nosotras.
Habemos tantas mujeres con infancias difíciles, de las que hemos salido con heridas, con debilidades, pero al mismo tiempo, hemos hecho de nosotras la fortaleza necesaria para sobrevivir y llegar a donde estamos. Piensa que cosas has tenido que pasar: las jovencitas, siempre protestamos por el rigor, la incomprensión de los padres. Siempre lo vemos igual, siempre queremos más libertad, habemos espíritus así, pero entenderemos más pronto o más tarde, que ese rigor, esa disciplina impuesta, nos sirve; si no lo has entendido, un día lo harás.
Quizá pasamos por estrecheces económicas; si nunca hemos tenido suficiente dinero para cubrir nuestros antojos; solo nuestras necesidades quizá eso nos servirá de incentivo para trabajar por logra una mejor posición económica.
Cada una de nosotras, conoce aquello que le ha hecho falta, aquello por lo que ha sufrido, llámese amor, paz, tranquilidad, felicidad, dinero, no falta cosa que desear. Pero esas faltas, son lo que tenemos en nuestra lista de objetivos por cumplir.
Cada dificultad que hemos tenido, nos ha regalado una fortaleza; cada fortaleza reconocida, aumenta nuestra confianza.
Las mujeres, PODEMOS, tenemos la capacidad intelectual, el ánimo suficiente, la imaginación, la creatividad, el amor, para desear cosas, estructurarlas y llevarlas a cabo. Cuando tenemos una cosa decidida, pasará el tiempo, pero siempre iremos tras de ello, preparándonos, esperando los momentos oportunos, trabajando, quizá hasta posponiendo acciones, pero la meta, cuando consideremos que sigue siendo válida, seguirá ahí. Porque podemos, porque somos valiosas, porque somos seres humanos, y aplicamos todas nuestras virtudes, nuestros dones, para lograr aquello que cada una llama el éxito, y que cada una sabe cual logro es un éxito para ella, no para los observadores. Nunca, lo que valoramos, debe estar basado en lo que otros quieren, es uno, quien sabe lo que le es valioso. Porque otros puede ser que no estén de acuerdo con nuestro concepto de Éxito, de Triunfo, pero eso es secundario. Primero esta nuestra propia opinión. No busques satisfacer el deseo de otros, pues aunque lo consigas, te sentirás vacía. Toma concientemente la decisión del camino de tu vida, de tu concepto de logro, afiánzala en tu corazón y en tu mente, cuando ya este afianzada, cuando tu meta sea clara, tus acciones concientes e inconcientes te guiarán hacia allá, y un día comprobarás que ya lo has logrado, y darás gracias por ello. Entonces, no te olvides de darte un aplauso, para ti.
Hasta luego.
Cuando una decide seguir un camino, persiguiendo una meta, probablemente tenga la visión de que es cuesta arriba. Se dice cuesta arriba porque es más difícil hacer esto que caminar una llanura, por lo tanto estamos considerando pesado, arduo, difícil el logro de esa meta. Es cuestión de perspectiva, veamos el mismo camino como una llanura, caminémosla poniendo un pie después del otro, igual que al subir, cada vez un paso, recuérdalo, cada vez un paso, aunque te tambalees y retrocedas un poco, siempre, lo siguiente es, dar otro paso adelante.
En realidad, cuando nos trazamos una meta, es porque nos sentimos con las capacidades que se ocupan para logarlo. No es igual la sensación de llegar hasta donde se nos atraviesa un problema, que mirar hacia atrás, y comprobar como hemos sido fuertes para triunfar, para resolver cada obstáculo. Si lo primero nos puede causar temor, lo segundo, nos da una gran sensación de fortaleza.
Cualquier momento es bueno para analizar todo lo que ya hemos vivido, y superado, cada una de nosotras.
Habemos tantas mujeres con infancias difíciles, de las que hemos salido con heridas, con debilidades, pero al mismo tiempo, hemos hecho de nosotras la fortaleza necesaria para sobrevivir y llegar a donde estamos. Piensa que cosas has tenido que pasar: las jovencitas, siempre protestamos por el rigor, la incomprensión de los padres. Siempre lo vemos igual, siempre queremos más libertad, habemos espíritus así, pero entenderemos más pronto o más tarde, que ese rigor, esa disciplina impuesta, nos sirve; si no lo has entendido, un día lo harás.
Quizá pasamos por estrecheces económicas; si nunca hemos tenido suficiente dinero para cubrir nuestros antojos; solo nuestras necesidades quizá eso nos servirá de incentivo para trabajar por logra una mejor posición económica.
Cada una de nosotras, conoce aquello que le ha hecho falta, aquello por lo que ha sufrido, llámese amor, paz, tranquilidad, felicidad, dinero, no falta cosa que desear. Pero esas faltas, son lo que tenemos en nuestra lista de objetivos por cumplir.
Cada dificultad que hemos tenido, nos ha regalado una fortaleza; cada fortaleza reconocida, aumenta nuestra confianza.
Las mujeres, PODEMOS, tenemos la capacidad intelectual, el ánimo suficiente, la imaginación, la creatividad, el amor, para desear cosas, estructurarlas y llevarlas a cabo. Cuando tenemos una cosa decidida, pasará el tiempo, pero siempre iremos tras de ello, preparándonos, esperando los momentos oportunos, trabajando, quizá hasta posponiendo acciones, pero la meta, cuando consideremos que sigue siendo válida, seguirá ahí. Porque podemos, porque somos valiosas, porque somos seres humanos, y aplicamos todas nuestras virtudes, nuestros dones, para lograr aquello que cada una llama el éxito, y que cada una sabe cual logro es un éxito para ella, no para los observadores. Nunca, lo que valoramos, debe estar basado en lo que otros quieren, es uno, quien sabe lo que le es valioso. Porque otros puede ser que no estén de acuerdo con nuestro concepto de Éxito, de Triunfo, pero eso es secundario. Primero esta nuestra propia opinión. No busques satisfacer el deseo de otros, pues aunque lo consigas, te sentirás vacía. Toma concientemente la decisión del camino de tu vida, de tu concepto de logro, afiánzala en tu corazón y en tu mente, cuando ya este afianzada, cuando tu meta sea clara, tus acciones concientes e inconcientes te guiarán hacia allá, y un día comprobarás que ya lo has logrado, y darás gracias por ello. Entonces, no te olvides de darte un aplauso, para ti.
Hasta luego.
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