28 agosto 2010

MAMAR Y DAR TOPE

ESTE CURIOSO ARTÍCULO NOS LO COMPARTE EL AMIGO JOSÉ LUIS ESPINOSA JUÁREZ Y CON GUSTO LO SUBIMOS, ACLARANDO QUE SU AUTOR ES MANUEL AJENJO Y SE PUBLICÓ EN "EL ECONOMISTA" EL 29 DE JULIO DEL PRESENTE AÑO.


Por: Manuel Ajenjo

Al preguntarle a Manlio Fabio Beltrones sobre su probable candidatura a la Presidencia de la República, contestó: “Por eso se hacen pandos los becerros, porque los montan antes de tiempo”. ¿Los becerros se montan? ¿Para qué? Si acaso se montan los toros en los jaripeos o en los rodeos. El que un charro o un cowboy monte un becerro -toro menor de edad- es una especie de pederastia bovina. Pero la frase pronunciada por el senador Beltrones, el pasado domingo, es una más de las menciones zoológicas a las que son proclives los políticos mexicanos. He aquí un breve catálogo:
“Defenderé el peso como un perro”, pronunció José López Portillo al referirse a los rumores de una posible devaluación. El peso se devaluó y López Portillo resultó un perro faldero -obediente al tronar de dedos de sus hermanas Alicia y Margarita, su novia Rosa Luz y su última esposa Sasha Montenegro, la viuda de México, mantenerla nos cuesta a los mexicanos 119,461 pesos-.
El inefable Vicente Fox también se expresó en términos zoológicos. ¿Quién no se acuerda de su promesa de aplastar –con sus botas de vaquero montador de becerros- a las alimañas, tepocatas y víboras prietas? Ya instalado en el poder supimos que la fauna a la que se refería éramos los ciudadanos a los que nos aplastó no con sus botas, sino con su señora esposa y sus depredadores entrenados. “Zedillo no es capaz de sacar un perro de una milpa”, fue otra expresión animalística usada por la chachalaca –ave galliforme de la familia de los penelópidos- como lo llamó El Peje –pez dulceacuícola de la familia de los lepisosteidae (no confundir con el PT)- . Ya convertido en Presidente, Fox no sólo fue incapaz de sacar un perro de una milpa, sino que permitió que al sembradío lo invadiera la jauría.
Pero, sin duda, la frase de carácter zoológico más famosa de la política mexicana la pronunció el ingeniero Rubén Figueroa, siendo Gobernador de Guerrero, cuando al aludir a los posibles sucesores de Luis Echeverría manifestó: “La caballada está flaca”.
El concepto del “tapado”, atribuido al genial Abel Quezada, para designar al elegido por “el dedo del Señor” para sucederlo, tiene su origen en las peleas de gallos: un gallero elige y muestra a los asistentes al palenque un gallo totalmente cubierto con una capucha para que el público apueste en favor o en contra de él a ciegas.
El gallo contrincante está expuesto a la vista de todos. Los que le apuestan al gallo tapado se juegan un albur puesto que no lo conocen, éste puede ser muy bueno o muy malo. Hechas las apuestas, el gallero destapa a su gallo y lo suelta a pelear. Se dan casos que el gallo destapado es un bulto –hagan de cuenta como los boxeadores con los que se enfrentó Jorge Kawahgi en su meteórica carrera boxística-, razón por la que el gallero que lo destapa y suelta, apuesta por el contrario. Algo similar a esto pasó cuando Ernesto Zedillo destapó a Francisco Labastida, lo soltó a pelear a sabiendas que por sugerencia del gallero mayor -William Clinton- iba a ganar el gallo azul.
Para terminar esta introducción zoológica, se me ocurre un neologismo de raíz gallinácea: pollíticos, para designar a los políticos recién salidos del cascarón. Si usted desea saber quiénes pertenecen a esta especie avícola sólo tiene que consultar el directorio del gobierno federal.

De noche todos los becerros son pandos

La respuesta del sagaz Manlio Fabio, aplicada a su probable candidatura, de manera contextual la hace extensiva al ya –oficialmente- autodestapado Andrés Manuel López Obrador y, por supuesto, a su compañero de partido y precandidato a la Presidencia de la República, ensarapado, Enrique Peña Nieto.
“Las elecciones presidenciales están muy lejos aún”, dijo el Presidente de la Mesa Directiva del Senado, lo cual es verdad. Es un hecho que está anocheciendo y falta mucho para el amanecer del 2012, pero eso no obsta para que todos los aspirantes, unos abiertamente y otros de manera subrepticia, estén en plena precampaña -miente quien diga que no- con miras a obtener la candidatura presidencial en su respectivo partido.
El destape de López Obrador sólo confirma lo que todos sabemos: está en campaña desde julio del 2006. Y aunque dijo que en su momento el candidato de la izquierda sería el mejor posicionado, en su opinión ya se cumplió ese plazo y el mejor posicionado es él, dejando a Marcelo Ebrard en calidad de meteorólogo fallido. (Pronosticó fuertes lluvias en la ciudad para el domingo y apenas lloviznó. Donde sí cayó una tormenta fue en su milpa electoral).
Ante un repleto Zócalo –haiga sido como haiga sido, lo llenó- el máximo dirigente opositor del país expuso su ya conocido programa de gobierno y le bajó de tono a la beligerancia. Rectificó y ya no calificó de espurio a Felipe Calderón, tal vez pensando que en caso de ganar -serán muchos los obstáculos a vencer en dos años-, a querer o no, recibiría la Banda Presidencial de manos de Calderón. Sería ilógico que el espurio legitimara al, otra vez, legítimo ¿no creen?
Por lo que respecta a los becerros azules al ya pandeado Santiago Creel, se agregó Francisco Ramírez Acuña que sin rodeos –ni jaripeos- declaró: “Muero de ganas por ser Presidente de la República” y por si fuera poco aclaró: “No con este partido, sino con un nuevo PAN”. Con su confesión el señor Ramírez demostró que tiene tacto de elefante. Si a Fox –y por supuesto a la señora Marta- le cayó en el hígado la comida con la que don Francisco destapó a Felipe Calderón, imagínense cómo le va a caer a éste y a su gerente de asuntos electorales –César Nava- el autodestape del exgobernador de Jalisco. Este becerro se pasó de pando.
Por su parte, Enrique Peña Nieto criticó el destape de El Peje. “Me parece que son actuaciones anticipadas –dijo sin morderse la lengua-; a dos años de la elección me parece que los ánimos de algunos se están desbordando”.
Terminó diciendo el Góber Bizcocho al que no se le desbordan los ánimos, sino los ríos.
Si hay alguien cuya precandidatura a la Presidencia de la República está cantada desde que era candidato a gobernar su estado –te lo firmo y te lo cumplo- es Peña Nieto, su crítica al destape de López Obrador es la del clásico burro hablando de orejas. (No pude evitar escribir esta última frase a pesar de que detesto los lugares comunes. El único lugar común que me gusta es el Bosque de Chapultepec).
Regresando a la metáfora bovina empleada por el senador Beltrones, en ella se infiere que él no se descarta como posible cornúpeta para la temporada grande. En la misma entrevista aseguró que la fórmula para enfrentar a la posible coalición del PRD y del PAN para el 2011 es su “alianza interna que el PRI vaya sin fisuras a la contienda”. Descartó que sea definitoria. El próximo año, la elección de Gobernador en el Estado de México. “Nadie en su sano juicio estaría pensando en otra cosa que no sea ganar en el Estado de México y refrendar el triunfo de un priísta sumamente activo y de un buen gobierno como el que hoy lleva Peña Nieto”, destacó Manlio dándole un muletazo al becerro pandeado mexiquense.
Paradójicamente, si a alguien beneficiaría, en pro de sus aspiraciones presidenciales, la derrota electoral del PRI en el Estado de México es al exgobernador de Sonora, videodestapador de Zedillo y transformador de la personalidad de Mario Aburto –en dos horas le quitó bigote y barba incipiente, lo hizo crecer unos centímetros y le puso unos kilos de más-. Pero como es un verdadero político –a la mexicana, se entiende- ya parece que va a anunciar sus íntimos deseos.
La cuestión es que los becerros, pandeados o no pandeados, ya andan sueltos en busca de llegar con el trapío suficiente para el 2012. Lo veo difícil, pero deseo que el becerro ganador no sea de los que en mi pueblo llaman “golosos”, que son aquellos becerros que maman y dan tope.

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