Muchas veces con motivo de la Navidad, algunos barrios del centro de la Ciudad y otros de la periferia, se dan a la tarea de cruzar de esquina a esquina un cordel --Serrat dixit--, con una enorme manta deseando feliz navidad y año nuevo a los visitantes, conductores o peatones.
En años anteriores hemos visto más que en este 2009, pues no faltaba uno por la calle "7 de Octubre", la de "Las Mojoneras" y hasta recuerdo alguna por la calle Chapultepec. Sin embargo, este año solo hemos visto la del popular y simpático barrio del "Mocoyoyo", llamado por este singular mote porque ahí, en lo que es la calle Puebla, hacia el norte, una calle antes de llegar a las vías del ferrocarril, vivía un herrero al que todos llamaban como "El Caperuzo", el cual tenía, como todo buen mexicano que se preciaba de serlo en tiempos pasados, un montón de hijos en escalerita, los cuales acostumbraban a plantarse a las afueras de su casa, según dicen los vecinos, todos percudidos y con unas emisiones nasales de tal magnitud y longitud que al sorberlos parecían yoyos que subían y bajaban. Sea esto cierto o no, desde hace ya muchos años que se han transformado en décadas el barrio de la calle Puebla, lleva el remoquete de Mocoyoyo y ni Dios Todopoderoso se lo quita. Pues bien ahí, año tras año --y creo que ellos fueron los que comenzaron la tradición--, colocan la manta alusiva a las fechas navideñas.
Otros barrios, de reciente factura también pretenden hacer historia y lograr su propia identidad, son los barrios "Ganadero" y "Gallero", ambos ubicados sobre la calle Jalisco, entre Matamoros y Guerrero, de los cuales ignoramos el origen de sus nombres, pero es fácil suponer que son sitios donde vive gente que se dedica a la ganadería y a la cría de gallos.
Como sea, es esta una bonita costumbre, que mucho aprecian los acaponetenses y sobre todo nuestros queridos visitantes. (Pepe Morales)
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