Contenta y en paz, Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), asegura que el balance de los 100 días que ha cumplido al frente de esa institución cultural es positivo, pues ha emprendido “un trabajo de limpieza, de reordenamiento y de planteamiento para el futuro”. Confía en que la comunidad cultural y los medios de comunicación “empiecen a sentir cierto orden, cierta idea de organización y de trabajo”.
La ex directora del Fondo de Cultura Económica aseguró que en este tiempo ha conformado un equipo con el propósito “de armar un proyecto en donde existe una convicción absoluta de un México como potencia cultural a nivel mundial, en donde estamos determinados ha hacer del proyecto cultural uno de los ejes centrales del país, es el espacio del diálogo y del encuentro”.
La funcionaria, que desde el 3 de marzo preside Conaculta, está de puertas abiertas a las críticas por algunos de los nuevos nombramientos que ha hecho, pero también con una gran capacidad de diálogo hacia la comunidad cultural y artística.
Sáizar también encarga diagnósticos, evaluaciones, plantea proyectos y nuevas líneas de acción. Niega que haya detectado focos rojos, pero acepta que uno de los problemas en los últimos años de Conaculta es el subejercicio “eso es algo que me tiene muy ocupada, las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF)”, pero ya llevan 60% de respuestas a la Auditoría y no encuentra cosas graves.
“No detecto focos rojos sino áreas de oportunidad que me tienen realmente muy atareada, creo que tenemos la posibilidad de mejorar en algunas de las áreas… el recorte nos brinda la oportunidad de ser más cuidadosos para el gasto”, señaló la funcionaria al asegurar que la tarea más importante en este momento es ordenar perfectamente la estructura, limpiarla y conocerla.
Sáizar señala que las aclaraciones a la ASF es problema fácil frente a la duplicidad de funciones que privan en algunas áreas del Consejo, situación, dice, que no puede soslayar. “Debemos aprovechar de mejor manera los recursos humanos, sin prescindir de mucho talento que se ha forjado a lo largo de los años”, dice.
Polémica por designaciones
Otro tema que le interesa es que Conaculta necesita tener una personalidad jurídica propia, pero eso no depende de ella. Tienen claro que desde hace 20 años el organismo trabaja en un contrasentido: es una institución ubicada en el nivel 4, pero coordina dos organismos del nivel 2 en la categoría de la administración pública. El INBA y el INAH no se pueden encasillar en una sola línea “hay que diferenciar los propósitos, las composiciones, los objetivos de cada una”.
Las críticas más fuertes a su gestión son sobre los nombramientos, el de Teresa Vicencio —ex directora del Centro Cultural Tijuana— al INBA, pues la comunidad tijuanense siempre cuestionó sus relaciones con los panistas de esa ciudad. Y el más polémico, el de Virgilio Muñoz al Cecut, pues fue acusado de pasar mexicanos a Estados Unidos.
“Me dediqué a examinar con un enorme cuidado cada currículum... me gustaría complacer a toda la comunidad, pero espero que tanto la comunidad como los medios le concedamos la posibilidad de trabajar a Virgilio”, apunta Sáizar.
A pesar de las críticas, la funcionaria asegura que está contenta con el equipo que ha armado y asegura que no teme a la crisis económica ni al recorte presupuestal, pues le parece una buena forma de optimizar gastos. El reto de México, indica Sáizar, es que los creadores vivan de sus pasiones y que el público acceda de manera fácil a los proyectos culturales. (Colaboración de Elías Chan Castañeda)
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