No mueve el siguiente comentario más afán que el de un ciudadano preocupado por lo que ve lo que le sucede a Usted a su alrededor. Debo iniciar diciendo algo que Usted sabe bien, ya que lo anuncié en algún artículo cuando comenzaban las campañas electorales que lo llevaron al triunfo: yo no voté por Usted, decepcionado por el mal actuar del PRD, al que considero el asesino de la izquierda en México. Sin embargo, ya con su persona en la silla presidencial, decidí sumarme –como ciudadano común y prosaico-- a su propuesta de gobierno, ya que así debe ser, si todos apoyamos al primer edil y le va bien, nos beneficiamos todos, dicho de otro modo: cuidando al presidente, cuidamos de Acaponeta, cada uno desde su trinchera. Digo lo anterior como preámbulo para explicarle que lo hago con el más profundo de los respetos.
Sin embargo, veo con tristeza, que los que menos lo cuidan son sus funcionarios de gobierno o los miembros de su gabinete que vienen descuidando detalles –tontos si Usted quiere, pero al fin detalles—que lo dejan mal parado ante la ciudadanía. Y es que es usanza, por supuesto nefasta, que todo lo malo que le ocurre al pueblo, el presidente –a los ojos del pueblo-- tiene la culpa, lo cual es muy injusto, pues muchos de esos males los tenemos precisamente la población, que los generamos, los provocamos o los solapamos. Pero a lo que quiero referirme es a la manera como descuidan sus colaboradores, que parecen ignorar lo anterior, algunas cosas en su administración, que, lo repito, es motivo de una lluvia de quejas.
En alguna nota me referí al dizque homenaje que le hicieron al ex presidente municipal Don Roberto Vivanco Zamudio, donde ninguno de los miembros de su equipo reparó en que había que hacer algo digno, sencillo, pero decoroso y meritorio para la persona que fue Don Roberto, ya comenté que ni una flor había ahí, ningún altar, una cruz, la foto del difunto o algo que indicara que en ese espacio vacío se iba a realizar un homenaje de cuerpo presente. Mezclado entre la gente escuché comentarios de los asistentes, molestos por esa actitud y fue más notorio cuando familiares del “homenajeado” tuvieron que correr por una corona de flores para que aquello no estuviera tan desangelado. Los comentarios que se vertieron, no fueron para los directores al servicio del pueblo, todos fueron para Saulo Lora; muchos de ellos ridículos como los que expresaron que esa falla o “mala leche” había sido porque su gobierno no era priista. No me creo eso, yo sé de su calidad como persona y estoy cierto que nunca se prestaría a algo así. No voté por Usted, pero si lo valoro como profesionista y ciudadano de bien, independientemente del partido al que pertenezcamos. Se habló de los recursos que nunca hay –lo cual es cierto—y que no alcanzaron ni para una flor dedicada al fallecido, dicho eso se suelta una andanada de supuestos que indican lo de siempre: “pero para otros cosas si alcanza” dijeron algunos haciendo gestos. ¿Cuáles serán esas otras cosas? No nos metamos en berenjenales, el pueblo enojado así opina. Hubo más tararí tarará, pero ahí lo dejamos.
Dice el filósofo de Ciudad Juárez: “pero qué necesidad”, si tan solo uno de los regidores, el síndico, su secretario particular, de los directores, de los subdirectores, de las secretarias o cualquiera que esté bajo sus órdenes, hubiera movido un dedo para que aquello no se convirtiera en lo que terminó: una grosería, las cosas hubieran sido diferentes. Hizo falta imaginación, ni más ni menos.
Yo sé, que Usted no puede estar en todo, gestionando recursos y poniéndole flores a los muertos; proyectando obra pública y clavando fotos en los altares; dialogando con el pueblo y comprando coronas en las florerías, para lo primero, que es lo más importante y sustantivo, está Usted, para eso lo eligió el pueblo; para lo segundo, los detalles y las minucias, están sus colaboradores y en verdad dan la nota y basta el siguiente ejemplo para que se dé cuenta de qué le hablo.
En la esquina de la calle donde vive Usted, es decir en Hidalgo y Querétaro, hay un depósito de cerveza –TKT para más señas--, ahí, a escasos 25 metros de su residencia, prácticamente todos los días, llega gente, la mayoría jóvenes, que se ponen a tomar a las puertas de la negociación. Hasta sacan unas bancas largas donde se sientan a beber botes y más botes de cerveza. Algunas veces son camionetas estacionadas donde toman asiento, pero el caso es que impunemente violan los reglamentos al respecto y sin ningún empacho o rubor, bebedores y los que les venden la cerveza, hacen trizas el bando de policía y buen gobierno. Estorban el paso de la gente y quizá –esto no lo sé—ya borrachos molestan al transeúnte, que tiene la mala fortuna de pasar por ahí. De los pobres vecinos, no quiero no saber su opinión, sabiendo señor Presidente, que Usted es uno de ellos. En innumerables ocasiones, son las 10 de la noche o más y ahí siguen, unos vendiendo y otros “pisteando”. Sabemos o creíamos saber que estaba prohibida la venta y consumo de cerveza en el mismo local donde se adquiere. Sabemos o creíamos saber que tomar bebidas embriagantes en la vía pública, estaba penado por la ley. Sabemos o creíamos saber que uno de sus objetivos como primer edil, era mantener a la juventud alejada de los vicios. Sabemos o creíamos saber que la policía municipal estaba para poner orden y hacer valer las leyes y reglamentos del municipio. Sabemos o creíamos saber que Acaponeta no es un rancho segundón, donde cualquiera se toma un bote de cheve, eructa frente al primer peatón que pase y avienta el bote a la media calle. Sabemos o creíamos saber que el centro de la ciudad estaba a salvo de lo que sucede en las orillas o algunas comunidades donde la vigilancia es mínima. Sabemos o creíamos saber que hay un inspector de alcoholes que junto con la policía municipal cuida que los depósitos, cantinas, centros botaneros y aguajes cierren en los horarios establecidos. Sabemos o creíamos saber que no había en su gobierno corrupción y que cosas como estas que vemos no sucedían.
Lo dicho, no puede estar Usted en todo, para eso hay un responsable de la Dirección de Seguridad Pública, vamos, ni siquiera él, hay un subdirector y varias decenas de policías que pudieron haber puesto orden ahí. Hay un inspector de alcoholes y un bonchi de directores que por ahí pasan obligadamente y que resultaría ridículo que alguien dijera que no lo ha notado. Simplemente han hecho de la vista gorda. Si mucho me apura, le diré, con todo respeto señor Presidente, que estando a unos pasos de su casa, también lo ha notado, porque no son uno o dos borrachines lo que se juntan a libar, son entre 10 y 20 sujetos de todas las edades.
El malecón y la calzada del panteón se han convertido en gigantescas cantinas a donde acuden los chavos de hoy a pistear entre compas y camaradas. Son jóvenes y, no finjamos, nosotros hicimos lo mismo, repito lo que he dicho muchas veces: la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo. Una mamá me dijo y quizá tiene razón: “prefiero a mis hijos tomando en el panteón, que verlos volar rumbo a la playa o Tecuala, ya tomados”. Con razonamientos como ese no digo nada, aunque seguido me llegan las quejas de los vecinos que ya no aguantan tanta grita y el escándalo de la música, los arrancones de los autos y otras “diversiones” juveniles. Hay que comprender que ante la falta de políticas culturales y deportivas que atraigan a los muchachos, pues habrá que dejarlos que desfoguen un poco sus energías en esos lugares. Pero, ¿en el centro de la ciudad y a unos pasos de la casa del Presidente Municipal? Suena como perverso o surrealista.
Esa esquina es muy transitada, todos los sabemos, se ubica en la calle principal que saca a los autos del pueblo, hay ahí dos terminales de camiones, gran actividad comercial, una discoteca, una preparatoria y una funeraria. Así que me rehúso a creer que sus funcionarios no han visto nada. Una persona que llegara de fuera y viera ese desorden pensaría y con justa razón, que nuestra ciudad es un lugar sin ley, orden ni disciplina.
Desgraciadamente es necesario que sea el pueblo que le diga lo que sus colaboradores le ocultan. La mayoría de los que pasan por ese lugar al ver aquella tertulia pública, opina que los dueños del depósito ya se “mocharon” con la autoridad o tienen una influencia muy grande en su gobierno Señor Presidente, de otra manera no se entiende.
Seguiré pensando estimado Doctor Lora, que algunos miembros de su gobierno no le ayudan y están regando el tepache y que, lamentablemente, Usted paga el pato, como se dice coloquialmente.
Esperando que esto se mejore por la calidad de vida en el lugar donde nos tocó vivir, le envío un cordial saludo, reiterándole mi respeto y consideración.
Respetuosamente
Sin embargo, veo con tristeza, que los que menos lo cuidan son sus funcionarios de gobierno o los miembros de su gabinete que vienen descuidando detalles –tontos si Usted quiere, pero al fin detalles—que lo dejan mal parado ante la ciudadanía. Y es que es usanza, por supuesto nefasta, que todo lo malo que le ocurre al pueblo, el presidente –a los ojos del pueblo-- tiene la culpa, lo cual es muy injusto, pues muchos de esos males los tenemos precisamente la población, que los generamos, los provocamos o los solapamos. Pero a lo que quiero referirme es a la manera como descuidan sus colaboradores, que parecen ignorar lo anterior, algunas cosas en su administración, que, lo repito, es motivo de una lluvia de quejas.
En alguna nota me referí al dizque homenaje que le hicieron al ex presidente municipal Don Roberto Vivanco Zamudio, donde ninguno de los miembros de su equipo reparó en que había que hacer algo digno, sencillo, pero decoroso y meritorio para la persona que fue Don Roberto, ya comenté que ni una flor había ahí, ningún altar, una cruz, la foto del difunto o algo que indicara que en ese espacio vacío se iba a realizar un homenaje de cuerpo presente. Mezclado entre la gente escuché comentarios de los asistentes, molestos por esa actitud y fue más notorio cuando familiares del “homenajeado” tuvieron que correr por una corona de flores para que aquello no estuviera tan desangelado. Los comentarios que se vertieron, no fueron para los directores al servicio del pueblo, todos fueron para Saulo Lora; muchos de ellos ridículos como los que expresaron que esa falla o “mala leche” había sido porque su gobierno no era priista. No me creo eso, yo sé de su calidad como persona y estoy cierto que nunca se prestaría a algo así. No voté por Usted, pero si lo valoro como profesionista y ciudadano de bien, independientemente del partido al que pertenezcamos. Se habló de los recursos que nunca hay –lo cual es cierto—y que no alcanzaron ni para una flor dedicada al fallecido, dicho eso se suelta una andanada de supuestos que indican lo de siempre: “pero para otros cosas si alcanza” dijeron algunos haciendo gestos. ¿Cuáles serán esas otras cosas? No nos metamos en berenjenales, el pueblo enojado así opina. Hubo más tararí tarará, pero ahí lo dejamos.
Dice el filósofo de Ciudad Juárez: “pero qué necesidad”, si tan solo uno de los regidores, el síndico, su secretario particular, de los directores, de los subdirectores, de las secretarias o cualquiera que esté bajo sus órdenes, hubiera movido un dedo para que aquello no se convirtiera en lo que terminó: una grosería, las cosas hubieran sido diferentes. Hizo falta imaginación, ni más ni menos.
Yo sé, que Usted no puede estar en todo, gestionando recursos y poniéndole flores a los muertos; proyectando obra pública y clavando fotos en los altares; dialogando con el pueblo y comprando coronas en las florerías, para lo primero, que es lo más importante y sustantivo, está Usted, para eso lo eligió el pueblo; para lo segundo, los detalles y las minucias, están sus colaboradores y en verdad dan la nota y basta el siguiente ejemplo para que se dé cuenta de qué le hablo.
En la esquina de la calle donde vive Usted, es decir en Hidalgo y Querétaro, hay un depósito de cerveza –TKT para más señas--, ahí, a escasos 25 metros de su residencia, prácticamente todos los días, llega gente, la mayoría jóvenes, que se ponen a tomar a las puertas de la negociación. Hasta sacan unas bancas largas donde se sientan a beber botes y más botes de cerveza. Algunas veces son camionetas estacionadas donde toman asiento, pero el caso es que impunemente violan los reglamentos al respecto y sin ningún empacho o rubor, bebedores y los que les venden la cerveza, hacen trizas el bando de policía y buen gobierno. Estorban el paso de la gente y quizá –esto no lo sé—ya borrachos molestan al transeúnte, que tiene la mala fortuna de pasar por ahí. De los pobres vecinos, no quiero no saber su opinión, sabiendo señor Presidente, que Usted es uno de ellos. En innumerables ocasiones, son las 10 de la noche o más y ahí siguen, unos vendiendo y otros “pisteando”. Sabemos o creíamos saber que estaba prohibida la venta y consumo de cerveza en el mismo local donde se adquiere. Sabemos o creíamos saber que tomar bebidas embriagantes en la vía pública, estaba penado por la ley. Sabemos o creíamos saber que uno de sus objetivos como primer edil, era mantener a la juventud alejada de los vicios. Sabemos o creíamos saber que la policía municipal estaba para poner orden y hacer valer las leyes y reglamentos del municipio. Sabemos o creíamos saber que Acaponeta no es un rancho segundón, donde cualquiera se toma un bote de cheve, eructa frente al primer peatón que pase y avienta el bote a la media calle. Sabemos o creíamos saber que el centro de la ciudad estaba a salvo de lo que sucede en las orillas o algunas comunidades donde la vigilancia es mínima. Sabemos o creíamos saber que hay un inspector de alcoholes que junto con la policía municipal cuida que los depósitos, cantinas, centros botaneros y aguajes cierren en los horarios establecidos. Sabemos o creíamos saber que no había en su gobierno corrupción y que cosas como estas que vemos no sucedían.
Lo dicho, no puede estar Usted en todo, para eso hay un responsable de la Dirección de Seguridad Pública, vamos, ni siquiera él, hay un subdirector y varias decenas de policías que pudieron haber puesto orden ahí. Hay un inspector de alcoholes y un bonchi de directores que por ahí pasan obligadamente y que resultaría ridículo que alguien dijera que no lo ha notado. Simplemente han hecho de la vista gorda. Si mucho me apura, le diré, con todo respeto señor Presidente, que estando a unos pasos de su casa, también lo ha notado, porque no son uno o dos borrachines lo que se juntan a libar, son entre 10 y 20 sujetos de todas las edades.
El malecón y la calzada del panteón se han convertido en gigantescas cantinas a donde acuden los chavos de hoy a pistear entre compas y camaradas. Son jóvenes y, no finjamos, nosotros hicimos lo mismo, repito lo que he dicho muchas veces: la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo. Una mamá me dijo y quizá tiene razón: “prefiero a mis hijos tomando en el panteón, que verlos volar rumbo a la playa o Tecuala, ya tomados”. Con razonamientos como ese no digo nada, aunque seguido me llegan las quejas de los vecinos que ya no aguantan tanta grita y el escándalo de la música, los arrancones de los autos y otras “diversiones” juveniles. Hay que comprender que ante la falta de políticas culturales y deportivas que atraigan a los muchachos, pues habrá que dejarlos que desfoguen un poco sus energías en esos lugares. Pero, ¿en el centro de la ciudad y a unos pasos de la casa del Presidente Municipal? Suena como perverso o surrealista.
Esa esquina es muy transitada, todos los sabemos, se ubica en la calle principal que saca a los autos del pueblo, hay ahí dos terminales de camiones, gran actividad comercial, una discoteca, una preparatoria y una funeraria. Así que me rehúso a creer que sus funcionarios no han visto nada. Una persona que llegara de fuera y viera ese desorden pensaría y con justa razón, que nuestra ciudad es un lugar sin ley, orden ni disciplina.
Desgraciadamente es necesario que sea el pueblo que le diga lo que sus colaboradores le ocultan. La mayoría de los que pasan por ese lugar al ver aquella tertulia pública, opina que los dueños del depósito ya se “mocharon” con la autoridad o tienen una influencia muy grande en su gobierno Señor Presidente, de otra manera no se entiende.
Seguiré pensando estimado Doctor Lora, que algunos miembros de su gobierno no le ayudan y están regando el tepache y que, lamentablemente, Usted paga el pato, como se dice coloquialmente.
Esperando que esto se mejore por la calidad de vida en el lugar donde nos tocó vivir, le envío un cordial saludo, reiterándole mi respeto y consideración.
Respetuosamente
LIC. JOSÉ RICARDO MORALES Y SÁNCHEZ HIDALGO
PUERTA NORTE ACAPONETA
http://www.acaponeta.com/
puertanorte.acaponeta@gmail.com
4 comentarios:
supongamos que el Sr. Dr. Saulo Lora, es de los vecinos que se encierra en su casa y le importa poco que afuera se maten o violen o bailen desnudos, al fin que el no los ve y es lo mismo que si no pasara, avestruzes.
¡¡Qué novedad!!
Lo cierto es que yo ya no tengo motivos para enorgullecerme de lo que, actualmente, pasa en Acaponeta y eso que usted comenta, no lo es todo; debería de echarse una vuelta por los lugares comunes donde los jovenes se "divierten", esos lugares donde se reparten droga, consumen cerveza, orinan, defecan y mantienen relaciones sexuales, a mi nadie me lo cuenta, yo mismo lo he comprobado.
Lo cierto es que, como siempre, a la autoridad le va a valer sombrilla el bienestar de la sociedad y siempre veremos a Acaponeta como un pueblo sumiso a los caprichos de los que se encuentran en el gabinete actual, que son los mismos de siempre.
Que desastre es Acaponeta y me da hasta asco decirlo.
En verdad me parece sumamente mediocre el comentario de esa "mamá" "preocupada" por sus hijos, debería preocuparse de que, en vez de que se vaya borracho a Tecuala a las playas, no tome, por que señores con el alcohol de las copas la gente pierde el miedo y se sienten los reyes del mundo.
Esa es la cultura de Acaponeta, ahí estan los resultados de todo el sistema político, educativo, financiero y económico que esta fallando (muy pocas personas en verdad rescatables) pero a ellos no les preocupa, por que ganan sus $100,000.00 (cuando menos) y a los demás que se los lleve la china hilaria.
Ahí se ve maistro'.
Alejo
Comparto el enojo de los comentarios de Terra Littera y de un Anónimo.
Hoy voy a prisa a ver el fut a mi casa y paso por la Morelos y México, siendo mas exactos en la esquina del hotel plaza, lugar que ha sido punto de promoción para uno de los partidos políticos.
Pero bueno, el caso es que vi a unos individuos, (cinco aproximadamente) de los cuales dos portaban en sus manos una "caguama" cada uno, ya no sé si es una forma de retar a una autoridad en apariencia deficiente o demasiado pasivo y complaciente con este tipo de acciones, que para muchos pareceran insignificantes, pero que son el origen de problemas mayores.
Saludos
Con Pena les recuerdo que desde 1995 emigre de Acaponeta, y siempre esta esta Aguaje Abierto, y esta igual hoy! solo que antes vivia una Sra, Camarero y su Esposo ex-Federal De Caminos, con restaurante donde es la casa del Dr. Saulo Lora Aguilar, y nadie decia nada hubo varios presidentes municipales egresados de P.R.I. Partido Reaccionario Invencible, pero este presidente del P.R.D. Le quieren achacar el muertito, MEMORIA ES EL REFLEJO EN NUESTRA MENTE DE TODAS NUESTRAS EXPERIENCIAS PASADA, TIENE TRES PROCESOS FIJACION, CONSERVACION Y REPRODUCION.
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