Esto que aquí se ve sucede con regularidad en Acaponeta. La crónica prácticamente se cualquier obra es así: llegan trabajadores del Ayuntamiento, en este caso del OROAPA, abren una calle, destruyen en empedrado, meten los tubos, los conectan, aparentemente ya con todo "bajo control", vuelven a cerrar la calle -- a esto de cerrar, nos referimos a que arrojan a las zanjas abiertas, tierra y piedras--, nunca compactan y siempre dejan daños y perjuicios, regularmente una pila grande de piedra bola del empedrado que jamás queda como estaba. A las primeras lluvias y con el reblandecimiento del suelo, se producen hundimientos casi siempre con carros atascados o camiones sumergidos en las zanjas y "barrancos" que aparecen de la noche a la mañana, como ha sucedido en la calle Querétaro, donde hace poco llegaron "los ingenieros" del OROAPA con las consecuencias que se obervan en la foto: baches gigantescos, banquetas destrozadas, vecinos malhumorados y calles cerradas. ¿Hásta cuándo Acaponeta", preguntó el poeta.
1 comentario:
simplemente no se le vuelva a dar trabajo a esa clase de gente yo creo que ni estudio tubieron y no miran por el bien de acaponeta y la estan destruyendo poco a poco y comenten los nombres de las personas que desempeñaron eso porque trabajo no fue sino destruccion para el pueblo es mi ver anonimo
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