Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
Ya lo dijo el filósofo de Ciudad Juárez: "pero qué necesidad, para qué tantos problemas", máxima sabia que se ajusta a lo que está sucediendo en el Ayuntamiento de Acaponeta. Para los que no lo saben, desde hace unos días se han venido registrando una serie de cambios en el gabinete del Dr. Saulo Alfonso Lora Aguilar, alcalde municipal. El primero que se dio fue el enroque entre los titulares de Comunicación Social, Francisco Aguilar Flores y el de Fomento Cultural, Prof. Mario Rodríguez Zaragoza, cambio que al parecer agradó a muchos, por la gran cantidad de problemas que salieron de la Casa de la Cultura, donde el responsable tenía pleito cerrado con los Consejos Ciudadanos y no se veía claro la organización del Festival Cultural, ya a la vuelta de la esquina.
En estos mismos días se habló de otro enroque entre los directivos del Registro Civil, Pepe Nonaka de Santiago y el de Obras Públicas, Salvador Santoyo, mismo que al parecer solo quedó en rumor y que bueno, pues a la vista de todos es desequilibrado, inicuo y descabellado.
Por último, justo el día 14 de septiembre, en la víspera del grito, se dio el cambio en el Organismo Operador de Agua Potable y Alcantarillado (OROAPA), pues trascendió que dejaba su puesto el Prof. Juan Manuel Catón Quiñonez, ante el regocijo de una ciudadanía que lo culpaba por la falta de agua en las últimas semanas, quedando en su lugar el Ing. Manuel Salcedo Mora, quien tiene vasta experiencia en el ramo y demostró su valía al poner en funcionamiento la inútil planta de tratamiento de aguas residuales. Cosa curiosa, apenas se hizo ese cambio, llegó el agua a las casas nuevamente. Sin embargo, el pueblo quedó confundido, pues no pasaron ni dos días, cuando se supo --y de esto se entera uno en la calle, pues no sale comunicación alguna de la presidencia-- que regresaba Catón, así como lo lee el amable lector, cual moderno MacArthur, nuevamente tomó su lugar al frente de OROAPA y ¡zas! se volvió a ir el agua. Entre si eran peras o perones, en el seno y sentir de la ciudadanía corrió la versión de que Catón estaba muy enojado y amenazó a los cuatro vientos, que saldrían a la luz anomalías e irregularidades que el había visto en el manejo de los recursos municipales. Se habló, siempre en el clamor popular, de que armó soberano escándalo en las oficinas del Organismo, manoteó y tiro de sombrerazos por el cambio, a sus ojos injusto. El caso es que Catón ya está aposentado en la silla de Director de OROAPA y Salcedo, pues solo Dios lo sabe. ¿Quedó o no quedó? eso solo lo saben Catón, Saulo, el propio Manuel y según dicen Acosta Naranjo, que es el titiritero que mueve los hilos.
Todo esto que suena como al juego de "las cebollitas", y pinta de cuerpo completo el desorden en el Palacio Municipal. Ya pocos creen que el Dr. Saulo tiene entera libertad para gobernar, todo parece indicar que se ha privilegiado los intereses de su partido, dejando de lado los del pueblo que debieran ser supremos.
Ahora, de nueva cuenta fallaron los asesores (¿cuáles?), porque desde mi punto de vista, el caso era fácil, simplemente se contrata a Salcedo y se le dice a Catón que va como segundo o bien como el técnico que nunca será el Profesor, simplemente para hacer llegar --como sucedió-- el vital líquido a casas, comercios, talleres y oficinas. Se le hubiera indicado a Catón, que él quedaba como "mandamás" pero solo administrando al Organismo y nada más, le guste o no, pues el horno no está para bollos y ultimadamente, quien lleva las riendas del municipio es el Dr. Lora Aguilar. Nadie se hubiera enterado, ni Usted, ni yo caro lector; Catón habría brillado con el servicio hidráulico funcionando; Salcedo estaría donde se merece estar y con un sueldo mejor que en la planta de tratamiento de aguas negras; el PRD estaría contento y seguiría grillando, al igual que Acosta Naranjo, que al decir del pueblo es el Dios Todopoderoso de esta fábula; Saulo sin broncas atendería asuntos relevantes y el pueblo, ya con agua, ni se hubiera enterado del desmadre ese.
Sin embargo, a la población le queda la duda de quién diablos manda en la presidencia; lo que está claro es que el partido político del primer edil, está por encima de él, y lo peor, del pueblo, que no tiene voz ni voto en este municipio que debiera ser suyo.
Ahora, para qué tanto brinco estando el piso tan parejo, si en verdad Catón sabe de malos manejos en la administración municipal, ¿no debiera darlos a conocer? ¿no son esos los preceptos que grita a los cuatro puntos cardinales el partido del sol azteca? ¿Dónde quedó la izquierda acaponetense? ¿murió por exceso de escasez? ¿Las grandes y graves decisiones del pueblo, los toma gente de la cual el pueblo no votó y quizá ni conoce? ¿Quién responde?
Posdata: una última pregunta, ¿seguiremos siendo los medios --como pregonan desde el Ayuntamiento los charalitos-- los que atacamos a Saulo, solo para hacer grilla o por razones políticas?
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