28 septiembre 2010

POESÍA JOVEN ACAPONETENSE


Del joven poeta y escritor acaponetense Alfonso Santiago Parra Gutiérrez, presentamos una de sus últimas propuestas poéticas. Ojala, como a nosotros nos resultó sea de su agrado y se aprecie el talento de este novel bardo 
 
DIARIO
I
Mis pasos me llevan como el cauce de un río

bordeo los escollos y sigo como noche oscureciendo

como lluvia cayendo, como un árbol fijo a la tierra,

ayer no estaba donde estoy ahora, en este instante

encontrándome conmigo mismo, mirando dentro del espejo,


me detengo un momento, sólo uno, tengo que observarme

contemplar mi rostro desgastado por el tiempo

escuchar mi voz, tocar mis dedos, sentir mi rostro,

virar la vista hacia los cuatro puntos cardinales

al cielo y al infierno, hacia dentro y hacia fuera;


y veo rosas creciendo con seductor aroma

pero no son mías, no me pertenecen,

yo soy dueño del zacate, del maíz, del frijol,

yo soy dueño de un alma mexicana

de tejidos de maguey y sangre de aguardiente

espino como el nopal, embriago como el mezcal

y reclamo esta tierra que me pertenece

este aire transparente que respiro

yo tengo la sangre de zenzontle

de un pájaro de cuatrocientos voces

y tengo el color del jade, y en mi rostro el turquesa de los mares;

yo tengo del aire su limpieza y tranquilidad en las praderas

yo tengo del agua transparencia y ternura de los bosques,


sale el sol matutino y lo contemplo

alumbran mis ojos esos rayos,

veo la abundancia en esos rayos, veo la vida de las plantas

y digo que es mío, que este universo es mío

tanto como la vida me pertenece;


veo pasar amigos

nubes de humo que se disipan al aire

algunos me dan la mano y desaparecen,

de otros aspiro su nobleza y permanecen

en la eternidad de este universo, de mi universo,

veo pasarlos por el desierto,

de algunos sus huellas se borran y se pierden

de otros queda la huella en la memoria;


y abro mi corazón a las estrellas

ellas brillan como luces transparentes

perennes, inmóviles, adheridas a mi carne y sangre

son rosas con espina y sin espina,

son tragos de tequila y una herida

son dicha en soledad y alma abierta

yo dejé todo en sus manos, la vida,

mi cuerpo y mi sonrisa,

la niñez y un llanto sin fin;

jugué contigo y yo lloré;


las letras hacen pausa...


II


Y tú vienes a mí y me haces daño

me clavas los dardos que bullen en mi pecho

oh como arde el corazón con tus desdeños

y pintas la raya y yo me guío

y zurco los pantanos y quimeras

lagunas de agua brava y del estigio

que anegan mi memoria de fantasmas

y ríen frente a mí a carcajadas

coraza de mi humano es la burla;

y miro al espejo una sombra

que ríe a carcajadas en silencio

y muere internamente sin memoria,

dulce terror haber nacido

más maldición es haber muerto;

un lago desecado es mi pecho

jardín sin ornamenta son mis ojos

ardid sin un engaño forajido

mantengo mis pasos hacia el frente;


y vuelves cual carmin de nuevo al nido

lloramos y reímos como niños

y olvido que mi vida esta a tu lado

que en ti nació este sol oscurecido

me diste de beber cuando sediento

y yo corte los frutos de tu huerto,

soy libre en la alberca de tu boca

soy libre en los caminos de tu cuerpo

en ti no hay distancias sólo formas

en ti no hay un alto sólo un siga,

no veo del sol intenso un solo brillo

y opaco las nubes de mi mente

y fluyen las cascadas de tus ojos

que bañan lo mediocre de mi vida;

déjame bañar con tu ternura

déjame sentir el aire de tus labios

deja dormirme entre tu pelo;

cúbreme que quema el frío

unge mis heridas con tus besos

reconstruye los trozos de mi cuerpo

y entra dentro mío, dentro mío;

deja poseerte sin un tiempo

el tiempo no corre en estas líneas

buscaban la manera de encontrarte

y te encontraron,

allá al fondo llorando como niña

y yo te busco y te abrazo, ven niña,

refúgiate en mis brazos de mestizo

deja que te abrace sin soltarte,

mi alma te sonríe y tú sonríes

mis ojos han cedido a estos ríos

un par de ríos son mis ojos

que anegan los rescoldos de tu cuerpo;

ignora al volcán si son cenizas

ignora las nubes si hay brisa,

ven a mi, ven a mi,

el sol sale de nuevo cada día

déjame ser el sol de tus montañas

y ser la luna de tus noches

deja que alumbre tu camino

unamos un sólo destino;


miro las estrellas de esta noche

cricrí hacen los grillos y me duermo;

ASPG

www.terralittera.blogspot.com

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