31 mayo 2010

NAYARIT CON VOCACIÓN DE VIOLENCIA


Por: Juan Manuel Estarrón

Mientras nos tomábamos un merecido descanso por los dominios de Emilio González -homónimo del ex gobernador nayarita- las balaceras, levantones y ejecuciones sacudían al estado como en los tiempos del Lic. Celso Humberto Delgado Ramírez, el otro sexenio violento con la diferencia que los casi 60 secuestros por el norte se resolvieron sin derramamiento de sangre; o sea que nuestro estado arrastra una vocación de violencia de muy atrás.
Los años noventa se recuerdan por las gavillas dedicadas exclusivamente al plagio y la extorsión en que las víctimas eran de cualquier edad y condición social; así recordamos el secuestro de dos menores de La Bayona de apellido Benítez y otro jovencito hijo del agricultor Víctor Villela de San Felipe Aztatán, quienes a la distancia de veinte años deben recordar con horror aquellas experiencias plasmadas en las revistas Reflejos, Contenido y Proceso.
Se diría que aquellos mañosos “agarraban parejo” desde medianos comerciantes hasta personas de condición humilde, como los niños mencionados; sin embargo y dentro de lo que cabe, no se trataba de asesinos desalmados, sino de criminales que nada más buscaban el dinero fácil muy contrariamente al actuar de los modernos rambos quienes además ultiman a sangre fría a sus competidores por un puñado de droga.
Casi al final del sexenio celsista (1992) y obedeciendo las miles de voces -como hoy- que protestaban desde Acaponeta, Tecuala y Huajicori aquel gobernador se vio presionado para atacar en sus raíces el flagelo que luego se descubrió provenía de grupos del sur de Sinaloa conectados con al menos uno que operaba en estos municipios.
Fue así como los procuradores de ambos estados se encontraron en los límites (La Concha) para establecer estrategias encontrando el remedio, mucho del éxito que se tuvo fue por el gran esfuerzo del Lic. Raúl Espinosa Sandoval (+), entonces Presidente de la Cámara de Comercio de Acaponeta, quien logró traer reporteros de las revistas Proceso y Contenido que detonaron a nivel nacional lo que ya era un verdadero escándalo: el secuestro. Por aquellos años el comerciante Espinosa fundó el semanario “El Mercurio”, periódico incómodo para el gober Celso, que dirigió un tiempo nuestro personal amigo Antonio R. Tello.
Pero estableciendo estos dos momentos en la historia no tan reciente y la actual estando de por medio dos sexenios, las actitudes de ambos mandatarios -Delgado Ramírez y González Sánchez- tienen cierta semejanza en el desapego e indiferencia con que uno “atendió” “El zorrazo” del Venustiano Carranza y la ola de secuestros del norte y el de nuestro gobernante quien tampoco quiere dar la cara por el tsunami más violento que viene agarrando aviada desde finales del 2009 con más de sesenta ejecuciones.
Que en el ámbito nacional no hayan causado el mismo impacto los últimos hechos violentos en Tepic ello se debe a la crispación social en todo México, como por ejemplo el secuestro sin resolver del ex senador Diego Fernández de Ceballos; crímenes múltiples y mucho más aberrantes han opacado el caso de los calcinados en Xalisco y al resto de las ejecuciones, aunque hayan dado la vuelta al mundo por las páginas virtuales de los principales diarios nacionales.
La gota que derramó el vaso fue el ataque a la televisora filial de Televisa en los primeros minutos del lunes por un comando armado; pero el centenar de disparos pueden ser un aviso de algo más serio para el resto de la prensa local, lo insólito del caso es que el mandatario nayarita haya esperado ¡más de 18 horas! en comparecer públicamente para hacer declaraciones sobre esta nueva burla para su Procuraduría, pidiendo a la gente que de plano se olvide de las PEI y mejor hablar al Ejército y la Marina para denunciar cualquier ilícito.
El reconocimiento de su fracaso en materia de seguridad puede ser un buen augurio de que el principal priísta se está bajando de la nube a nivel suelo de donde despegó engolfado con su Plan Estatal de Desarrollo incumplido en política agropecuaria, empleo, endeudamiento y combate a la pobreza; faltaba pues que aceptara el gran “boquete” en la seguridad desde los primeros bandazos del ex procurador de Justicia, Héctor Manuel Béjar Fonseca.
Pero vaya manera de desligarse del combate al crimen organizado así nada más de “hablen mejor al Ejército y la Marina”, aunque ya lo hacían algunos ciudadanos para no comprometer su seguridad y la de sus familiares; esto quiere decir que ¿en cualquier movimiento sospechoso que no tenga relación aparente con el crimen organizado podrán intervenir las fuerzas federales por delante?
En ese contexto nuestro Gobernador está sustituyendo sus policías creadas para el combate a la delincuencia del fuero común; ya no se habla de operativos conjuntos para evitar abusos de federales y traiciones de policías estatales. Las nuevas reglas dictadas por el Lic. Ney González son peligrosas para la población civil, sobre todo por los cateos que dejaron muchas víctimas en Chihuahua, Nuevo León y Tamaulipas que han terminado en demandas penales y de atropello a derechos humanos.
Ni modo, un error tras otro ahora del neycismo, como ayer del celsismo y muy atrás del floresmuñocismo; el caso es que en Nayarit hay vocación de violencia institucionalizada y externa como la que sentó sus reales al llamado de puertas abiertas para venir a invertir sin importar en qué y dónde.

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