PECATA MINUTA
Rogelio Gómez Mejía.
19 de mayo de 2010
“Cuando el río suena, es que agua lleva…
Tras una historia de traiciones, deslealtades y corrupción de narcotraficantes, funcionarios públicos, ministeriales y policías municipales, estatales y federales que convirtieron a la infortunada Ciudad Juárez de una isla de diversión, en un campo de batalla, ahora la ciudadanía productiva y ejemplar es arrinconada al criminalizarse toda sospecha como delito principalmente por la policía federal, que se quedó en lugar del ejército ante el fracaso de sus brutales operativos, sólo para desatar incontrolable violencia contra la población civil a la sombra de las impensadas reformas al Código Procesal aprobado por el Congreso estatal.
Destaca la reforma al artículo 162 que autoriza a la policía municipal incluso al allanamiento del domicilio particular en casos de delitos en flagrancia o por investigación de éstos mediante autorización de un Juez de Distrito por fax, celular o e-mail, que precisamente ocurre cuando el presidente Calderón observa ante Barack Obama la necesidad del respeto a los derechos humanos, y como disparos al prestigio de su gobierno se desatan los abusos de autoridad de policías irresponsables contra pacíficos ciudadanos principalmente en Ciudad Juárez.
Y como remate abierto, aparece un artículo en el influyente “National Public Radio (NPR) del premiado periodista John Burnett donde colige que; “las fuerzas de seguridad de México (militares y policías federales, estatales y municipales) del gobierno de Calderón, favorecen al Cartel de Sinaloa de Joaquín “el chapo” Guzmán Loera, para dejar al presidente designado en compleja situación que exige una pronta aclaración del reportero o de los funcionarios responsables de la seguridad del país de no retractarse éste.
Tal información aparece encabezada en “Edición Matutina” como que el gobierno de Calderón protege al “chapo” Guzmán sin confirmar tener pruebas, pero revela con testimonios de ex -funcionarios policiales, decenas de elementos de varias corporaciones, militares y víctimas, que personal del ejército “trabaja” para el “chapo” Guzmán, como también le dijo Manuel Espino, ex –presidente del PAN, que “la movilidad del “chapo” hace creer que el gobierno es cómplice de sus acciones”.
Para sustentar su trabajo Burnett hizo una base de datos con estadísticas de la propia PGR, donde aparece como ejemplo que de 88 arrestos de narcotraficantes, sólo 16 fueron del cartel del “Chapo”, y de 2 mil 600 involucrados detenidos, 44 por ciento pertenecían al cartel del Golfo –Zetas, 12 por ciento al cartel de Sinaloa y 5 por ciento al de Juárez, a pesar de disponer el gobierno de 45 mil soldados y policías federales, y del respaldo de mil 300 millones de dólares de Estados Unidos para perseguir a 450 mil sujetos vinculados a los carteles de “La Familia”, de Tijuana, de Juárez, de los “Z” y del “chapo” señalado como el más poderoso con Ismael “el mayo” Zambada e Ignacio “nacho” Coronel que, según el Departamento de Justicia del E. U. “es la mejor organización criminal del mundo”.
Asimismo reúne importantes testimonios de personajes como Manuel Fierro Méndez, quien fuera capitán de policía en Ciudad Juárez y confesó al Fiscal Russell Leahman de El Paso, Texas, pasarse al cartel del “chapo” cuando organizó el grupo “Gente Nueva”, relacionarse con un capitán del ejército conocido como “pantera” para arrestar e incautar un arsenal de armas a los narcos de “La Línea”, mientras ellos le daban “rienda suelta al tráfico de drogas a E. U.” porque todas las autoridades de la Federación, estado y los últimos cuatro alcaldes estaban sobornados.
Las revelaciones del periodista de la NPR casi no eran ignoradas en Ciudad Juárez, aunque los medios locales no dieran cuenta de todo, pero como le comentó el antropólogo de la Universidad de Texas, Howard Campbell; “si la droga pasa por todo México, el ejército debe ser inepto o apoya (cómplice), pues debe pasar todo el control militar (retenes) del país, no hay otra explicación”.
Pues algo debe haber y toca a las autoridades de seguridad S.S.P. ejército y marina sobre todo, pero también de Hacienda por el intocable “lavado” y a la retadora secretaría de Gobernación, explicarle a su jefe cómo es posible que entren y salgan por el país casi a placer, drogas, armas y dinerales para poner en evidencia su gobierno en el extranjero, y dejarlo indefenso en el país, donde su credibilidad ya es inexistente.
BALA PERDIDA.
A propósito, el capitán Fierro detenido en Estados Unidos por tráfico de drogas, dijo a los agentes de la DEA mejor informados que las policías mexicanas, que el narcotráfico esta infiltrado con las autoridades municipales desde las presidencias de Ramón Galindo, Gustavo Elizondo, Jesús Alfredo Delgado y Héctor Murguía, actual diputado federal. ¿En manos de quienes estamos? ¿Será?
Rogelio Gómez Mejía.
19 de mayo de 2010
“Cuando el río suena, es que agua lleva…
Tras una historia de traiciones, deslealtades y corrupción de narcotraficantes, funcionarios públicos, ministeriales y policías municipales, estatales y federales que convirtieron a la infortunada Ciudad Juárez de una isla de diversión, en un campo de batalla, ahora la ciudadanía productiva y ejemplar es arrinconada al criminalizarse toda sospecha como delito principalmente por la policía federal, que se quedó en lugar del ejército ante el fracaso de sus brutales operativos, sólo para desatar incontrolable violencia contra la población civil a la sombra de las impensadas reformas al Código Procesal aprobado por el Congreso estatal.
Destaca la reforma al artículo 162 que autoriza a la policía municipal incluso al allanamiento del domicilio particular en casos de delitos en flagrancia o por investigación de éstos mediante autorización de un Juez de Distrito por fax, celular o e-mail, que precisamente ocurre cuando el presidente Calderón observa ante Barack Obama la necesidad del respeto a los derechos humanos, y como disparos al prestigio de su gobierno se desatan los abusos de autoridad de policías irresponsables contra pacíficos ciudadanos principalmente en Ciudad Juárez.
Y como remate abierto, aparece un artículo en el influyente “National Public Radio (NPR) del premiado periodista John Burnett donde colige que; “las fuerzas de seguridad de México (militares y policías federales, estatales y municipales) del gobierno de Calderón, favorecen al Cartel de Sinaloa de Joaquín “el chapo” Guzmán Loera, para dejar al presidente designado en compleja situación que exige una pronta aclaración del reportero o de los funcionarios responsables de la seguridad del país de no retractarse éste.
Tal información aparece encabezada en “Edición Matutina” como que el gobierno de Calderón protege al “chapo” Guzmán sin confirmar tener pruebas, pero revela con testimonios de ex -funcionarios policiales, decenas de elementos de varias corporaciones, militares y víctimas, que personal del ejército “trabaja” para el “chapo” Guzmán, como también le dijo Manuel Espino, ex –presidente del PAN, que “la movilidad del “chapo” hace creer que el gobierno es cómplice de sus acciones”.
Para sustentar su trabajo Burnett hizo una base de datos con estadísticas de la propia PGR, donde aparece como ejemplo que de 88 arrestos de narcotraficantes, sólo 16 fueron del cartel del “Chapo”, y de 2 mil 600 involucrados detenidos, 44 por ciento pertenecían al cartel del Golfo –Zetas, 12 por ciento al cartel de Sinaloa y 5 por ciento al de Juárez, a pesar de disponer el gobierno de 45 mil soldados y policías federales, y del respaldo de mil 300 millones de dólares de Estados Unidos para perseguir a 450 mil sujetos vinculados a los carteles de “La Familia”, de Tijuana, de Juárez, de los “Z” y del “chapo” señalado como el más poderoso con Ismael “el mayo” Zambada e Ignacio “nacho” Coronel que, según el Departamento de Justicia del E. U. “es la mejor organización criminal del mundo”.
Asimismo reúne importantes testimonios de personajes como Manuel Fierro Méndez, quien fuera capitán de policía en Ciudad Juárez y confesó al Fiscal Russell Leahman de El Paso, Texas, pasarse al cartel del “chapo” cuando organizó el grupo “Gente Nueva”, relacionarse con un capitán del ejército conocido como “pantera” para arrestar e incautar un arsenal de armas a los narcos de “La Línea”, mientras ellos le daban “rienda suelta al tráfico de drogas a E. U.” porque todas las autoridades de la Federación, estado y los últimos cuatro alcaldes estaban sobornados.
Las revelaciones del periodista de la NPR casi no eran ignoradas en Ciudad Juárez, aunque los medios locales no dieran cuenta de todo, pero como le comentó el antropólogo de la Universidad de Texas, Howard Campbell; “si la droga pasa por todo México, el ejército debe ser inepto o apoya (cómplice), pues debe pasar todo el control militar (retenes) del país, no hay otra explicación”.
Pues algo debe haber y toca a las autoridades de seguridad S.S.P. ejército y marina sobre todo, pero también de Hacienda por el intocable “lavado” y a la retadora secretaría de Gobernación, explicarle a su jefe cómo es posible que entren y salgan por el país casi a placer, drogas, armas y dinerales para poner en evidencia su gobierno en el extranjero, y dejarlo indefenso en el país, donde su credibilidad ya es inexistente.
BALA PERDIDA.
A propósito, el capitán Fierro detenido en Estados Unidos por tráfico de drogas, dijo a los agentes de la DEA mejor informados que las policías mexicanas, que el narcotráfico esta infiltrado con las autoridades municipales desde las presidencias de Ramón Galindo, Gustavo Elizondo, Jesús Alfredo Delgado y Héctor Murguía, actual diputado federal. ¿En manos de quienes estamos? ¿Será?
(Tomado de "Periodistas en Línea")
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