Por: Juan Manuel Estarrón
Jamás sabremos los nayaritas el costo de todos los latrocinios que se han fraguado y ejecutado desde el Congreso del Estado atropellando la soberanía popular sólo por satisfacer al poderoso virrey, porque suenan entre divertidas y ridículas las justificaciones que hace el diputado Presidente Manuel Narváez Robles de la reciente reforma electoral para defender el erario de los actuales servidores públicos con intenciones de postularse a diferentes puestos representación popular.
Con ese mismo hermetismo con que manejan la hacienda “pública” nunca serán transparentes los costos mensuales del funcionamiento de la XXIX Legislatura incluyendo los chayotes últimos dados a diputados y regidores de “oposición” que votaron por esta maravilla de ley electoral que pasado el proceso electoral del 2011 ya será “obsoleta” y vuelvan –por ejemplo- a exigir el 2 ó 3 % de la votación para que los partidos conserven sus registros.
Ahora les ordenaron bajar del 2 % al 1.5 por ciento para que haya más participación ciudadana en las urnas el 3 de julio del 2011, otra declaración más ridícula y falsa que cualquiera del padre Marcial Maciel porque al señor Narváez le vale wilson si votamos o nos abstenemos; es más, les conviene esto último porque su partido gana con la pura estructura electoral.
Ahora nos resultaron también muy cuidadosos de los dineros de nuestros impuestos cuando toda la recochina vida parlamentaria el manejo fue –y sigue siendo- dispendioso con financiamientos de hasta el 50 % a fondo perdido para adquisición de vehículos nuevos salidos de la misma talega llenada de nuestros bolsillos.
Pero sin querer el líder del Congreso escupió para arriba. ¿De qué forma ahorrará obligando a renunciar a los funcionarios si estos tendrán qué ser sustituidos por sus suplentes y ganarán lo mismo como nuevos titulares? Voy a ilustrar con un ejemplo: si el mismo Narváez le da su gana y brinca a otro cuamecate, su ausencia por ocho meses tendrá qué ser cubierta por un suplente.
Otro ejemplo: el síndico de equis ayuntamiento le nace sacrificarse como candidato a la presidencia o una diputación, la administración no se quedará sin síndico y por ley tomará posesión el suplente quien, también por ley, ganaría lo mismo; y así nos cansaríamos de poner ejemplos de tantos regidores o regidoras que quisieran correr la aventura, las nóminas no se alterarían, tal vez los nervios de los contralores sí por tanto movimiento de personal.
De todo cuanto se ha escrito de esta “controversia callejera”, como la describe el Presidente del Congreso, los argumentos para combatirla son muy endebles cuando él mismo sentencia “…Vamos a seguir defendiendo el erario público para que los dineros se destinen a lo que los ciudadanos necesitan y no a espectaculares, ni jaripeos, ni a danzas de caballos, ni a nada de eso”.
Sí queda demostrado que los dueños del erario serían los nuevos funcionarios, no podríamos ver los ciudadanos ningún peso del sueldo de Roberto Sandoval porque se asignaría a otro, quizá al Síndico pero al mismo tiempo llegaría el suplente ¿Cuál ahorro entonces? Si acaso tenga toda la razón en que la contienda sea un poco menos desequilibrada porque se desteten de la ubre, pero que no salga con esas ridiculeces de la defensa del erario porque ni él se la creé.
Por ejemplo, el erario del gobierno estatal en breve más rico por el préstamo de 200 millones que contratará con la banca privada, se rumora que lleva el propósito de inyectarlo al cochinito para los mismos fines de la controvertida ley electoral; los “cañonazos” de 100 mil pesos regalados a algunos regidores para alinearlos con la aprobación de la reforma “balín” y cuchareada desde los ayuntamientos salieron de ahí y no de los bolsillos del Secretario General de Gobierno, ni fueron aportados por don José Luis Donjuan de la Peña, mucho menos por la señora que le cuida a Ney el partido.
La estrategia de retirarles el biberón con varios meses de anticipación a todos los aspirantes para que la contienda sea menos injusta y desequilibrada es una jalada legislativa digna de la más sonara carcajada porque se joderá a los opositores ya que el partido en el poder dispone de recursos ilimitados para hacer campañas de estado, como se está viendo a escasa una semana del “zarpazo priista” en 15 estados.
Por todo lo anterior la controversial reforma electoral, en lugar de participativa es restrictiva; de ser groseramente generosa con todos los contendientes que hacían campañas conservando sueldos y dietas, ganaran o perdieran, pasa a ser un marro de 12 libras encima de unos y bendito venero inagotable para otros, nomás sin hacer olas.
También se observa que de reforma avanzada que nos presume el diputado Presidente, no tiene absolutamente nada digno de mención en cuanto a la participación ciudadana porque no garantiza a las mayorías sin partido elección de candidatos ciudadanos o libres de las tutelas; por lo tanto es regresiva también porque podemos elegir de entre una gama de opciones etiquetadas desde las cúpulas y ahí termina todo.
Esa es la “novedosa” reforma priista de lo mismo del año pasado: los ciudadanos tenemos capacidad de elegir pero sigue coartado nuestro derecho a “tumbar” a nuestros representantes populares y funcionarios públicos cuando éstos traicionen nuestro sufragio; esta “reforma coja” omitió los instrumentos necesarios como el plebiscito, la consulta popular, juicio político y –el más importante- revocación de mandato.
Para terminar, estamos obligados a expresar sin tapujos que todos los que intervinieron en la confección de este traje a la medida del virrey traicionaron nuestro voto depositado en julio del 2008, porque no es lo que queríamos. Así o más clarito.
Para comentarios, por favor a: jmanuel_estarron@hotmail.com/.
También puede leernos en: www.cainay.blogspot.com/.
Jamás sabremos los nayaritas el costo de todos los latrocinios que se han fraguado y ejecutado desde el Congreso del Estado atropellando la soberanía popular sólo por satisfacer al poderoso virrey, porque suenan entre divertidas y ridículas las justificaciones que hace el diputado Presidente Manuel Narváez Robles de la reciente reforma electoral para defender el erario de los actuales servidores públicos con intenciones de postularse a diferentes puestos representación popular.
Con ese mismo hermetismo con que manejan la hacienda “pública” nunca serán transparentes los costos mensuales del funcionamiento de la XXIX Legislatura incluyendo los chayotes últimos dados a diputados y regidores de “oposición” que votaron por esta maravilla de ley electoral que pasado el proceso electoral del 2011 ya será “obsoleta” y vuelvan –por ejemplo- a exigir el 2 ó 3 % de la votación para que los partidos conserven sus registros.
Ahora les ordenaron bajar del 2 % al 1.5 por ciento para que haya más participación ciudadana en las urnas el 3 de julio del 2011, otra declaración más ridícula y falsa que cualquiera del padre Marcial Maciel porque al señor Narváez le vale wilson si votamos o nos abstenemos; es más, les conviene esto último porque su partido gana con la pura estructura electoral.
Ahora nos resultaron también muy cuidadosos de los dineros de nuestros impuestos cuando toda la recochina vida parlamentaria el manejo fue –y sigue siendo- dispendioso con financiamientos de hasta el 50 % a fondo perdido para adquisición de vehículos nuevos salidos de la misma talega llenada de nuestros bolsillos.
Pero sin querer el líder del Congreso escupió para arriba. ¿De qué forma ahorrará obligando a renunciar a los funcionarios si estos tendrán qué ser sustituidos por sus suplentes y ganarán lo mismo como nuevos titulares? Voy a ilustrar con un ejemplo: si el mismo Narváez le da su gana y brinca a otro cuamecate, su ausencia por ocho meses tendrá qué ser cubierta por un suplente.
Otro ejemplo: el síndico de equis ayuntamiento le nace sacrificarse como candidato a la presidencia o una diputación, la administración no se quedará sin síndico y por ley tomará posesión el suplente quien, también por ley, ganaría lo mismo; y así nos cansaríamos de poner ejemplos de tantos regidores o regidoras que quisieran correr la aventura, las nóminas no se alterarían, tal vez los nervios de los contralores sí por tanto movimiento de personal.
De todo cuanto se ha escrito de esta “controversia callejera”, como la describe el Presidente del Congreso, los argumentos para combatirla son muy endebles cuando él mismo sentencia “…Vamos a seguir defendiendo el erario público para que los dineros se destinen a lo que los ciudadanos necesitan y no a espectaculares, ni jaripeos, ni a danzas de caballos, ni a nada de eso”.
Sí queda demostrado que los dueños del erario serían los nuevos funcionarios, no podríamos ver los ciudadanos ningún peso del sueldo de Roberto Sandoval porque se asignaría a otro, quizá al Síndico pero al mismo tiempo llegaría el suplente ¿Cuál ahorro entonces? Si acaso tenga toda la razón en que la contienda sea un poco menos desequilibrada porque se desteten de la ubre, pero que no salga con esas ridiculeces de la defensa del erario porque ni él se la creé.
Por ejemplo, el erario del gobierno estatal en breve más rico por el préstamo de 200 millones que contratará con la banca privada, se rumora que lleva el propósito de inyectarlo al cochinito para los mismos fines de la controvertida ley electoral; los “cañonazos” de 100 mil pesos regalados a algunos regidores para alinearlos con la aprobación de la reforma “balín” y cuchareada desde los ayuntamientos salieron de ahí y no de los bolsillos del Secretario General de Gobierno, ni fueron aportados por don José Luis Donjuan de la Peña, mucho menos por la señora que le cuida a Ney el partido.
La estrategia de retirarles el biberón con varios meses de anticipación a todos los aspirantes para que la contienda sea menos injusta y desequilibrada es una jalada legislativa digna de la más sonara carcajada porque se joderá a los opositores ya que el partido en el poder dispone de recursos ilimitados para hacer campañas de estado, como se está viendo a escasa una semana del “zarpazo priista” en 15 estados.
Por todo lo anterior la controversial reforma electoral, en lugar de participativa es restrictiva; de ser groseramente generosa con todos los contendientes que hacían campañas conservando sueldos y dietas, ganaran o perdieran, pasa a ser un marro de 12 libras encima de unos y bendito venero inagotable para otros, nomás sin hacer olas.
También se observa que de reforma avanzada que nos presume el diputado Presidente, no tiene absolutamente nada digno de mención en cuanto a la participación ciudadana porque no garantiza a las mayorías sin partido elección de candidatos ciudadanos o libres de las tutelas; por lo tanto es regresiva también porque podemos elegir de entre una gama de opciones etiquetadas desde las cúpulas y ahí termina todo.
Esa es la “novedosa” reforma priista de lo mismo del año pasado: los ciudadanos tenemos capacidad de elegir pero sigue coartado nuestro derecho a “tumbar” a nuestros representantes populares y funcionarios públicos cuando éstos traicionen nuestro sufragio; esta “reforma coja” omitió los instrumentos necesarios como el plebiscito, la consulta popular, juicio político y –el más importante- revocación de mandato.
Para terminar, estamos obligados a expresar sin tapujos que todos los que intervinieron en la confección de este traje a la medida del virrey traicionaron nuestro voto depositado en julio del 2008, porque no es lo que queríamos. Así o más clarito.
Para comentarios, por favor a: jmanuel_estarron@hotmail.com/.
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