De nueva cuenta, la noche de ayer martes 6 de julio, la guerra que libra el gobierno federal contra las huestes del crimen organizado, dieron pie a que cuatro personas, hasta el momento desconocidas fueran ejecutadas con armas de grueso calibre en Acaponeta, dejando un saldo escandaloso de cuatro personas muertas, dentro de una camioneta Jeep Cherokee con placas del Estado de Sinaloa.
La balacera se registró aproximadamente a las 23:40 horas y el ruido que provocó la lluvia de fuego de las armas de alto poder, se escuchó hasta la zona centro de la ciudad, a pesar de que los asesinatos fueron a la altura de las agencias Chrysler y Nissan, sobre el bolulevard "Juan Espinosa Bávara", casi frente del panteón y de la propia agencia del ministerio público y módulo de la PGJ del Estado de Nayarit.
Hasta el momento la información ha fluido con lentitud, pero la violencia que se registró anoche viene a sumarse al crimen del pasado domingo apenas pasada la medianoche del sábado, donde una persecusión de vehículos culminó frente a la Secundaria "Leyes de Reforma" donde quedó la camioneta Dodge RAM 2500 color plata, modelo 2010, completamente balaceada quedando en su interior el cuerpo sin vida de Diego Fernando Carranza López, de apenas 15 años de edad, mismo que era originario de Hermosillo, Sonora, el cual falleció por heridas producidas por proyectil de arma de fuego, calibre 7.62 x 39, con exposición de masa encefálica; este muchachito acababa de llegar del norte a una fiesta familiar y regresó de improviso a su natal y a sus padres, ya sin vida. También sentado sobre el asiento del copiloto, el conductor de nombre Luis Miguel López Díaz de 27 años de edad, tío del anterior, originario de San José de Gracia, muy conocido por haber sido regidor durante el gobierno de Santos Díaz Mendoza, el cual al parecer recibió ocho impactos de bala que lo tuvieron al borde de la muerte en un hospital del Puerto de Mazatlán. Por cierto que en el interior del vehículo se halló una pistola 9 mm encasquillada, por lo que se presume que Luis Miguel intentó defenderse de sus agresores.
Ante estos hechos que vienen a perturbar la paz y tranquilidad de un pueblo que era feliz, la ciudadanía vive en la zozobra y la importencia, pues en las calles acaponetenses, no se ve a ninguna autoridad que vengan a poner orden donde ya aparecen de manera común muertos y heridos.
La balacera se registró aproximadamente a las 23:40 horas y el ruido que provocó la lluvia de fuego de las armas de alto poder, se escuchó hasta la zona centro de la ciudad, a pesar de que los asesinatos fueron a la altura de las agencias Chrysler y Nissan, sobre el bolulevard "Juan Espinosa Bávara", casi frente del panteón y de la propia agencia del ministerio público y módulo de la PGJ del Estado de Nayarit.
Hasta el momento la información ha fluido con lentitud, pero la violencia que se registró anoche viene a sumarse al crimen del pasado domingo apenas pasada la medianoche del sábado, donde una persecusión de vehículos culminó frente a la Secundaria "Leyes de Reforma" donde quedó la camioneta Dodge RAM 2500 color plata, modelo 2010, completamente balaceada quedando en su interior el cuerpo sin vida de Diego Fernando Carranza López, de apenas 15 años de edad, mismo que era originario de Hermosillo, Sonora, el cual falleció por heridas producidas por proyectil de arma de fuego, calibre 7.62 x 39, con exposición de masa encefálica; este muchachito acababa de llegar del norte a una fiesta familiar y regresó de improviso a su natal y a sus padres, ya sin vida. También sentado sobre el asiento del copiloto, el conductor de nombre Luis Miguel López Díaz de 27 años de edad, tío del anterior, originario de San José de Gracia, muy conocido por haber sido regidor durante el gobierno de Santos Díaz Mendoza, el cual al parecer recibió ocho impactos de bala que lo tuvieron al borde de la muerte en un hospital del Puerto de Mazatlán. Por cierto que en el interior del vehículo se halló una pistola 9 mm encasquillada, por lo que se presume que Luis Miguel intentó defenderse de sus agresores.
Ante estos hechos que vienen a perturbar la paz y tranquilidad de un pueblo que era feliz, la ciudadanía vive en la zozobra y la importencia, pues en las calles acaponetenses, no se ve a ninguna autoridad que vengan a poner orden donde ya aparecen de manera común muertos y heridos.
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