Una muy buena noticia trajo a Acaponeta el antropólogo Raúl Andrés Méndez Lugo, muy amigo de este municipio, en esta fiesta de la cultura que estamos viviendo, pues nos ha informado, en un momento de la conferencia que dictó en la extensión universitaria el día de ayer, que con motivo de las fiestas del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, han solicitado a diversas instancias culturales y gubernamentales, que cuatro estaciones del ferrocarril, hoy abandonadas y prácticamente en ruinas, sean rehabilitadas y convertidas en centros culturales.
Esas cuatro estaciones son: la del vecino municipio de Ruiz, en la zona norte de Nayarit; la de Ahuacatlán, en la parte sur; la estación de Tetitlán, conocida como Valle Verde, igualmente en el municipio de Ahuacatlán y nuestra añeja, bella, amplia, pero muy deteriorada estación del tren en Acaponeta, en la zona norte de la ciudad.
Este edificio que guarda la características físicas y arquitectónicas de la viejas estaciones clásicas de principios de siglo XX, comenzó a ser construido en 1903 y terminaron a finales de 1909, justo a tiempo para recibir a la “punta de fierro” como llamaban al tren, los asombrados habitantes de aquel entonces, ya que este arribó a la ciudad desde el norte, justo el 1º. de enero de 1910, por lo que esta estación también cumplió 100 años de historia, que no han pasado en balde, puesto que el bello inmueble, ya denota el paso de tiempo en sus muros y techos.
Para esta ciudad el edificio de la estación es muy importante, pues a partir de la llegada del ferrocarril, cambió por completo la historia de este pueblo perdido entre la llanura costera del noroeste y la Sierra Madre Occidental, ya que con las máquinas y los vagones de pasajeros y carga, traían no solo gente y mercancías, sino cultura, ya que siendo Mazatlán, por ejemplo, puerto, todo tipo de personas, actitudes y tendencias artísticas y filosóficas, desembarcaban ahí y luego, por las vías férreas se extendieron hacia acá. Con la llegada de este moderno ingenio, de ese entonces, comenzó la etapa de la Atenas de Nayarit.
Un claro ejemplo es el mote de “Ciudad de las Gardenias”. La estación se convirtió de golpe y porrazo en un centro de reunión para los ciudadanos, se transformó la estación con sus andenes en un paseo para la gente que se maravillaba con la recalada que a diario hacían los convoyes y las maniobras que ahí se hacían. Alguien tuvo la feliz ocurrencia de subir a los vagones a vender canastitas con matitas de la aromática gardenia, que con el tiempo se volvieron populares entre los pasajeros de tenían la fortuna de pasar por este pueblito.
La idea de convertir a la otrora estación ferrocarrilera en un amplio museo o espacio para las culturas populares, nos llena de alegría a todos, pues lo que hoy son solitarias salas de espera u oficinas, llenas de basura y murciélagos, se pueden convertir en muy poco tiempo en un espacio para la creación y la capacitación artística. Sería el regalo ideal de los festejos del bicentenario y centenario para nuestro municipio y la región, pues sé bien, no me queda duda, que los habitantes del lugar donde el frijol se enreda a la caña, harán crecer, progresar y dar vida al museo o al centro cultural que ahí se instale y dar cabida y protección al patrimonio cultural, tangible e intangible, que por acá tenemos de manera tan rica y profusa. Los que están fallando son los funcionarios municipales, que no dan señales de vida, hasta donde sabemos para los mencionados festejos del bicentenario y centenario. Ojala me equivoque. (PEPE MORALES)
Esas cuatro estaciones son: la del vecino municipio de Ruiz, en la zona norte de Nayarit; la de Ahuacatlán, en la parte sur; la estación de Tetitlán, conocida como Valle Verde, igualmente en el municipio de Ahuacatlán y nuestra añeja, bella, amplia, pero muy deteriorada estación del tren en Acaponeta, en la zona norte de la ciudad.
Este edificio que guarda la características físicas y arquitectónicas de la viejas estaciones clásicas de principios de siglo XX, comenzó a ser construido en 1903 y terminaron a finales de 1909, justo a tiempo para recibir a la “punta de fierro” como llamaban al tren, los asombrados habitantes de aquel entonces, ya que este arribó a la ciudad desde el norte, justo el 1º. de enero de 1910, por lo que esta estación también cumplió 100 años de historia, que no han pasado en balde, puesto que el bello inmueble, ya denota el paso de tiempo en sus muros y techos.
Para esta ciudad el edificio de la estación es muy importante, pues a partir de la llegada del ferrocarril, cambió por completo la historia de este pueblo perdido entre la llanura costera del noroeste y la Sierra Madre Occidental, ya que con las máquinas y los vagones de pasajeros y carga, traían no solo gente y mercancías, sino cultura, ya que siendo Mazatlán, por ejemplo, puerto, todo tipo de personas, actitudes y tendencias artísticas y filosóficas, desembarcaban ahí y luego, por las vías férreas se extendieron hacia acá. Con la llegada de este moderno ingenio, de ese entonces, comenzó la etapa de la Atenas de Nayarit.
Un claro ejemplo es el mote de “Ciudad de las Gardenias”. La estación se convirtió de golpe y porrazo en un centro de reunión para los ciudadanos, se transformó la estación con sus andenes en un paseo para la gente que se maravillaba con la recalada que a diario hacían los convoyes y las maniobras que ahí se hacían. Alguien tuvo la feliz ocurrencia de subir a los vagones a vender canastitas con matitas de la aromática gardenia, que con el tiempo se volvieron populares entre los pasajeros de tenían la fortuna de pasar por este pueblito.
La idea de convertir a la otrora estación ferrocarrilera en un amplio museo o espacio para las culturas populares, nos llena de alegría a todos, pues lo que hoy son solitarias salas de espera u oficinas, llenas de basura y murciélagos, se pueden convertir en muy poco tiempo en un espacio para la creación y la capacitación artística. Sería el regalo ideal de los festejos del bicentenario y centenario para nuestro municipio y la región, pues sé bien, no me queda duda, que los habitantes del lugar donde el frijol se enreda a la caña, harán crecer, progresar y dar vida al museo o al centro cultural que ahí se instale y dar cabida y protección al patrimonio cultural, tangible e intangible, que por acá tenemos de manera tan rica y profusa. Los que están fallando son los funcionarios municipales, que no dan señales de vida, hasta donde sabemos para los mencionados festejos del bicentenario y centenario. Ojala me equivoque. (PEPE MORALES)
1 comentario:
Estimados paisanos esta idea ya la habia comentado un servidor en el articulo: Estación de FF.CC. en Ruinas de Juan Fregoso, lo cual me parece excelente, acontinuación reproduzco el comentario de esa nota.
Este historico edificio fue por mucho tiempo emblema de nuestro pueblo Acaponeta, lamentablemente despues de la privatización de ferrocarriles nacionales a quedado en el abandono seria buena idea que el gobierno municipal lo adquiriera se remodelara y se instalara un museo tipo ferrocarrilero como el que existe en la ciudad de Oaxaca a las afueras en donde hay incluso hasta vagones antiguos, bueno este museo lo vi visite por el año de 1995 no se si exista todavia. No olvidemos que el ferrocarril fue pionero del progreso de acaponeta y del conocimiento mas alla del estado de nuestra ciudad "Acaponeta York" como le llamo con nostalgia aca en Guadalajara.
Q.F.B. Efraín Gonzalez Medina.
27 de octubre de 2009 9:12
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