Por: Héctor Algarín Espinosa
"Hijo de maguey, mecate".
Los hijos heredan lo que son sus padres...
Las vestiduras se desgarran, las opiniones se dividen, nadie se pone de acuerdo, unos lo justifican otros lo condenan, en el contexto de la idiosincrasia del mexicano esto es "caldo de cultivo" con los ingredientes necesarios y suficientes para perder el tiempo (muy seguramente como lo hago en este momento). A lo largo de la historia (de cada uno de nosotros) el tema es recurrente generacionalmente.
Los invito de la manera más atenta a escribir otra historia, no con colores tenues ni con personajes tele-novelescos, ni en lugares de ensueño, ni con ropas de reconocidas marcas o carros ultimo modelo, sin partidarismos, sin falsas expectativas pero sí,...¡con mucho optimismo!
Dejemos constancia a nuestros descendientes con el ejemplo, de cómo deben de ser las cosas: de la disciplina que conlleva el trabajo, del amor y el respeto que debemos de tener por la naturaleza, por la vida propia y la ajena, por los valores humanos, sociales y de credo, actuar con honestidad, con mesura pero a la vez... ¡ser atrevidos!
Hemos caído en un estatus de duda, de temor, de envidia, estamos inmersos en un pantano en donde el mas apto saldrá adelante y rara vez se ve el esfuerzo colectivo para empujar todos en una sola dirección.
Estamos siendo invadidos en nuestro entorno por noticias fatalistas, increíbles por su concepción, malévolas, alarmistas y sensacionalistas, la imaginación (como nunca antes) rebaso la realidad.
Que si tuvimos la desgracia de ser conquistados por España; Que si La Malinche, Que si se perdió más de la mitad del territorio nacional, Que si los grandes traidores de la historia, Que quién fue más corrupto: si fulanito o Sutanito (se omiten nombres "por salud mental") , Que si el error de diciembre (El efecto Tequila), Que si los machetes de "San Salvador Atenco", Que si el desafuero, Que las culebras, víboras, alacranes y tepocatas, Que el gobierno del empleo....
No les ocultemos datos a nuestros hijos, pero no permitamos que los abrumen con todo lo que a nosotros nos dijeron, lo que a nosotros nos hicieron....Somos el producto de una generación vejada, pisoteada, con escasos logros de los cuales presumir (con las honrosas excepciones de compatriotas que por un esfuerzo personal lograron sobresalir), pero de eso a que les contemos a nuestros hijos de todas nuestras penas históricas que nos endosaron y que algunos vivimos, no lo hagamos, no les demos falsas expectativas, pero tampoco les digamos de las penurias que se padecieron.
Hagamos un extracto, rescatemos lo positivo (que es mucho), lo bonito de nuestra historia (que es vasta), desechemos la basura de todo lo que la historia (mal escrita) y que a base de machacarnos oficialmente nos han querido inculcar.
Seamos la directriz de una nueva generación de Mexicanos: Nuestros hijos, para que los hijos de nuestros hijos, hagan lo mismo...
Eduquemos los con valores, hagámoslos responsables. En un entorno tan corrupto, de fortunas mal habidas, de narcotrafico, de mentiras, es menester que todos y cada uno de nosotros (los Papás) seamos el parteaguas de esta generación que apenas empieza...
La insolencia colectiva tiene un solo antídoto, la responsabilidad individual.
Estoy convencido que la grandeza de una nación comienza por aprender a mantenerla limpia y ordenada...está en nuestras manos.
Digo...nomás como comentario.
Los hijos heredan lo que son sus padres...
Las vestiduras se desgarran, las opiniones se dividen, nadie se pone de acuerdo, unos lo justifican otros lo condenan, en el contexto de la idiosincrasia del mexicano esto es "caldo de cultivo" con los ingredientes necesarios y suficientes para perder el tiempo (muy seguramente como lo hago en este momento). A lo largo de la historia (de cada uno de nosotros) el tema es recurrente generacionalmente.
Los invito de la manera más atenta a escribir otra historia, no con colores tenues ni con personajes tele-novelescos, ni en lugares de ensueño, ni con ropas de reconocidas marcas o carros ultimo modelo, sin partidarismos, sin falsas expectativas pero sí,...¡con mucho optimismo!
Dejemos constancia a nuestros descendientes con el ejemplo, de cómo deben de ser las cosas: de la disciplina que conlleva el trabajo, del amor y el respeto que debemos de tener por la naturaleza, por la vida propia y la ajena, por los valores humanos, sociales y de credo, actuar con honestidad, con mesura pero a la vez... ¡ser atrevidos!
Hemos caído en un estatus de duda, de temor, de envidia, estamos inmersos en un pantano en donde el mas apto saldrá adelante y rara vez se ve el esfuerzo colectivo para empujar todos en una sola dirección.
Estamos siendo invadidos en nuestro entorno por noticias fatalistas, increíbles por su concepción, malévolas, alarmistas y sensacionalistas, la imaginación (como nunca antes) rebaso la realidad.
Que si tuvimos la desgracia de ser conquistados por España; Que si La Malinche, Que si se perdió más de la mitad del territorio nacional, Que si los grandes traidores de la historia, Que quién fue más corrupto: si fulanito o Sutanito (se omiten nombres "por salud mental") , Que si el error de diciembre (El efecto Tequila), Que si los machetes de "San Salvador Atenco", Que si el desafuero, Que las culebras, víboras, alacranes y tepocatas, Que el gobierno del empleo....
No les ocultemos datos a nuestros hijos, pero no permitamos que los abrumen con todo lo que a nosotros nos dijeron, lo que a nosotros nos hicieron....Somos el producto de una generación vejada, pisoteada, con escasos logros de los cuales presumir (con las honrosas excepciones de compatriotas que por un esfuerzo personal lograron sobresalir), pero de eso a que les contemos a nuestros hijos de todas nuestras penas históricas que nos endosaron y que algunos vivimos, no lo hagamos, no les demos falsas expectativas, pero tampoco les digamos de las penurias que se padecieron.
Hagamos un extracto, rescatemos lo positivo (que es mucho), lo bonito de nuestra historia (que es vasta), desechemos la basura de todo lo que la historia (mal escrita) y que a base de machacarnos oficialmente nos han querido inculcar.
Seamos la directriz de una nueva generación de Mexicanos: Nuestros hijos, para que los hijos de nuestros hijos, hagan lo mismo...
Eduquemos los con valores, hagámoslos responsables. En un entorno tan corrupto, de fortunas mal habidas, de narcotrafico, de mentiras, es menester que todos y cada uno de nosotros (los Papás) seamos el parteaguas de esta generación que apenas empieza...
La insolencia colectiva tiene un solo antídoto, la responsabilidad individual.
Estoy convencido que la grandeza de una nación comienza por aprender a mantenerla limpia y ordenada...está en nuestras manos.
Digo...nomás como comentario.
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