Quién lo fuera de decir, los bailes eróticos y ciertamente ridículos de la mamá de Lucerito, tienen un fin social. No cabe duda, tanto aquí, en los pueblos del norte nayarita, como en el sur de Timbuctú, el chisme es cosa apreciada y degustada como exquisito manjar. No es agradable decirlo, pero nos gusta ver en desgracia a otro, pues cuando la mala suerte entra en nuestros hogares, la verdad es que deseamos compartirla.
La dama de los encajes negros, movimientos cadenciosos y sugerentes, así como gestos más propios de una película de ficheras, que de una señora madre de una connotada celebridad, llenaron de visitantes las páginas siempre novedosas del Youtube, que se ha convertido en otro miembro de la familia. Viendo a la Señora Lucero León, que creo que así se llama, se nos ha olvidado por un rato la carestía, el precio de la tortilla, que algunos abusivos y criminales comerciantes han subido nada más por sus pistolas. Viendo los devaneos guapachosos de Doña Lucy, aparte de recordar a una Lyn May, venida a menos, olvidamos que con muchos millones de bilimbiques, se quiere construir una ciudad Satélite en Tepic, incomprensible, onerosa, fantástica y digna de fábula, por ser esta iniciativa, que se completará en una Estado pobre y necesitado de obras y apoyos más apegados a la realidad.
La danza de los siete cueros, sacada de las mil y una noches de petatiux, logró que por una tarde se olvidara que ya tenemos encima el cambio de placas, la tenencia, el pago del predial, del agua potable y el telecable, para seguir distrayéndonos con frivolidades sensacionalistas como esta de la Mamá de Lucerito. Si cobraran un peso, por visita al Youtube para ver a la señora bailar sin tubo, fácilmente rompían la marca del Teletón, aun sin Lucero.
Qué barbaridad, hasta la nota de la dama en seductora lencería, medias y liguero, compitió con noticias tan importantes y graves como la aprehensión de Teodoro García Simental, alias “El Teo”, feroz gatillero y facineroso norteño; o el terrible terremoto de Haití, que puede dejar hasta 100 mil muertos. La celulitis de la madre de Lucerito, fue más importante por unos momentos que la caída del helicóptero donde viajaba buena parte de la famosa y acaudalada familia Saba.
Aquí mismo en Acaponeta, he escuchado más comentarios sobre el derecho de la señora a mostrarse en cueros, que sobre la cuesta de enero; otros opinan, que no debemos juzgar a nadie y quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra. Y uno que es tendencias conservadoras y el único baile erótico que realizo, con muy poca gracia y elegancia por cierto, es bajo la regadera como le abro por equivocación al agua fría y por supuesto sin paparazzis a la vista, quisimos tomar la primera roca, pero por prudencia nos detuvimos.
Así pues, Doña Lucero León, tuvo ya sus quince minutos de gloria y será recordada por siglos como la Gran Odalisca del nopal y la tuna, engrosando las listas de distractores nacionales como el chupacabras, Tohuí, el osito panda, Keiko la ballena, Tarugo Sánchez y la selección nacional, la mortal influenza, la llorona en su momento; o los escándalos de los sacerdotes pederastas y hasta Juanito "el güey-tlatoani" de Iztapalapa. El caso es que nos olvidamos de muchos males y hay que agradecer a la flamante bailadora del kamasutra de bolsillo, ese rato de buen humor y como dijo el poeta: “por una noche se olvidó, que cada uno es cada cual”… (PEPE MORALES)
La danza de los siete cueros, sacada de las mil y una noches de petatiux, logró que por una tarde se olvidara que ya tenemos encima el cambio de placas, la tenencia, el pago del predial, del agua potable y el telecable, para seguir distrayéndonos con frivolidades sensacionalistas como esta de la Mamá de Lucerito. Si cobraran un peso, por visita al Youtube para ver a la señora bailar sin tubo, fácilmente rompían la marca del Teletón, aun sin Lucero.
Qué barbaridad, hasta la nota de la dama en seductora lencería, medias y liguero, compitió con noticias tan importantes y graves como la aprehensión de Teodoro García Simental, alias “El Teo”, feroz gatillero y facineroso norteño; o el terrible terremoto de Haití, que puede dejar hasta 100 mil muertos. La celulitis de la madre de Lucerito, fue más importante por unos momentos que la caída del helicóptero donde viajaba buena parte de la famosa y acaudalada familia Saba.
Aquí mismo en Acaponeta, he escuchado más comentarios sobre el derecho de la señora a mostrarse en cueros, que sobre la cuesta de enero; otros opinan, que no debemos juzgar a nadie y quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra. Y uno que es tendencias conservadoras y el único baile erótico que realizo, con muy poca gracia y elegancia por cierto, es bajo la regadera como le abro por equivocación al agua fría y por supuesto sin paparazzis a la vista, quisimos tomar la primera roca, pero por prudencia nos detuvimos.
Así pues, Doña Lucero León, tuvo ya sus quince minutos de gloria y será recordada por siglos como la Gran Odalisca del nopal y la tuna, engrosando las listas de distractores nacionales como el chupacabras, Tohuí, el osito panda, Keiko la ballena, Tarugo Sánchez y la selección nacional, la mortal influenza, la llorona en su momento; o los escándalos de los sacerdotes pederastas y hasta Juanito "el güey-tlatoani" de Iztapalapa. El caso es que nos olvidamos de muchos males y hay que agradecer a la flamante bailadora del kamasutra de bolsillo, ese rato de buen humor y como dijo el poeta: “por una noche se olvidó, que cada uno es cada cual”… (PEPE MORALES)
1 comentario:
jajajajaj, Bastante divertida la nota profesor!!! GRACIAS y en este momento me voy a youtuve para ver a nuestra fina dama, ya habrá tiempo para los males interminables de nuestro méxico, ¿Que le vamos a hacer?
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