Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
Existen personajes en nuestro pueblo, que a veces pasan desapercibidos y no registran las crónicas locales, pero que tienen su importancia y siempre resultan interesantes, uno de ellos fue un comerciante mazatleco, muy adinerado que vivió y desarrolló negocios desde finales del siglo XIX y principios del XX, su nombre era J. Encarnación Arjona, al cual llamaban Don Chon Arjona.
Pocos datos hay de este personaje, lo que sabemos es que construyó la casona de la esquina de Veracruz y Corona, justo donde por algunos estuvo el Tambo Mambo y que fue casa de llegada de la familia Sánchez Hidalgo Robles, a la cual su servidor pertenece. Lo que sé de Don Chon Arjona, es que comerciaba en oro, con las decenas de gambusinos que llegaban de la sierra o las comunidades donde podían extraer el mineral precioso. Tengo entendido también que era representante de importantes empresas nacionales que llegaban al puerto mazatleco a hacer negocios y además tenía una fábrica de hielo, que fue de las primeras en el municipio, negociación que quedaba ubicada en lo que hoy es la calle Oaxaca de esta ciudad, justo entre la sede del PRI y el bar Sevilla. Don Chon, era dueño prácticamente de todo esa manzana que incluiría lo que es Elektra y todas esas viviendas de la zona. El Sr. Encarnación, hacía pan también y hasta se daba el lujo de traer maestros panaderos de Mazatlán, especialistas en pan europeo, destacando, según me cuenta Don Rafael Moreno Ruiz --de familia de panaderos-- de un delicioso pan de ajo, muy semejante al bolillo de hoy, así como unas sabrosas galletitas también del tipo de la Europa de la región de Dinamarca. Es muy probable que incluso, una conocida panadería fuera de su propiedad, pues se encontraba precisamente en una de las muchas casas que tenía, se trata de antiquísima panadería "El Sindicato" que se hallaba por el rumbo de lo que hoy es Elektra. El caso es que Encarnación Arjona era un hombre inteligente para los negocios y tenía a su servicio muchos empleados a los cuales pagaba –cosa que se acostumbraba en aquellos tiempos—con una moneda que él mismo acuñaba. Estos círculos metálicos de cobre, indicaban una cantidad en una de las caras, y por la otra, el nombre de J. Encarnación Arjona y el de Acaponeta, Tep., puesto que en aquel tiempo, no existía aún el Estado de Nayarit y este era el Territorio de Tepic.
Por motivos que desconozco, sentó sus reales en Acaponeta a finales del siglo XIX y como ya mencioné, construyó la casa Arjona en el año de 1896 y la propiedad original era bastante grande, ya que abarcaba, al igual que la ya mencionada, casi toda esa manzana e incluso en uno de sus amplios pasillos se realizaban fiestas o reuniones numerosas en lo que llamaban el “Salón Arjona” y que todavía funcionaba a finales de los años 20 ya en el siglo del mismo número y que años después fue la cantina y billar "Salón Imán". Don Chon, casó incluso con una acaponetense, la Srita. Bonifacia Robles Dueñas, quien era hermana de Don Francisco Robles, notable de aquellos tiempos y que por años administró el Mercado Corona. Chon y Boni, no tuvieron descendencia y a la muerte de él, Don Pancho Robles, administró parte de los bienes y propiedades que con el paso del tiempo se perdieron.
Muestro aquí una antigua fotografía de la pareja y de un par de monedas acuñadas por el Sr. Arjona que actualmente están en poder del amigo José Díaz, talabartero que tuvo por muchos años su taller en la esquina propiedad de Don Chon y actualmente labora sobre la calle Corona, a unos pasos de ahí.
Poco se sabe de la muerte de Encarnación Arjona, pero sin duda fue un hombre poderoso y adinerado, que viajaba mucho entre el puerto sinaloense y esta ciudad de Acaponeta.
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