Por: Néstor Chávez Gradilla
Cronista Municipal
En el año de 1911, fuerzas de revolucionarios partidarios de Don Francisco I. Madero comandadas por Don Martín Espinosa Segura (originario de Escuinapa, de padres y abuelos acaponetenses) llegaron al Territorio de Tepic por el sur de Sinaloa, entrando por Acaponeta, en donde se unió a las fuerzas del Gral. Baltazar Peña, logrando reunir entre ambos un poderoso ejército improvisado, mal armado y sin entrenamiento, ni disciplina militar; pero con una fiera e inquebrantable determinación de acabar con la dictadura porfirista. Entre ambas fuerzas, las de Espinosa y las de Peña, sumaron más de tres mil hombres.
En su avance hacia el sur, lograron recuperar la plaza de Tepic que estaba en manos de fuerzas porfiristas comandados por el Jefe Político del Territorio Gral. Mariano Ruiz, el día 24 de mayo.
Quizá Ruiz, quien defendía la plaza con 1500 efectivos, contra unos atacantes que le doblaban en número, hubiera podido hacerles frente y presentar férrea y tenaz resistencia; pero casualmente logró interceptar un telegrama que Espinosa envió a un general maderista que venía del sur en su apoyo con más de tres mil elementos y que llegaría de un momento a otro. Con esta información, Ruiz comprendió que sería por demás derramar sangre inútilmente, decidiendo entregar la plaza sin luchar, solicitándoles a los atacantes ciertas condiciones para su rendición.
En dichas condiciones se acordó, que después del desarme de los federales, se les concedería retirarse en orden de Tepic, partiendo Ruiz con su ejército federal hacia el sur.
Espinosa de inmediato, informó telefónicamente a Madero de la toma y recuperación del Territorio de Tepic. Por esta valiente acción, Madero solicitó a su amigo el nuevo Presidente Interino de México, Lic. Francisco León de la Barra, el grado de General Brigadier, y el nombramiento de Jefe Militar y Político del territorio para Martín Espinosa, haciéndose cargo de la jefatura el 20 de junio de 1911. En Tepic, Martín Espinosa se enteró de la renuncia del Gral. Don Porfirio Díaz de fecha 25 de mayo, y del nombramiento de León de la Barra como Presidente Interino, información que le proporcionó el mismo Madero.
El mismo día que tomó Espinosa posesión de su nuevo cargo, desconoce a la autoridad municipal que estaba a cargo del Sr. Bernardo L. Martínez, y el 24 de mayo organiza un plebiscito en el Teatro Calderón, para elegir al nuevo ayuntamiento, siendo elegido para el cargo el Sr. Carlos Castilla.
Entre los problemas que Espinosa enfrentó al mando de la Jefatura del Territorio, se cuenta un levantamiento armado de un grupo de “reyistas” (partidarios del Gral. Bernardo Reyes y enemigos de Madero) liderados por Abel de la Mora, Plácido Quintero y Juan Uribe Osuna, quienes se insurreccionaron el 20 de noviembre de 1911, al grito de ¡Viva Reyes!
Martín Espinosa estaba enfermo, y como no podía levantarse a luchar, encargó la defensa al aguerrido y valiente jovencito sinaloense Coronel Rafael Buelna Tenorio, quien acabó por derrotarlos en pocos días, auxiliado por los jefes rurales Crl. José María Páez y el Mayor Manuel G. Salazar.
Otro alzamiento que causó fuertes dolores de cabeza al Gral. Espinosa, fue el pronunciamiento del oficial del 7º. Batallón Federal, Teniente Miguel Guerrero, el 24 de febrero de 1912, quien al frente de 150 hombres se levantó en armas pretendiendo desalojar a los maderistas del Territorio en apoyo del movimiento “reyista”.
A este insurrecto y su gavilla, los combatieron tenazmente durante muchos meses sin dar ni pedir cuartel, el Gral. Martín Espinosa, Coroneles Rafael Buelna e Isaac Espinosa Bávara y los cabos acaponetenses Juventino Espinosa Sánchez, Pedro Espinosa Bávara y Fidencio Espinosa Camarena (todos ellos primos entre sí, con excepción de Buelna).
Después de los sangrientos hechos ocurridos en la llamada “Decena Trágica” en febrero de 1913, del asesinato cobarde de Madero y Pino Suárez, y del arbitrario autonombramiento del Gral. Victoriano Huerta como Presidente de México, todos los revolucionarios maderistas pasaron a ser enemigos del nuevo régimen huertista, dando por consecuencia también de que todo el Ejército Federal antes maderista , se declarara fiel y a las órdenes del usurpador.
Viendo en peligro sus vidas, Martín Espinosa, los coroneles Rafael Buelna e Isaac Espinosa Bávara, Pedro, Juventino y otros fieles amigos, salieron huyendo rumbo a la sierra el 27 de marzo de 1913, perseguidos muy de cerca por los federales quienes ya tenían órdenes de detenerlos y fusilarlos.
Durante varios días marcharon por la Sierra de Nayarit, pero en San Blasito, Espinosa dispuso lo siguiente:
- Que Pedro, Isaac y sus acompañantes, pasaran las sierras de Durango y Chihuahua, para de ir brincar a Sonora y unirse a las fuerzas del Gral. Obregón.
- Que él mismo, partiría también a través de varios estados para salir por los Estados Unidos y bajar a Piedras Negras, Coah. a ponerse a las órdenes de Carranza.
- Que Buelna bajara por la sierra a Acaponeta para que de ahí pasara al sur de Sinaloa, reunir gente y armas para continuar la lucha por la recuperación del Territorio.
Buelna, al llegar a Escuinapa, se encontró con los líderes maderistas Lino Cárdenas y Francisco Pérez “El Gacho”, quienes hostilizaban con alrededor de cien hombres a los federales. Al platicar con ellos, Buelna los convenció de atacar la plaza de Acaponeta, defendida por pocos federales y apoderarse de sus armas y pertrechos.
A cargo de la defensa de Acaponeta, estaba el Capitán Segundo Tomás Rodríguez, al mando del 22º. Batallón huertista. Buelna y sus amigos iniciaron el asalto el 25 de marzo de 1913 al grito de: ¡Viva Maytorena! (líder revolucionario sonorense).
A pesar de no llegar a 50 el número de defensores federales huertistas (entre militares, rurales, gendarmes y civiles armados), rechazaron a los atacantes con vigor y fiereza, obligándolos a retirarse de nuevo por el rumbo de Sinaloa.
En este frustrado ataque, perdió la vida el revolucionario escuinapense Francisco Pérez “El Gacho”, y un testigo dijo que quién lo mató fue una señora que le disparó desde una ventana de los altos de la casa del Ing. Lamberto Cabañas (donde hoy existe el Hotel Plaza). Junto con “El Gacho” murieron otros cuatro atacantes, y tres de los defensores.
El Ing. Cabañas fue un importante industrial que llegó a Acaponeta en 1903, para dedicarse a la explotación de la caña mediante la instalación de trapiches panocheros, que fueron los primeros que hubo en la región. Fue el que introdujo el uso de la “caña morada” de mejor rendimiento en el Territorio. Como sabía hablar perfectamente el inglés, los gringos encargados de la construcción del puente y la llamada “punta de fierro” del “Railroad Southern Pacific. Co.” (que después sería Ferrocarril Sud-Pacífico de México), contrataron sus servicios profesionales para esa importante obra.
Cabañas se retiró de Acaponeta cuando ya hubo en esta ciudad demasiados trapiches, dejando de ser negocio para él, yéndose a radicar a Guadalajara donde falleció a los pocos años.
Nunca pude conseguir información acerca de la mujer que le disparó al “El Gacho” desde la ventana de la casa del Ing. Cabañas.
En su avance hacia el sur, lograron recuperar la plaza de Tepic que estaba en manos de fuerzas porfiristas comandados por el Jefe Político del Territorio Gral. Mariano Ruiz, el día 24 de mayo.
Quizá Ruiz, quien defendía la plaza con 1500 efectivos, contra unos atacantes que le doblaban en número, hubiera podido hacerles frente y presentar férrea y tenaz resistencia; pero casualmente logró interceptar un telegrama que Espinosa envió a un general maderista que venía del sur en su apoyo con más de tres mil elementos y que llegaría de un momento a otro. Con esta información, Ruiz comprendió que sería por demás derramar sangre inútilmente, decidiendo entregar la plaza sin luchar, solicitándoles a los atacantes ciertas condiciones para su rendición.
En dichas condiciones se acordó, que después del desarme de los federales, se les concedería retirarse en orden de Tepic, partiendo Ruiz con su ejército federal hacia el sur.
Espinosa de inmediato, informó telefónicamente a Madero de la toma y recuperación del Territorio de Tepic. Por esta valiente acción, Madero solicitó a su amigo el nuevo Presidente Interino de México, Lic. Francisco León de la Barra, el grado de General Brigadier, y el nombramiento de Jefe Militar y Político del territorio para Martín Espinosa, haciéndose cargo de la jefatura el 20 de junio de 1911. En Tepic, Martín Espinosa se enteró de la renuncia del Gral. Don Porfirio Díaz de fecha 25 de mayo, y del nombramiento de León de la Barra como Presidente Interino, información que le proporcionó el mismo Madero.
El mismo día que tomó Espinosa posesión de su nuevo cargo, desconoce a la autoridad municipal que estaba a cargo del Sr. Bernardo L. Martínez, y el 24 de mayo organiza un plebiscito en el Teatro Calderón, para elegir al nuevo ayuntamiento, siendo elegido para el cargo el Sr. Carlos Castilla.
Entre los problemas que Espinosa enfrentó al mando de la Jefatura del Territorio, se cuenta un levantamiento armado de un grupo de “reyistas” (partidarios del Gral. Bernardo Reyes y enemigos de Madero) liderados por Abel de la Mora, Plácido Quintero y Juan Uribe Osuna, quienes se insurreccionaron el 20 de noviembre de 1911, al grito de ¡Viva Reyes!
Martín Espinosa estaba enfermo, y como no podía levantarse a luchar, encargó la defensa al aguerrido y valiente jovencito sinaloense Coronel Rafael Buelna Tenorio, quien acabó por derrotarlos en pocos días, auxiliado por los jefes rurales Crl. José María Páez y el Mayor Manuel G. Salazar.
Otro alzamiento que causó fuertes dolores de cabeza al Gral. Espinosa, fue el pronunciamiento del oficial del 7º. Batallón Federal, Teniente Miguel Guerrero, el 24 de febrero de 1912, quien al frente de 150 hombres se levantó en armas pretendiendo desalojar a los maderistas del Territorio en apoyo del movimiento “reyista”.
A este insurrecto y su gavilla, los combatieron tenazmente durante muchos meses sin dar ni pedir cuartel, el Gral. Martín Espinosa, Coroneles Rafael Buelna e Isaac Espinosa Bávara y los cabos acaponetenses Juventino Espinosa Sánchez, Pedro Espinosa Bávara y Fidencio Espinosa Camarena (todos ellos primos entre sí, con excepción de Buelna).
Después de los sangrientos hechos ocurridos en la llamada “Decena Trágica” en febrero de 1913, del asesinato cobarde de Madero y Pino Suárez, y del arbitrario autonombramiento del Gral. Victoriano Huerta como Presidente de México, todos los revolucionarios maderistas pasaron a ser enemigos del nuevo régimen huertista, dando por consecuencia también de que todo el Ejército Federal antes maderista , se declarara fiel y a las órdenes del usurpador.
Viendo en peligro sus vidas, Martín Espinosa, los coroneles Rafael Buelna e Isaac Espinosa Bávara, Pedro, Juventino y otros fieles amigos, salieron huyendo rumbo a la sierra el 27 de marzo de 1913, perseguidos muy de cerca por los federales quienes ya tenían órdenes de detenerlos y fusilarlos.
Durante varios días marcharon por la Sierra de Nayarit, pero en San Blasito, Espinosa dispuso lo siguiente:
- Que Pedro, Isaac y sus acompañantes, pasaran las sierras de Durango y Chihuahua, para de ir brincar a Sonora y unirse a las fuerzas del Gral. Obregón.
- Que él mismo, partiría también a través de varios estados para salir por los Estados Unidos y bajar a Piedras Negras, Coah. a ponerse a las órdenes de Carranza.
- Que Buelna bajara por la sierra a Acaponeta para que de ahí pasara al sur de Sinaloa, reunir gente y armas para continuar la lucha por la recuperación del Territorio.
Buelna, al llegar a Escuinapa, se encontró con los líderes maderistas Lino Cárdenas y Francisco Pérez “El Gacho”, quienes hostilizaban con alrededor de cien hombres a los federales. Al platicar con ellos, Buelna los convenció de atacar la plaza de Acaponeta, defendida por pocos federales y apoderarse de sus armas y pertrechos.
A cargo de la defensa de Acaponeta, estaba el Capitán Segundo Tomás Rodríguez, al mando del 22º. Batallón huertista. Buelna y sus amigos iniciaron el asalto el 25 de marzo de 1913 al grito de: ¡Viva Maytorena! (líder revolucionario sonorense).
A pesar de no llegar a 50 el número de defensores federales huertistas (entre militares, rurales, gendarmes y civiles armados), rechazaron a los atacantes con vigor y fiereza, obligándolos a retirarse de nuevo por el rumbo de Sinaloa.
En este frustrado ataque, perdió la vida el revolucionario escuinapense Francisco Pérez “El Gacho”, y un testigo dijo que quién lo mató fue una señora que le disparó desde una ventana de los altos de la casa del Ing. Lamberto Cabañas (donde hoy existe el Hotel Plaza). Junto con “El Gacho” murieron otros cuatro atacantes, y tres de los defensores.
El Ing. Cabañas fue un importante industrial que llegó a Acaponeta en 1903, para dedicarse a la explotación de la caña mediante la instalación de trapiches panocheros, que fueron los primeros que hubo en la región. Fue el que introdujo el uso de la “caña morada” de mejor rendimiento en el Territorio. Como sabía hablar perfectamente el inglés, los gringos encargados de la construcción del puente y la llamada “punta de fierro” del “Railroad Southern Pacific. Co.” (que después sería Ferrocarril Sud-Pacífico de México), contrataron sus servicios profesionales para esa importante obra.
Cabañas se retiró de Acaponeta cuando ya hubo en esta ciudad demasiados trapiches, dejando de ser negocio para él, yéndose a radicar a Guadalajara donde falleció a los pocos años.
Nunca pude conseguir información acerca de la mujer que le disparó al “El Gacho” desde la ventana de la casa del Ing. Cabañas.
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