Dos noticias de Catalunya:
Por influencia de la columna de mi maestro Pepe a quien tanto admiro, he decidido imitar un poco la estructura del escrito de esta ocasión para compartir algunas cosas que deseo contarles y que no sé por cual iniciar, lo haré por lo más reciente:
Por influencia de la columna de mi maestro Pepe a quien tanto admiro, he decidido imitar un poco la estructura del escrito de esta ocasión para compartir algunas cosas que deseo contarles y que no sé por cual iniciar, lo haré por lo más reciente:
Lo malo:
Los noticieros no dejan de trasmitir la noticia y consternación por las tres chicas que han muerto en México al intentar cruzar el río Gallinas cerca de la localidad de Aquismón en el estado de San Luis Potosí, en búsqueda de aventura y lugares exóticos. Eran estudiantes de la Universidad de Girona, una en Administración de Empresas, facultad contigua a la de Derecho, otra de ellas estudió Biología y terminaba un Master en Educación Secundaria, y la tercera, y más pequeña, estudiaba Derecho en la Universidad de Barcelona. El pueblo en el que estas jóvenes vivían, Cassá de la Selva, está de luto así como la Universidad de Girona.
Todo esto se ha prestado para diversos comentarios, desde aquellos con tintes políticos hasta los de estilo racista, unos afirmando que los catalanes siempre quieren aparecer como víctimas, y otros afirmando que cosas como estas pasan cuando se va al tercer mundo, por eso –se dice- hay que evitarlo. Pero, otro suceso muy similar y en un primer mundo, fue el trágico accidente que acabó también con la vida de una estudiante de Barcelona quien había acudido al concierto Loveparade en Alemania y terminó en tragedia. Unos ahogados por las caudalosas aguas de un río y otros por la caudalosa “marea de gente”; no veo mucha diferencia entre un país de primer mundo y nosotros los “pobres subdesarrollados”, por lo menos en lo que a este particular caso se refiere. Pero, lo que no podemos negar es el profundo dolor que ahora viven las familias de las desaparecidas.
Lo bueno:
Pasando a algo más agradable, dentro de lo bueno, bonito y barato de los Catalanes, dejen que les cuente como se divierten cada año en D’Bisball d’Empordà, un pequeño pueblo de la comarca de Girona, donde organizan año con año un festival de circo en la calle, esto forma parte de una ingeniosa, pero nada novedosa propuesta, para promover el circo y teatro contemporáneo en Catalunya, ahora llamado neo-circo por algunas peculiares características, por ejemplo no hay más y mejor escenario que la calle, la acera, o cualquier lugar público. Pues nos lanzamos al lugar y quedamos realmente sorprendidos por el talento de los Payasos, el ingenio, las habilidades, la difícil capacidad para hacer reír y mantener la atención de los cientos de personas que acudimos al evento, fue una grata experiencia.
Cada una de las actuaciones es digna de mención, pero sólo les contaré dos, tal vez porque me dejaron pensando, porque me hicieron reír a carcajadas o simplemente porque se me da la gana compartirlas. Una de ellas es la actuación de una payasa catalana con un amplio manejo escénico, un trabajo con las inflexiones de voz, una imagen bien cuidada acorde con todo el show, pero sobre todo un diálogo que te atrapaba de principio a fin, se trata de Alba Sarraute, esta chica emocionó a propios y extraños con un monólogo de aproximadamente dos horas, en el que nos llevó por un recorrido de emociones, sensaciones, ideas, reflexiones y porque no, una que otra proyección personal (o como dicen en mi rancho “repartió pedradas” al por mayor) una crítica social aguda, iniciando por lo cerrado, no sólo del talante catalán, sino la cerrazón humana que vivimos todos aquellos que tenemos como mejor y fiel escudero: el MIEDO, debido al cual creamos nuestras cajitas, nos metemos en ellas y no queremos salir ni a la “esquina”, si a caso me ‘agarro’ a mi mejor amigo o amiga (en el buen sentido), a mi club, de la “crema y nata, social”, a mi grupito con pretensiones adolescentes, y ya, ¡mi cajita se cierra!; después de hablar sobre el miedo, Sarraute criticó el sistema capitalista, consumista y con ello a los nacos, fresas, altruistas, políticos, artistas, profesionistas, intelectuales, ociosos, disfrazados de avances tecnológicos o artísticos, muchas veces sin sentido, como el celular, el internet, el arte contemporáneo y nuestro jamás comprendido, posmodernismo…criticó a todo y a todos… desde Dios hasta ella misma con tal magia que la ovación final no fue para menos.
El segundo payaso del que quiero hablar es un alemán, de quien al inicio pensamos que era un idiota porque hacía idioteces, era un cómico al estilo Mr. Bean, y cuando aparece este payaso en una esquina del pueblo con una maleta pequeña roída, con un traje viejo y holgado, con un gorro en la cabeza, un tono de piel y una complexión que le daba una apariencia poco saludable, que haciendo tal cantidad de “estupideces” colmó mi paciencia, la cual se restableció al ver la impaciencia en los rostros de otras personas, en ese momento detuve mi juicio y pensé que algo estaba pasando, y no precisamente era la idiotez que aparentemente mostraba el tipo, había algo más en su actuación que en primera instancia no alcanzaba a comprender, voltee a ver a mis compañeros (Carmen Vazquez y Pere Barcena) quienes con la mirada me dejaban ver la frustración que sentían al presenciar aquella patética actuación, ahí comencé a disfrutar lo que sucedía, porque por extrañas razones, pese a la sensación colectiva de molestia inicial, nadie se movió de su sitio. Continuamos impasibles viendo el desarrollo de los movimientos de este sujeto que cada vez más parecían acentuar su idiotez, transcurridos 40 minutos de la “patética actuación”, el payaso comenzó a realizar una serie de movimientos con su cuerpo, no sólo complejos por la técnica corporal, sino únicos por la complexión física que poseía, esto, tras las sorpresa de las personas, desataba tal cantidad de aplausos que él inmediatamente rechazaba con movimientos en actitud de enfado, pero cuando hacía una idiotez demandaba, exigía, reclamaba aplausos (me recordaba a Memo Ríos) y no podía dejar de preguntarme por qué, terminado el evento, seguí con mis cavilaciones, y la interpretación de la actuación de este payaso fue la siguiente, (A reserva de otra mejor interpretación ya sea de algún avezado lector o de alguien que tras ver o conocer la técnica de este sujeto -Gregor Wollny- pueda después compartirla y enriquecerla, o quizá y mejor habrá quien diga que este tipo de eventos sólo se disfruta y no se interpretan). Entre que es “Chana o Juana”, yo, pienso lo siguiente:
Imagino que lo que este señor pretendía cuando exigía un aplauso por cada idiotez y rechazaba los aplausos cuando realizaba algo con gracia y maestría, era un ejercicio que invitaba a la auto reflexión sobre todas aquellas cosas estúpidas y sin sentido a la que aplaudimos por inercia y sin darnos cuenta, y su actuación de idiota mostraba la idiotez de aquellos que ven a un idiota, lo que mostraba no era él siendo o pareciendo idiota, sino los cientos de idiotas que lo veíamos; el rechazo del aplauso cuando algo hacía bien, era sólo una muestra para manifestar que hacer “algo bien” no tiene ninguna gracia mas allá de la dedicación, paciencia, trabajo y esfuerzo. TIEMPO invertido en “HACER BIEN ALGO”, lo cual significa que TODOS posemos la capacidad para hacer “algo BIEN”, sea lo que esto sea, desde cajitas de cerillos, raspados de durazno para vender en el mercado Acaponeta, juntar los “nanches” del patio de la abuela, hasta hacer protestas, actuar como cómico en la calle, o intentar aprender alguna idea nueva. Todo, todo, lo que las otras personas hacen bien es cuestión de trabajo y paciencia en el tiempo, de TIEMPO y PACIENCIA.
ROCÍO LÓPEZ MEDINA
shio_777@hotmail.com
Los noticieros no dejan de trasmitir la noticia y consternación por las tres chicas que han muerto en México al intentar cruzar el río Gallinas cerca de la localidad de Aquismón en el estado de San Luis Potosí, en búsqueda de aventura y lugares exóticos. Eran estudiantes de la Universidad de Girona, una en Administración de Empresas, facultad contigua a la de Derecho, otra de ellas estudió Biología y terminaba un Master en Educación Secundaria, y la tercera, y más pequeña, estudiaba Derecho en la Universidad de Barcelona. El pueblo en el que estas jóvenes vivían, Cassá de la Selva, está de luto así como la Universidad de Girona.
Todo esto se ha prestado para diversos comentarios, desde aquellos con tintes políticos hasta los de estilo racista, unos afirmando que los catalanes siempre quieren aparecer como víctimas, y otros afirmando que cosas como estas pasan cuando se va al tercer mundo, por eso –se dice- hay que evitarlo. Pero, otro suceso muy similar y en un primer mundo, fue el trágico accidente que acabó también con la vida de una estudiante de Barcelona quien había acudido al concierto Loveparade en Alemania y terminó en tragedia. Unos ahogados por las caudalosas aguas de un río y otros por la caudalosa “marea de gente”; no veo mucha diferencia entre un país de primer mundo y nosotros los “pobres subdesarrollados”, por lo menos en lo que a este particular caso se refiere. Pero, lo que no podemos negar es el profundo dolor que ahora viven las familias de las desaparecidas.
Lo bueno:
Pasando a algo más agradable, dentro de lo bueno, bonito y barato de los Catalanes, dejen que les cuente como se divierten cada año en D’Bisball d’Empordà, un pequeño pueblo de la comarca de Girona, donde organizan año con año un festival de circo en la calle, esto forma parte de una ingeniosa, pero nada novedosa propuesta, para promover el circo y teatro contemporáneo en Catalunya, ahora llamado neo-circo por algunas peculiares características, por ejemplo no hay más y mejor escenario que la calle, la acera, o cualquier lugar público. Pues nos lanzamos al lugar y quedamos realmente sorprendidos por el talento de los Payasos, el ingenio, las habilidades, la difícil capacidad para hacer reír y mantener la atención de los cientos de personas que acudimos al evento, fue una grata experiencia.
Cada una de las actuaciones es digna de mención, pero sólo les contaré dos, tal vez porque me dejaron pensando, porque me hicieron reír a carcajadas o simplemente porque se me da la gana compartirlas. Una de ellas es la actuación de una payasa catalana con un amplio manejo escénico, un trabajo con las inflexiones de voz, una imagen bien cuidada acorde con todo el show, pero sobre todo un diálogo que te atrapaba de principio a fin, se trata de Alba Sarraute, esta chica emocionó a propios y extraños con un monólogo de aproximadamente dos horas, en el que nos llevó por un recorrido de emociones, sensaciones, ideas, reflexiones y porque no, una que otra proyección personal (o como dicen en mi rancho “repartió pedradas” al por mayor) una crítica social aguda, iniciando por lo cerrado, no sólo del talante catalán, sino la cerrazón humana que vivimos todos aquellos que tenemos como mejor y fiel escudero: el MIEDO, debido al cual creamos nuestras cajitas, nos metemos en ellas y no queremos salir ni a la “esquina”, si a caso me ‘agarro’ a mi mejor amigo o amiga (en el buen sentido), a mi club, de la “crema y nata, social”, a mi grupito con pretensiones adolescentes, y ya, ¡mi cajita se cierra!; después de hablar sobre el miedo, Sarraute criticó el sistema capitalista, consumista y con ello a los nacos, fresas, altruistas, políticos, artistas, profesionistas, intelectuales, ociosos, disfrazados de avances tecnológicos o artísticos, muchas veces sin sentido, como el celular, el internet, el arte contemporáneo y nuestro jamás comprendido, posmodernismo…criticó a todo y a todos… desde Dios hasta ella misma con tal magia que la ovación final no fue para menos.
El segundo payaso del que quiero hablar es un alemán, de quien al inicio pensamos que era un idiota porque hacía idioteces, era un cómico al estilo Mr. Bean, y cuando aparece este payaso en una esquina del pueblo con una maleta pequeña roída, con un traje viejo y holgado, con un gorro en la cabeza, un tono de piel y una complexión que le daba una apariencia poco saludable, que haciendo tal cantidad de “estupideces” colmó mi paciencia, la cual se restableció al ver la impaciencia en los rostros de otras personas, en ese momento detuve mi juicio y pensé que algo estaba pasando, y no precisamente era la idiotez que aparentemente mostraba el tipo, había algo más en su actuación que en primera instancia no alcanzaba a comprender, voltee a ver a mis compañeros (Carmen Vazquez y Pere Barcena) quienes con la mirada me dejaban ver la frustración que sentían al presenciar aquella patética actuación, ahí comencé a disfrutar lo que sucedía, porque por extrañas razones, pese a la sensación colectiva de molestia inicial, nadie se movió de su sitio. Continuamos impasibles viendo el desarrollo de los movimientos de este sujeto que cada vez más parecían acentuar su idiotez, transcurridos 40 minutos de la “patética actuación”, el payaso comenzó a realizar una serie de movimientos con su cuerpo, no sólo complejos por la técnica corporal, sino únicos por la complexión física que poseía, esto, tras las sorpresa de las personas, desataba tal cantidad de aplausos que él inmediatamente rechazaba con movimientos en actitud de enfado, pero cuando hacía una idiotez demandaba, exigía, reclamaba aplausos (me recordaba a Memo Ríos) y no podía dejar de preguntarme por qué, terminado el evento, seguí con mis cavilaciones, y la interpretación de la actuación de este payaso fue la siguiente, (A reserva de otra mejor interpretación ya sea de algún avezado lector o de alguien que tras ver o conocer la técnica de este sujeto -Gregor Wollny- pueda después compartirla y enriquecerla, o quizá y mejor habrá quien diga que este tipo de eventos sólo se disfruta y no se interpretan). Entre que es “Chana o Juana”, yo, pienso lo siguiente:
Imagino que lo que este señor pretendía cuando exigía un aplauso por cada idiotez y rechazaba los aplausos cuando realizaba algo con gracia y maestría, era un ejercicio que invitaba a la auto reflexión sobre todas aquellas cosas estúpidas y sin sentido a la que aplaudimos por inercia y sin darnos cuenta, y su actuación de idiota mostraba la idiotez de aquellos que ven a un idiota, lo que mostraba no era él siendo o pareciendo idiota, sino los cientos de idiotas que lo veíamos; el rechazo del aplauso cuando algo hacía bien, era sólo una muestra para manifestar que hacer “algo bien” no tiene ninguna gracia mas allá de la dedicación, paciencia, trabajo y esfuerzo. TIEMPO invertido en “HACER BIEN ALGO”, lo cual significa que TODOS posemos la capacidad para hacer “algo BIEN”, sea lo que esto sea, desde cajitas de cerillos, raspados de durazno para vender en el mercado Acaponeta, juntar los “nanches” del patio de la abuela, hasta hacer protestas, actuar como cómico en la calle, o intentar aprender alguna idea nueva. Todo, todo, lo que las otras personas hacen bien es cuestión de trabajo y paciencia en el tiempo, de TIEMPO y PACIENCIA.
ROCÍO LÓPEZ MEDINA
shio_777@hotmail.com
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