25 septiembre 2009

YO NO ESTOY FELIZ ¿Y USTED?


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

Una de las cosas por las que desconfío de la gente que nos gobierna –desde cualquier nivel—es que se encuentran tan alejados del pueblo, que me parece ilógico que lo lleguen a conocer profundamente como para hacer decisiones importantes o trascendentes que beneficien o, por el contrario, afecten al pueblo, en ocasiones de manera irreversible. Digo lo anterior, luego de escuchar las peregrinas declaraciones del Secretario de Gobernación, dilecto y excelentísimo señor Fernando Gómez Mont, quien de manera por demás alegre y con cierto sabor jacarandoso, soltó al aire la perla de que la mayoría de los mexicanos con gusto cooperaríamos con los impuestos con que nos quiere ensartar como mariposas el gobierno federal. Al escucharle al “ministro del interior” semejante barbaridad, me doy cuenta, que no tiene ni idea de cómo vivimos los de abajo, los del pueblo, el pópolo pues, la pelusa, diría el dramaturgo celayense Antonio González Caballero en su célebre obra de teatro “El Medio Pelo”, ya que, puedo jurarlo ante una virgen y ante un altar, que son muy pocos, poquísimos los que ven con gusto esa "impuestiza" –por no decir madriza-- con que nos viene a romper “la maraca” Don Felipe Calderón Hinojosa. Ya encarrilado, siguió Gómez Mont diciendo que el pueblo de México, siempre había sido muy solidario para con los suyos y, que al saber que el impuesto del 2% generalizado al consumo se destinaría a los pobres del país, todos con gusto pagaríamos ese gravamen.
Yo creo que el Secretario de Gobernación dijo eso pensando en los históricos hechos de la expropiación petrolera, donde el pueblo aportó hasta gallinas para pagar a las empresas extranjeras dueñas del crudo mexicano. Fue aquel un acto de solidaridad digno de recordar, pero Felipe Calderón no es Lázaro Cárdenas y el 2009, no es 1938. Quizá rememore, el funcionario público, la gran ayuda que los mexicanos nos hemos dado en tragedias como el terremoto de 1985 en la Ciudad de México o los múltiples apoyos durante las graves contingencias naturales, donde siempre estamos prestos a colaborar con los compatriotas. Sí, ahí sí somos solidarios, y principalmente eso se ha dado por el inmovilismo con que a veces “responde” la autoridad. Habríamos que decir a Gómez Mont, que estamos dispuestísimos a ayudar a los pobres de México –muchas veces lo hemos hecho ya, sin que ellos nos lo tengan que decir--, siempre y cuando hubiera una diáfana, clarísima transparencia en el uso y destino de esos recursos, cosa que nunca se va a dar, simplemente por ya los conocemos –la burra no era arisca--. En una nación como la nuestra donde se tiene un IFE –que pudiendo ser la cosa pública más noble y paradigmática que existiera, símbolo de honradez y probidad—que se ha convertido en una cueva de ladrones, despilfarradores de recursos, lleno de vaquetones que a costa del erario desayunan, comen y cenan en los más pomposos restaurantes del país, se alojan en hoteles Gran Turismo o al menos de 5 estrellas y que erogan millones en gasolina, pasajes, celulares, autos y supongo que una que otra golfa, que nuestro dinero les proporciona. En un país donde los que menos se preocupan por la pobreza extrema son los legisladores federales que ganan en un día, lo que un indígena de la sierra nayarita obtiene en un año. En un país donde los gobernadores de los estados son poco más que virreyes sustentadores de una onerosísima corte que le cuesta al pueblo una millonada por la facilidad con que dilapidan el dinero de los contribuyentes, en fiestecitas cursis y snobistas; despilfarro de papelería, mal uso de viáticos y vehículos, erogaciones en reunioncitas espurias, partidista e inútiles y un sinfín de etcéteras que hacen que desconfiemos de todo aquello que apeste a funcionario público. Yerra el secretario Gómez Mont, al decir lo que dijo. No sé qué es lo que el amable lector piense al respecto, pero los programas donde se destinan recursos y dineros a “los pobres”, no son más que las reminiscencias de un pasado populista –al más viejo estilo del priato--, que solo ofrece la oportunidad de ganar dinero fácil a una sarta de huevones que en cuanto toman el cheque que con singular alegría regala el gobierno federal, lo van a tirar a la cantina o al centro botanero. Hay y hubo decenas de programas agropecuarios, becas, apoyos a grupos vulnerables, esquemas de solidaridad social que tienen nombres que casi nos hacen llorar: “Oportunidades”, “Empleo Temporal”, “70 y más”, “Proyectos Productivos”, “Alianza para el campo”, “Solidaridad”, “Piso Firme”, “Procampo”, "Hábitat", "Proárbol", "Plataforma México", "Subsidio para la seguridad pública en los municipios" y un montón más, que tienen un común denominador: a nadie han sacado de pobre, porque no tienen bases y objetivos claros; muchas veces son recursos a “fondo perdido” es decir, a nadie tienen que dar cuenta de su destino o aplicación, no comprueban nada, ni siquiera si fueron productivos, pertinentes o al menos algo dejaron en el recuerdo, solamente es dinero regalado y por último, se repiten año con año, en un derroche criminal que convierte al “beneficiario” en un vicioso que cada día quiere más y se ha acostumbrado a estirar la mano. Aquello de no dar pescado a los pobres, mejor enseñarles a pescar, es simple metáfora que ni para fábula de parvulitos sirve; ahora la gran mayoría de los mexicanos mantenemos holgazanes que crecen como los hongos. Yo le diría al Sr. Gómez Mont, que me preguntara si ese destino quiero para el oneroso impuesto con que nos quiere acuchillar su patrón Calderón y su compa el secretario Rotocarsten.
Lo dicho, como ellos no salen a la calle a ver cómo vivimos los tristes mortales, para indagar qué comemos (nada les importa, porque ellos casi viven en los restaurantes más pomadosos, pagando las facturas con el dinero de esos impuestos que nos quieren aumentar); cómo nos las arreglamos para pagar el abono de la computadora (ellos hacen trastupijes tales que se acomodan con los proveedores para sacar—ambos—raja de la situación); la letra vencida (ellos son los agiotistas del pueblo); los zapatos de los niños (los meramente, tienen “partidas” especiales para su ropa y gastos personales); los huevos para el desayuno (¿cuánto costará un desayuno entre Rotocarsten y Calderón en Los Pinos?); el pasaje para que los estudiantes lleguen a sus escuelas (ellos tienen enormes camionetonas rodeadas por guaruras que los hacen intocables y los llevan, a veces por capricho a lugares que nada tienen que ver con su trabajo, Can Cún por ejemplo); las preocupaciones que tenemos sobre el futuro (ellos ya han solucionado el suyo a costa de los recursos públicos o con negocios que “la ley” les “permite”). Ninguno de ellos va al mercado, ni al súper, a la lechería Liconsa o la tiendita de la esquina. Dicen que conocen al pueblo con la misma facilidad con que nos engañan al decir que la crisis “ya pisó fondo”, “que somos un país en vías de alto desarrollo”, “que estamos felices de pagar los impuestos al consumo generalizado”, que no es más que un IVA disfrazado. Hacen como que conocen al pueblo, al igual que hacen como que transparentan sus acciones. Puras simulaciones. Así rotundamente le digo al Sr. Gómez Mont: POR SUPUESTO QUE NO ESTOY DISPUESTO A QUE ME REBAJE UN 2% POR TODO LO QUE YO CONSUMA, ASÍ SEA PARA LOS POBRES DE PLÁSTICO Y CARTÓN QUE SACAN EN SUS RAMPLONES SPOTS PUBLICITARIOS. Y MUCHO MENOS ME SIENTO FELIZ. NO MANCHE MI BUEN, CÓMO SE LE OCURRE.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tiene toda la razón José Ricardo este Presidente dista mucho del General Lazaro Cardenas y en cambio tiene mucha semejanza con Carlos Salinas de Gortari el cual empleo toda su preparación profesional en dejar al pais en la ruina (al salir su periodo), pero antes de salir nos lavo el coco con lo de sus programas de solidaridad donde nos decia que estaba combatiendo la pobreza extrema (no les suena como a Calderón) y generando empleos, ios Nos libre de un segundo Salinas. Y si "todos los politicos se hacen el paro" recordemos que los diputados y senadores del PAN en su momento le hicieron el "paro" al PRI para subir el IVA del 10 al 15% y ahora los del PRI les van a devolver el "paro", pues de ahi comen, visten, tienen sus lujos como reyes, pero señores la muerte es pareja se lleva a pobres, ricos y politicos con fuero por igual.