11 septiembre 2010

ASÍ TAMBIÉN LO DIGO YO....


POR CONSIDERARLO DE INTERÉS Y POR HACER REFERENCIA A LA ENCUESTA QUE AQUÍ PUBLICAMOS, OFRECEMOS AL AMABLE LECTOR EL ACERTADO COMENTARIO DEL LIC. ANTONIO SÁIZAR GUERRERO, DIRECTOR DE "EL ECO DE NAYARIT", QUIEN EN SU GUSTADA COLUMNA "ASÍ LO DIGO YO TAMBIÉN", EMITIÓ SU OPINIÓN.

Antonio Sáizar Guerrero

Interesante me pareció el sondeo que ha venido realizando el estimado compañero periodista y catedrático José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo, quien en su portal electrónico "Puerta Norte", plantea el siguiente cuestionamiento: ¿Usted estaría de acuerdo en que el auditorio municipal se convirtiera en teatro y, alternativamente se edificara un mesón de los deportes en la unidad deportiva?.
Y ofrece como opción tres respuesta:  Si, no y no sé.
Desde mi punto de vista, me parec que dicho cuestionamiento contiene dos reactivos que dijeran en la lógica
aristotélica nos llevan a un razonamiento deductivo, es decir, de botepronto resulta muy fácil otorgar el "sí"
estamos de acuerdo en que el auditorio municipal se convierta en teatro y terminar ahí este primer planteamiento.
Sin embargo, se enlaza con el otro supuesto: el de alternativamente edificar un mesón de los deportes en la unidad deportiva, lo que entiendo sería a manera de buscar compensar la pérdida del espacio deportivo del auditorio. Y como ambas buenas intenciones van unidas en una sola pregunta, resulta lógico que la gran mayoría de votos 55 -el 76%- de un total de 72 hayan respondido que sí; 15 -20%- digan que no y tan solo 2 personas -que representan el 2%- de los participantes opten por el no sé.
Realmente felicito a Don Pepe por permitirnos a sus cyberlectores reflexionar libremente al respecto y en mi caso, emitir algunas consideraciones, aunque debo aclara que yo hubiera preferido que la pregunta fuese sido la siguiente: ¿Usted estaría de acuerdo en que la cárcel municipal y el Oroapa se sacaran del centro de la ciudad y en su lugar se edificara un teatro y, alternativamente se construyera una unidad administrativa penitenciaria en donde ahora está el mercadito "La Gardenia"?. Pero bueno.
1.- Aspecto presupuestal: Dicen que para la realización de cualquier obra no solo es necesario que se justifique su necesidad social o tener elaborado el expediente técnico respectivo, sino también contar con la viabilidad financiera suficiente que permita sufragar su costo y en este caso, estaríamos hablando de la construcción de dos grandes edificios que por sus dimensiones sería mucho muy difícil que se pudieran autorizar los recursos presupuestales para edificarlos al mismo tiempo.
Suponiendo que la construcción y equipamiento del teatro y mesón de los deportes tuvieran un costo aproximado de 20 a 25 millones cada uno, estaríamos hablando de cuando menos 45 o 50 millones de pesos para su realización, que en estos tiempos de tantas calamidades y emergencias en todo el país se vislumbra realmente imposible que se puedan incluir en el presupuesto federal de este o el próximo año.
Sin embargo -vamos a ponernos optimistas- en el hipotético caso de que se llegara a autorizar el recurso para
tan solo una de las obras, entones aquí surgen las siguientes interrogantes: ¿cuál de las dos sería más prioritaria? ¿Un cómodo teatro edificado sobre lo que hoy es el auditorio, dejando a los basquetbolistas sin espacio para la práctica de su deporte favorito o el mesón de los deportes con una flamante cancha de básquet bol con duela, vestidores y gradas, con lo que entonces se tendrían dos escenarios para la práctica del deporte ráfaga? Aunque cabe aclarar que el auditorio se ha venido utilizando para casi todo tipo de eventos culturales, académicos, teatrales, religiosos y hasta deportivos.
Y ante esta disyuntiva sería indispensable conocer la opinión de la gente, es decir, se tendría que realizar un
plebiscito para que la ciudadanía se expresara mediante el voto popular directo respecto a esta decisión.
Utilidad: Sin lugar a dudas ambas obras vendrían a ser de una gran utilidad social, cultural y deportiva para
nuestro pueblo, sin embargo también debemos analizar la rentabilidad de cada uno de ellas.
Por ejemplo: Tengo entendido que el Teatro del Pueblo "Alí Chumacero", ubicado en la ciudad capital de Tepic, donde habitan casi 450 mil nayaritas y se tiene una mayor capacidad económica no es autofinanciable, es decir, con la presentación de las obras y la renta del inmueble para eventos de graduación o conferencias, no se obtienen los ingresos suficientes para costear su mantenimiento y mucho menos el pago del salario quincenal del personal que ahí labora. Por lo tanto, una obra que se presenta en Tepic cuesta en promedio
de 150 a 300 pesos el boleto, aquí el costo de cada entrada aumentaría cuando menos en un 15 o 20 por ciento, tomando en consideración los gastos de traslado del equipo y artistas, seguros, etc. de Tepic o Mazatlán, hasta nuestra ciudad. Eso sin perder de vista el aforo de cada escenario, pues de ello depende en
gran parte el crierio para establecer el costo de los boletos, pues mientras el Teatro del Pueblo "Alí Chumacero" cuenta con 1,454 localidades fijas y numeradas (1,149 en la planta baja), ¿para cuántas butacas se estaría pensando construir el de Acaponeta? ¿500, 800 o mil?). Por lo tanto, ¿Habría entonces el suficiente público asistente amantes de la actuación escénica (mercado meta dicen los mercadólogos) como para pensar en que sería una buena inversión -que no negocio, que quede claro- un teatro en la ciudad? O ¿terminaría siendo un elefante blanco y un barril sin fondo a donde cada Ayuntamiento tendrá que destinarle millonarios recursos en su conservación y mantenimiento, en perjuicio de otros espacios culturales como la Casa de la Cultura o la realización de eventos culturales en los ejidos y comunidades?
Propuesta: Tal vez sería mejor -antes de pensar en un gran edificio y partiendo de que el hábito no hace al monje- iniciar con la difusión de la cultura del teatro a través de la creación de una compañía teatral local, auspiciada por el Ayuntamiento, la Unidad Académica del Norte y la Escuela Normal de Acaponeta, contratar maestros en actuación para que vengan a montar diversas obras con jóvenes actores de la región y presentarlas en la Casa de la Cultura, la explanada del Mercadito, la plaza de Sayulilla, El Llano de la Cruz, etc., y a partir de ahí, ir generando entre la ciudadanía el gusto por este tan bello arte, es decir, creo que primero hay que hacer teatro local y llevarlo a los acaponetenses para su cultura y distracción, aunque esto, claro, cuesta más trabajo.
Ahora bien, creo que la violencia desatada en los meses recientes obligan no solo a la autoridad, sino a todos en general, a pensar muy seriamente en que ha llegado la hora de incrementar las medidas de seguridad para salvaguardar de una mejor manera la integridad de las familias acaponetenses e impulsar un proyecto para que a la brevedad posible, la cárcel municipal y sede de la Dirección de Seguridad Pública, que hasta hoy sigue estando en céntrico lugar frente a la plaza "Miguel Hidalgo", a donde tradicionalmente acuden diariamente decenas de familias y jóvenes a pasear, sea reubicada en otro rumbo de la ciudad y se gestione la construcción de un nuevo, moderno y seguro edificio para albergar a los delincuentes que ahí purgan sus condenas o simplemente son detenidos por faltas administrativas. Y en ese gran terreno que actualmente
ocupa la Dirección de Seguridad Pública Municipal y el Organismo Operador del Agua Potable y Alcantarillado y la biblioteca “Benito Juárez”, destinarlo para la edificación de un gran espacio cultural, entre ellos un teatro de medianas dimensiones, con áreas verdes y biblioteca.
¿Usted que opina amable lector?
asgnay@gmail.com

2 comentarios:

Shio López dijo...

Ambas propuestas son loables y positivas para el municipio.
Hablar de arte, cultura, espacios de crecimiento intelectual y espiritual choca con ideas mercantilistas; las compañías artísticas monumentales, las universidades milenarias, o los centros de arte más renombrados del mundo, no iniciaron con miles de personas en sus filas, sino con dos o tres valientes (descerebrados si se prefiere) que tuvieron la osadía de imaginar lo imposible. Acaponeta necesita espacios en condiciones adecuadas para las personas (donde en principio la cantidad numérica es importante, pero no vital).
Ahora bien, comparto completamente la propuesta de necesaria difusión cultural en el municipio, pues lo difícil no es llegar sino mantenerse, sin embargo, este campo es propiedad de las ideas por tanto un universo maleable. Quiero decir que si de imaginación se trata todos somos expertos y podemos aportar multitud de ideas, pero lo que se requiere son acciones, por ejemplo, revisar cuántos y cuáles han sido los intentos de difusión cultural que se han emprendido, cuáles sus éxitos y fallas permitiría dimensionar la situación real de los esfuerzos hasta ahora aislados. Un grupo de teatro de la prepa, diversos grupos de danza floklórica y contemporánea con trayectoria importante en el municipio y fuera de él, escritores y plásticos, niños y niñas participantes en diversos concurso, profesores interesados en la formación de los talentos que detectan, difunden todos los días su trabajo.
Más que la fundación de una nueva compañía de teatro, creo que sería viable revisar y coordinar los esfuerzos que hasta ahora se han hecho de manera aislada. Y en cuanto a la propuesta de cambiar edificios por otros me parece una idea un tanto circular, es como si sólo el centro de la ciudad debería de ser siempre el centro de la ciudad, es decir, las extensiones desocupadas en el municipio son muchas como para pensar en construir en lo construido, lo interesante sería conservar en un buen estado el cuadro histórico, sin cambios drásticos, y modernizar construyendo en aquellos lugares donde no hay aun una sola piedra, las ciudades deben también mostrar su historia físicamente, y porqué no empezar a pensar en un centro histórico de Acaponeta, mientras tomamos un “tejuino” en el centro contemporáneo de Acaponeta, el centro está allí donde nosotros decidimos.
Esta es mi opinión y con ella un abrazo para ambos escritores y gracias por invitar a la reflexión.

Shio López dijo...

Ambas propuestas son loables y positivas para el municipio.
Hablar de arte, cultura, espacios de crecimiento intelectual y espiritual choca con ideas mercantilistas; las compañías artísticas monumentales, las universidades milenarias, o los centros de arte más renombrados del mundo, no iniciaron con miles de personas en sus filas, sino con dos o tres valientes (descerebrados si se prefiere) que tuvieron la osadía de imaginar lo imposible. Acaponeta necesita espacios en condiciones adecuadas para las personas (donde en principio la cantidad numérica es importante, pero no vital).
Ahora bien, comparto completamente la propuesta de necesaria difusión cultural en el municipio, pues lo difícil no es llegar sino mantenerse, sin embargo, este campo es propiedad de las ideas por tanto un universo maleable. Quiero decir que si de imaginación se trata todos somos expertos y podemos aportar multitud de ideas, pero lo que se requiere son acciones, por ejemplo, revisar cuántos y cuáles han sido los intentos de difusión cultural que se han emprendido, cuáles sus éxitos y fallas permitiría dimensionar la situación real de los esfuerzos hasta ahora aislados. Un grupo de teatro de la prepa, diversos grupos de danza floklórica y contemporánea con trayectoria importante en el municipio y fuera de él, escritores y plásticos, niños y niñas participantes en diversos concurso, profesores interesados en la formación de los talentos que detectan, difunden todos los días su trabajo.
Más que la fundación de una nueva compañía de teatro, creo que sería viable revisar y coordinar los esfuerzos que hasta ahora se han hecho de manera aislada. Y en cuanto a la propuesta de cambiar edificios por otros me parece una idea un tanto circular, es como si sólo el centro de la ciudad debería de ser siempre el centro de la ciudad, es decir, las extensiones desocupadas en el municipio son muchas como para pensar en construir en lo construido, lo interesante sería conservar en un buen estado el cuadro histórico, sin cambios drásticos, y modernizar construyendo en aquellos lugares donde no hay aun una sola piedra, las ciudades deben también mostrar su historia físicamente, y porqué no empezar a pensar en un centro histórico de Acaponeta, mientras tomamos un “tejuino” en el centro contemporáneo de Acaponeta, el centro está allí donde nosotros decidimos.
Un abrazo para ambos escritores y gracias por invitar a la reflexión.