LAS CRUCES POR HIDROELÉCTRICA “LAS CRUCES”

Por: Juan Manuel Estarrón

Analizando sin muchos apasionamientos la posible construcción de la presa Las Cruces río arriba del San Pedro, de verdad es grave porque de sus escurrimientos y de los que también contribuye el Acaponeta depende la vida de un milenario ecosistema que permitió una considerable estadía de los primeros asentamientos humanos de paso hacia el centro del país.

Las aguas de ambos ríos son esenciales en el equilibrio de las condiciones salinas que necesitan las tres especies de manglares y el botoncagüe; pero además de esta flora acuática dependen otras especies a las que provee de protección y alimento, entre ellas el camarón, la de mayor producción y que genera cientos o miles de empleos temporales y permanentes que ayudan a sobrevivir a muchas familias.

Por eso al escuchar con insistencia que en breve la Comisión Federal de Electricidad iniciará esta nueva hidroeléctrica estamos poniendo las cruces y el grito en el cielo –a tiempo- porque el proyecto de la presa Las Cruces sea desechado por representar un verdadero peligro a uno de los santuarios más emblemáticos por la riqueza de su fauna silvestre.

Aquí rescatamos un párrafo del reportaje “Presas riesgosas, políticas devastadoras” de Patricia Dávila en la revista Proceso: “Por lo pronto los conflictos internos por la creación de presas se agudizan en México: científicos y ambientalistas de la UNAM y de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) alzan la voz por el riesgo que entraña la hidroeléctrica Las Cruces, que la CFE pretende edificar en el río San Pedro, principal afluente de la extensión de pantanos llamada Marismas Nacionales, de Nayarit y Sinaloa” .

Para los nortenayaritas se avecina una larga lucha para ser escuchados –primero- y si hay suerte con las negociaciones políticas para echar abajo una obra QUE NO NECESITAMOS entonces podríamos considerarnos afortunados; sólo que vencer los enormes intereses económicos que están detrás de Las Cruces es como apostarle todo a que La Luna es cuadrada.

Nada más veamos los pleitazos legales y políticos que han sostenido los guerrerenses de La Parota desde hace años por otra hidroeléctrica cuyo proyecto les acarrearía despojos y desplazamientos; igualmente las presas de Arcediano (proyecto desechado) y El Zapotillo, en Jalisco, y Paso de la Reina en Oaxaca donde los argumentos son los mismos: no necesitan esas presas.

Y en Nayarit no necesitamos una cuarta hidroeléctrica ni siquiera como otra nueva fuente de generación de empleos directos e indirectos como los publicitados con El Cajón y últimamente con La Yesca; alguien nos puede explicar cómo impactaron las tres presas económicamente a nuestro Estado, porque los indicadores que publica el INEGI hablan de retrocesos.

En cuanto a los beneficios por la generación de energía eléctrica, la paraestatal CFE ¿Está siendo solidaria con los consumidores nayaritas, especialmente los costeños que soportamos temperaturas promedio de 33 grados a la sombra en verano? Por el contrario nos cobran religiosamente la Tarifa 1B, la más cara de todas.

Y es que a la “Empresa de clase mundial” ni le importamos como consumidores cautivos ni como seres a quienes habrá qué respetarles sus recursos naturales; sus excedentes de energía eléctrica son enviados fuera del Estado, sabedores de que somos pueblos nobles a prueba las más descabelladas ocurrencias de nuestros gobernantes; que somos incapaces de organizarnos para “tronar” una empresa.

Sabemos que en este gobierno panista-calderonista les abrieron las puertas de par en par para burlar hasta los más elementales filtros que anuncian Conagua y Semarnat en el renglón de impactos ambientales y que cualquier empresarillo se los pasa por donde dijimos; así dirán que en los alrededores de Las Cruces serán mínimos los posibles impactos, pero los que provoque el río en su desembocadura ya no serán responsabilidad de la CFE ni del gobierno federal (Conagua) ni mucho menos del estatal que no saca la cara ni por sus municipios.

También argumentarán que será una presa más para prevenir inundaciones a la capital coquera, la populosa Tuxpan y pueblos y rancherías a ambos márgenes; pero deben de saber que las recientes inundaciones ocurridas en Tabasco y sur de Veracruz se debieron precisamente a presas hidroeléctricas que no cuentan con planes de contingencia y que desfogaron de un jalón millones de metros cúbicos por temor a que reventaran, pero en realidad esperaron hasta el último minuto cuidando sólo su negocio.

El riesgo real que vemos en Las Cruces –si concretan su construcción- es que el almacenaje de agua en temporada de lluvias implicaría cerrar la cortina impidiendo los escurrimientos normales del verano que van precisamente a alimentar toda la zona estuarina compuesta por marismas, pantanos, esteros y lagunas; al no recibir una cuota adecuada de agua dulce con sus nutrientes comenzaría a romperse el equilibrio que tanto ha costado establecer a la naturaleza durante milenios.

Esto necesariamente tendrá qué confrontarse con la visión puramente mercantilista de una empresa que genera empleos temporales únicamente durante la obra y son ocupados por trabajadores foráneos, con la otra visión de conservación del medio ambiente y el desarrollo sustentable y permanente de las poblaciones involucradas. Ni más ni menos.

Para comentarios, por favor a: jmanuel_estarron@hotmail.com

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