Por: Juan J. Gaspar G.
TEPIC, TEPIC, TEPICO LA NARIZ...
Gritos inocentes de niños jugando en el patio de una pobre vecindad alla por la Miñon Oriente (318, pa' que vean que no niego mi origen)... Lety, la niña mas larguirucha del viejo vecindario había trazado un inmenso círculo sobre la tierra fangosa... la humedad provenía de los pequeños arroyuelos de agua puerca que salía de los madreados lavaderos repletos de garras...
"Declaro la Guerra en contra de... En contra de China, de Acaponeta o de Ixtlán", cada quien ponía su territorio dentro de aquella bola tan grandota dibujada por Leticia... No faltaba el Patriota que decía, yo soy de Tepic y aquí pinto mi raya... Pues sí, Victorino, pisando el cuadrante suyo, con unas letras malhechas que decían Alemania, de pronto gritaba su pasmada cantaleta: "Declaro la guerra en contra de..." ¡Tepiiiic..! Acto seguido todos corrían y el panzoncito Juan Gaspar, de efectos un poquito retardados, infería Stop... Luego calculaba los pasos y tenía que acertar en ese cálculo hasta el compañero mas cercano... "Declaro la guerra en contra de Tepiiiic..." Luego pasábamos a otros juegos y aquella declaración de guerra se quedaba en el subconsciente colectivo... Han pasado muchos años, como cuarenta, y ahora da un escalofrío que tal declaración ya no es juego de niños... La amenaza contra la seguridad y el bienestar de los tepicenses y los nayaritas, es una lamentable realidad y no es un juego...
POLICIAS Y LADRONES... ALGO PUDIMOS APRENDER
Ni Gómez Bolaños, con su maravilloso ingenio, podría describir esas intensas emociones que cubrían el vecindario, con gritos eufóricos de niños, que competían con el intenso ruido que escapaba del Ingenio El Molino... Cada tarde, casi al caer el sol por el grisáceo y casi siempre retiznado caserío de la Menchaca, esa privadita de la Miñon Oriente era el escenario de divertidisimos juegos, pero también de horrendos zafarranchos entre borrachos mariguanos y una que otra prostituta, de esas mariposas sabatinas que esperaban por las tardes, el lujurioso andar de los obreros, que llegaban al merendero El Tuxpeño, a escuchar música, comiendo carnitas y chicharrones de puerco y empujándose tremendos cartones de cerveza... Los juegos de la chiquillada de pronto eran interrumpidos por más de alguna madre preocupona, que gritaba algo alterada y paranoica: Niiiiños, ya métanse, que no tarda en llegar la Julia (Nadie me supo explicar porqué le llamaban asi a la cuicada barrigona de la municipal), en fin... Nos olvidábamos de juegos y por algún portillo de las puertas de madera, alzanzábamos a ver, esas tremendas grescas entre borrachos bravucones, marihuanillos recien salidos de la Penal y las podridonas o algo apachurradas manzanas de la discordia... Balazos no había, metralletas menos, ufff, yo creo que las armas mas sofisticadas solamente las sacaban a relucir los soldados en los desfiles militares... Eso si, los verduguillos, navajas 007 y uno que otro picahielo volaban por los aires, ante los tremendos macanazos de la gendarmería.
A cada nuevo escandalazo, El Sol de Tepic y Prensa Libre, se daban gallo con las notas, mitad ciertas y mitad inventadas... los periódicos se vendían al por mayor y eso que todavía no aparecía el mentado Nelico... Fotos con la imagen del Kalimán y El Canitas, luego aparecían El Charchinas y el B-8 (Un cuate visco, hartamente conocido por la chusma molinera) y luego el séquito de suripantas, todas tapándose la cara, para guardar su escandalizada y tantas veces incomprendida re-puta-ción... Ahi estábamos, pasándonos el periódico de mano en mano... Mira ahí están los Sotelo, también... ¡A pa' familita tan escandalosa!
Lo curioso es que luego de esos escándalos sabatinos, desde el domingo y por toda la semana, los temas de chisme entre las viejas argüenderas de la Privadita, eran también temas de juego entre la chiquillada... Policías y Ladrones... Borrachitos que se convertían en tema de chistes y vaciladas... Leticia no decía nada, permanecía callada... sería porque su jefita, Mary la borracha, en algo se ganaba la vida vendiendo enchiladas allá por la Estación del Ferrocarril y alegrándole la vida a los borrachos y mariguanos del barrio...
LA LOMA Y LA CIUDAD DE LA CULTURA... Y LA ALAMEDA DONDE DEJÉ ATRÁS MI NINEZ
No eran parques bonitos, más bien parecían unos baldíos, llenos de matujones y pletóricos de charcos y montones de escombro... Así lucían esos espacios de la Ciudad de la Cultura... Ahí se daban cita las familias de obreros y trabajadores, aficionados y jugadores de la Liga Municipal de Fútbol... Caray, como olvidar el parque de La Loma, que ya desde bajar el circuito comenzaba por ese gran pasillo de acceso, que año con año se llenaba de gante, puestos y alegría en la Feria Anual....¡¡Cosa tan bella!!
La gente pobre se juntaba en esos sitios, pues no tenía dinero suficiente para pagar el ingreso de toda la flota familiar a las divertidísimas funciones del Azcona, Tepic 70 o al Cine Amado Nervo... La mejor película era salir con papi y mami, comerse un algodón, una paleta de hielo, un elote y jugar por unas tres horas, en aquellos sitios, donde era muy fácil improvisar algún campo de juego...Fútbol y si se podía hasta de Beisbol...Ese Tepic tan bello que se nos ha salido de las manos, pero nunca, nunca jamás del corazón...
TEPIC, TEPIC, TEPICO LA NARIZ...
Gritos inocentes de niños jugando en el patio de una pobre vecindad alla por la Miñon Oriente (318, pa' que vean que no niego mi origen)... Lety, la niña mas larguirucha del viejo vecindario había trazado un inmenso círculo sobre la tierra fangosa... la humedad provenía de los pequeños arroyuelos de agua puerca que salía de los madreados lavaderos repletos de garras...
"Declaro la Guerra en contra de... En contra de China, de Acaponeta o de Ixtlán", cada quien ponía su territorio dentro de aquella bola tan grandota dibujada por Leticia... No faltaba el Patriota que decía, yo soy de Tepic y aquí pinto mi raya... Pues sí, Victorino, pisando el cuadrante suyo, con unas letras malhechas que decían Alemania, de pronto gritaba su pasmada cantaleta: "Declaro la guerra en contra de..." ¡Tepiiiic..! Acto seguido todos corrían y el panzoncito Juan Gaspar, de efectos un poquito retardados, infería Stop... Luego calculaba los pasos y tenía que acertar en ese cálculo hasta el compañero mas cercano... "Declaro la guerra en contra de Tepiiiic..." Luego pasábamos a otros juegos y aquella declaración de guerra se quedaba en el subconsciente colectivo... Han pasado muchos años, como cuarenta, y ahora da un escalofrío que tal declaración ya no es juego de niños... La amenaza contra la seguridad y el bienestar de los tepicenses y los nayaritas, es una lamentable realidad y no es un juego...
POLICIAS Y LADRONES... ALGO PUDIMOS APRENDER
Ni Gómez Bolaños, con su maravilloso ingenio, podría describir esas intensas emociones que cubrían el vecindario, con gritos eufóricos de niños, que competían con el intenso ruido que escapaba del Ingenio El Molino... Cada tarde, casi al caer el sol por el grisáceo y casi siempre retiznado caserío de la Menchaca, esa privadita de la Miñon Oriente era el escenario de divertidisimos juegos, pero también de horrendos zafarranchos entre borrachos mariguanos y una que otra prostituta, de esas mariposas sabatinas que esperaban por las tardes, el lujurioso andar de los obreros, que llegaban al merendero El Tuxpeño, a escuchar música, comiendo carnitas y chicharrones de puerco y empujándose tremendos cartones de cerveza... Los juegos de la chiquillada de pronto eran interrumpidos por más de alguna madre preocupona, que gritaba algo alterada y paranoica: Niiiiños, ya métanse, que no tarda en llegar la Julia (Nadie me supo explicar porqué le llamaban asi a la cuicada barrigona de la municipal), en fin... Nos olvidábamos de juegos y por algún portillo de las puertas de madera, alzanzábamos a ver, esas tremendas grescas entre borrachos bravucones, marihuanillos recien salidos de la Penal y las podridonas o algo apachurradas manzanas de la discordia... Balazos no había, metralletas menos, ufff, yo creo que las armas mas sofisticadas solamente las sacaban a relucir los soldados en los desfiles militares... Eso si, los verduguillos, navajas 007 y uno que otro picahielo volaban por los aires, ante los tremendos macanazos de la gendarmería.
A cada nuevo escandalazo, El Sol de Tepic y Prensa Libre, se daban gallo con las notas, mitad ciertas y mitad inventadas... los periódicos se vendían al por mayor y eso que todavía no aparecía el mentado Nelico... Fotos con la imagen del Kalimán y El Canitas, luego aparecían El Charchinas y el B-8 (Un cuate visco, hartamente conocido por la chusma molinera) y luego el séquito de suripantas, todas tapándose la cara, para guardar su escandalizada y tantas veces incomprendida re-puta-ción... Ahi estábamos, pasándonos el periódico de mano en mano... Mira ahí están los Sotelo, también... ¡A pa' familita tan escandalosa!
Lo curioso es que luego de esos escándalos sabatinos, desde el domingo y por toda la semana, los temas de chisme entre las viejas argüenderas de la Privadita, eran también temas de juego entre la chiquillada... Policías y Ladrones... Borrachitos que se convertían en tema de chistes y vaciladas... Leticia no decía nada, permanecía callada... sería porque su jefita, Mary la borracha, en algo se ganaba la vida vendiendo enchiladas allá por la Estación del Ferrocarril y alegrándole la vida a los borrachos y mariguanos del barrio...
LA LOMA Y LA CIUDAD DE LA CULTURA... Y LA ALAMEDA DONDE DEJÉ ATRÁS MI NINEZ
No eran parques bonitos, más bien parecían unos baldíos, llenos de matujones y pletóricos de charcos y montones de escombro... Así lucían esos espacios de la Ciudad de la Cultura... Ahí se daban cita las familias de obreros y trabajadores, aficionados y jugadores de la Liga Municipal de Fútbol... Caray, como olvidar el parque de La Loma, que ya desde bajar el circuito comenzaba por ese gran pasillo de acceso, que año con año se llenaba de gante, puestos y alegría en la Feria Anual....¡¡Cosa tan bella!!
La gente pobre se juntaba en esos sitios, pues no tenía dinero suficiente para pagar el ingreso de toda la flota familiar a las divertidísimas funciones del Azcona, Tepic 70 o al Cine Amado Nervo... La mejor película era salir con papi y mami, comerse un algodón, una paleta de hielo, un elote y jugar por unas tres horas, en aquellos sitios, donde era muy fácil improvisar algún campo de juego...Fútbol y si se podía hasta de Beisbol...Ese Tepic tan bello que se nos ha salido de las manos, pero nunca, nunca jamás del corazón...
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