UN NUEVO COLABORADOR SE SUMA A PUERTA NORTE, SE TRATA DEL PERIODISTA CULTURAL Y MEDIADOR DEL PROGRAMA NACIONAL DE SALAS DE LECTURA, RENÉ MORIMOTO, QUIEN ESTARÁ ENVIANDO INTERESANTES COLABORACIONES CULTURALES DE NAYARIT Y EL PAÍS. BIENVENIDO AMIGO RENÉ Y QUE SEA DEL AGRADO DEL LECTOR.
Por René Morimoto
La élite de sacerdotes - astrónomos- chamanes observan el cielo desde el observatorio de Coamiles, que está enfocado únicamente a la observación del disco solar en los equinoccios. El cálculo astronómico de cuerpos estelares es muy importante para su pueblo, porque les marca el cambio de las estaciones, el calendario anual ritual y agrícola, y eso permite tener el nivel de complejidad tan avanzado como civilización, pero sobre todo los legitimiza a la élite en el poder. El tiempo cronológico los ubica entre el año 900 y 1350 D.C.
La costa central, fundamentalmente las tierras bajas noroccidental del estado de Nayarit, concentran una importante zona arqueológica llamada Los Coamiles, que son asentamientos humanos que acumularon una experiencia social de casi dos mil años, a esa civilización se le ha nombrado como la gran cultura regional Aztatlán.
Esto en sí, no representa una novedad; lo que sí lo es, son los nuevos hallazgos a los que el arqueólogo de base del centro INAH Mauricio Gerardo Garduño Ambriz se refirió en la conferencia que se tituló “Arqueología y Astrología en la costa central de Nayarit”, presentada el pasado día 22 de junio, en el Museo Regional de Antropología e Historia de Nayarit.
El arqueólogo nos comenta: “Estos grandes asentamientos no sólo eran de carácter habitacional, es decir de agricultores, sino también artesanos muy especializados, sacerdotes, chamanes y astrólogos, definitivamente toda una élite…”
“Además del observatorio, se han encontrado artefactos exprofesos hechos de aleaciones que nos hablan de un desarrollo de la metalurgia. La astronomía y la metalurgia son tecnologías producto de una experiencia social acumulada, no fue ninguna importación; no son ni mexicas, es decir, aztecas que viene por aquí y se establecen una temporada corta de tiempo y emigran mil kilómetros de distancia, al centro de México, ni son toltecas que viene a colonizar. Cuando se da este gran momento que es el gran período postclásico a partir de año 900 D.C. ya había por lo menos diez siglos de ocupación por parte de agricultores sedentarios, es entonces un desarrollo cultural continuo muy importante comparado con el Tolteca del centro de México, Cholula, o al momento de apogeo de Chichén Itzá…”
Al preguntarle su opinión acerca del interés y conocimiento que el ciudadano común pudiera mostrar ante esta gran tradición cultural, el arqueólogo respondió: “desafortunadamente hay muchísimo desconocimiento. Algo que incide muy negativamente en la conservación y preservación de esta cultura, es el hecho de que la gente no se identifica con ese tipo de evidencias como parte de su historia, de un legado cultural propio, hace falta mucho de nuestra parte, un trabajo de promoción permanente , pero también hace falta que el compromiso de todas las instituciones para diseñar estrategia de conservación, de protección, de investigación y de dilución de este gran patrimonio cultural”.
Por René Morimoto
La élite de sacerdotes - astrónomos- chamanes observan el cielo desde el observatorio de Coamiles, que está enfocado únicamente a la observación del disco solar en los equinoccios. El cálculo astronómico de cuerpos estelares es muy importante para su pueblo, porque les marca el cambio de las estaciones, el calendario anual ritual y agrícola, y eso permite tener el nivel de complejidad tan avanzado como civilización, pero sobre todo los legitimiza a la élite en el poder. El tiempo cronológico los ubica entre el año 900 y 1350 D.C.
La costa central, fundamentalmente las tierras bajas noroccidental del estado de Nayarit, concentran una importante zona arqueológica llamada Los Coamiles, que son asentamientos humanos que acumularon una experiencia social de casi dos mil años, a esa civilización se le ha nombrado como la gran cultura regional Aztatlán.
Esto en sí, no representa una novedad; lo que sí lo es, son los nuevos hallazgos a los que el arqueólogo de base del centro INAH Mauricio Gerardo Garduño Ambriz se refirió en la conferencia que se tituló “Arqueología y Astrología en la costa central de Nayarit”, presentada el pasado día 22 de junio, en el Museo Regional de Antropología e Historia de Nayarit.
El arqueólogo nos comenta: “Estos grandes asentamientos no sólo eran de carácter habitacional, es decir de agricultores, sino también artesanos muy especializados, sacerdotes, chamanes y astrólogos, definitivamente toda una élite…”
“Además del observatorio, se han encontrado artefactos exprofesos hechos de aleaciones que nos hablan de un desarrollo de la metalurgia. La astronomía y la metalurgia son tecnologías producto de una experiencia social acumulada, no fue ninguna importación; no son ni mexicas, es decir, aztecas que viene por aquí y se establecen una temporada corta de tiempo y emigran mil kilómetros de distancia, al centro de México, ni son toltecas que viene a colonizar. Cuando se da este gran momento que es el gran período postclásico a partir de año 900 D.C. ya había por lo menos diez siglos de ocupación por parte de agricultores sedentarios, es entonces un desarrollo cultural continuo muy importante comparado con el Tolteca del centro de México, Cholula, o al momento de apogeo de Chichén Itzá…”
Al preguntarle su opinión acerca del interés y conocimiento que el ciudadano común pudiera mostrar ante esta gran tradición cultural, el arqueólogo respondió: “desafortunadamente hay muchísimo desconocimiento. Algo que incide muy negativamente en la conservación y preservación de esta cultura, es el hecho de que la gente no se identifica con ese tipo de evidencias como parte de su historia, de un legado cultural propio, hace falta mucho de nuestra parte, un trabajo de promoción permanente , pero también hace falta que el compromiso de todas las instituciones para diseñar estrategia de conservación, de protección, de investigación y de dilución de este gran patrimonio cultural”.
1 comentario:
Estupenda nota, muchísimas gracias!!!
Me sumo a la tarea de difundir este tipo de información puesto que los beneficios son en cascada, se ayuda a la conservación pero también se involucra a las personas a hacer del patrimonio cultural algo propio y por tanto digno de vivirlo y disfrutarlo al máximo.
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