Desde niños nos enseñan que los tres símbolos patrios de México son: el escudo del águila devorando una serpiente, el Himno Nacional, canto inmortal de Francisco González Bocanegra y Jaime Nunó, así como la bandera, que consiste en un rectángulo dividido en tres franjas verticales de medidas idénticas, con los colores en el siguiente orden a partir del asta: verde, blanco y rojo. En la franja blanca y al centro, tiene el Escudo Nacional, con un diámetro de tres cuartas partes del ancho de dicha franja. La historia de este pendón nos indica que sus colores fueron adoptados por sus creadores en base al significado por ellos otorgado a cada uno, que entonces eran: el verde, la Independencia; el blanco, la pureza de la religión, y el rojo la unión.
En el camino entre San Felipe Aztatán y Milpas Viejas, hay un rancho llamado "El Huarache" que orgulloso muestra a su entrada un lábaro patrio, que nos deja mucho a la reflexión. Este pendón o más bien trapo colgado de un palo amarrado a un tubo, no tiene el rectángulo rojo que toda bandera que se precie de serlo, debe mostrar. La primera reflexión es esta: si el rojo significa unión, quiere decir que el mensaje de los del Rancho El Huarache, es que en México, la unión brilla por su ausencia, y no les faltaría razón, ya que vivimos en un estado de guerra permanente a causa del crimen organizado, la luchas por el poder de los partidos políticos que tienen dividida a la sociedad y, además, la desconfianza tan terrible que el pueblo tiene de su gobierno, lo que ha causado una ruptura entre sociedad y autoridad.
Otra causa de la falta del rojo, es que quizá y debido a la crisis, se arrancó un pedazo para que sirviera de franela o jerga para el aseo. Tal vez, no hay que ir tan lejos, simplemente los dueños y trabajadores del rancho, detestan al PRI, que ha dado por tomar como suyo ese color.
En cualquier caso, los símbolos patrios --así hay que enseñarlo a los hijos--, son valores que tenemos que respetar, de hecho la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, marca claramente en su artículo 32: "Los particulares podrán usar la Bandera Nacional en sus vehículos, exhibirla en sus lugares de residencia o de trabajo. En estos casos la bandera podrá ser de cualquier dimensión y con el escudo impreso en blanco y negro. El particular observará el respeto que corresponde al Símbolo Nacional y tendrá cuidado en su manejo y pulcritud". Más respeto que nada nos cuesta.
En el camino entre San Felipe Aztatán y Milpas Viejas, hay un rancho llamado "El Huarache" que orgulloso muestra a su entrada un lábaro patrio, que nos deja mucho a la reflexión. Este pendón o más bien trapo colgado de un palo amarrado a un tubo, no tiene el rectángulo rojo que toda bandera que se precie de serlo, debe mostrar. La primera reflexión es esta: si el rojo significa unión, quiere decir que el mensaje de los del Rancho El Huarache, es que en México, la unión brilla por su ausencia, y no les faltaría razón, ya que vivimos en un estado de guerra permanente a causa del crimen organizado, la luchas por el poder de los partidos políticos que tienen dividida a la sociedad y, además, la desconfianza tan terrible que el pueblo tiene de su gobierno, lo que ha causado una ruptura entre sociedad y autoridad.
Otra causa de la falta del rojo, es que quizá y debido a la crisis, se arrancó un pedazo para que sirviera de franela o jerga para el aseo. Tal vez, no hay que ir tan lejos, simplemente los dueños y trabajadores del rancho, detestan al PRI, que ha dado por tomar como suyo ese color.
En cualquier caso, los símbolos patrios --así hay que enseñarlo a los hijos--, son valores que tenemos que respetar, de hecho la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, marca claramente en su artículo 32: "Los particulares podrán usar la Bandera Nacional en sus vehículos, exhibirla en sus lugares de residencia o de trabajo. En estos casos la bandera podrá ser de cualquier dimensión y con el escudo impreso en blanco y negro. El particular observará el respeto que corresponde al Símbolo Nacional y tendrá cuidado en su manejo y pulcritud". Más respeto que nada nos cuesta.
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