Como sucede cada vez que un expresidente municipal pierde la vida, su cuerpo es llevado al patio central de la presidencia para rendirle un homenaje de cuerpo presente. Así se hizo con Don Roberto Vivanco Zamudio, quien falleció el pasado lunes víctima de un traicionero infarto cardiaco. Luego del velorio al que acudieron cientos de personas a rendirle el último adiós en su residencia por la calle Hidalgo, su féretro fue trasladado a la vieja casona de la calle Morelos, donde familiares y amigos tributaron la despedida final en medio de un minuto de aplausos. Su hija Blanca agradeció a los presentes su asistencia y recordó que su padre había servido y trabajado por y para el pueblo. Ahí se montaron varias guardias de honor a un lado del amigo comerciante y ex primer edil, entre ellas las de funcionarios del gobierno de Saulo Lora Aguilar, quien encabezó el acto. Finalmente sus restos fueron llevados al Templo de Nuestra Señora de la Asunción, donde se le ofreció una misa de cuerpo presente y posteriormente llevado al panteón municipal donde fue inhumado. Descanse en paz
1 comentario:
Mis condolencias a la familia Vivanco.Blanca León.
Publicar un comentario