01 julio 2010

APRECIACIONES PERSONALES DEL MUNDIAL DE SUDÁFRICA


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

Han sido muchos y muy variados los comentarios que he escuchado alrededor del Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, principalmente sobre el sonado fracaso de la selección mexicana, comandada por Javier Aguirre, ayer héroe mítico, hoy el villano favorito de un país carente precisamente de personajes heróicos y lleno de malandrines y barbajanes de la peor ralea.
De esto se trata el mundial, que cada cuatro años los mexicanos nos veamos inmersos en la esperanza de ver campeona a "nuestra" selección, vamos, ya ni siquiera eso, simplemente que lleguemos al quinto partido, que en este torneo las televisoras lo convirtieron en una posibilidad mágica y mítica, es decir, llegar a cuartos de final con la posibilidad de ganar y, en un hecho histórico pasar a la semifinal y bailar un son jarocho con Lorena Herrera o Maribel Guardia, al pie del Ángel de la Independencia en la Ciudad de México, la Minerva en Guadalajara o en cualquier plaza del país, gritando vivas y loas a los nuevos héroes de la patria, la oncena tricolor, todo teniendo como fondo el Himno Nacional y hasta la marcha triunfal de "Aída". Qué bonito, pero qué lejano.
La triste realidad es que, nuevamente la selección cayó derrotada, como lo ha venido haciendo desde el primer mundial celebrado en Uruguay en 1930. La estadística nos muestra a las claras que desde hace cinco mundiales, solo pasamos a la segunda ronda, lo cual ya es un logro y sirve para que los dirigentes futboleros tengan la excusa perfecta: "se cumplió el objetivo, superar la primera ronda". Triste consuelo para los mexicanos que tenemos décadas, quizá siglos, oyendo los mismos mensajes de los gobernantes, ante obras mal hechas y progresos flacos, salen con la batea de babas de que "se cumplió con el objetivo". ¡Ni madres!, dicen los jóvenes ya enojados, fue un rotundo fracaso y volvimos como hace 80 años regresaron los futbolistas que llegaron del mundial de Uruguay, con la cabeza gacha, la cola entre las patas y las penurias al hombro, luego de obtener el último lugar. Tenía razón Aguirre, cuando soltó aquellas polémicas declaraciones a la Cadena Ser de España y situó futbolísticamente a México entre los lugares 11 y 15. Recuerde el amable lector que ya desde entonces, Javier, haciendo de su apodo su nacionalidad, se vistió de vasco y casi mascullando las "eses y las zetas" como hacen los iberos, dijo que México estaba jodido y aunque nos volteó las tripas al revés su declaración, el "Vasco" siempre tan francote, dijo la pura neta, este país, está jodido por su eterna crisis económica, su grave guerra contra la delincuencia, los políticos rapaces y depredadores que mantenemos del erario público y por la pobre, pobrísima educación que nos ha ofrecido ese mismo gobierno para mantenernos agachados, ciegos, incultos y sordomudos, ante una realidad que nos agobia por la pobreza casi miserable en algunas regiones, el desempleo galopante, una migración indignante y los bolsillos vacíos de muchos de los que aquí estamos viendo las derrotas del llamado "tri". Aguirre, eso sí, dijo que acabando el mundial se regresa a Europa a vivir de lo que buenamente le dejó "la aventura" mexicana; lo que millones y millones de prietitos le dimos al "Vasco" Aguirre, por llenarnos el buche de declaraciones, partidos de fútbol absurdos y fraudulentos en el ánimo de la afición, como hacer del tiunfo ante Senegal, una empresa gigantesca, titánica y épica digna de todo elogio. Senegal, señor Aguirre, sí es un país jodido que nunca, jamás, tendría para pagar los gastos gigantescos, onerosos que tuvo Usted en este lugar donde florecen el nopal y las tunas, pues sépanlo todos, el Director Técnico de un equipo que apenas llegó --y salió perdedor-- al cuarto partido, gana un total de un millón 800 mil dólares anuales, es decir, traducido a pesos "jodidos" y sonantes, el "Vasco" se lleva de esta pobre nación un millón 950 mil pesos al mes, o sea, 65 mil pesos ¡diarios!. Viéndolo así ¿cuál crisis? ¿qué entiende Aguirre por jodido? Gana más que Dunga, el seleccionador brasileño y 600 mil dólares más que Maradona, quienes ya están en cuartos de final. Eso es lo que a mi me duele, no tanto los goles recibidos, sino renegar de un país que le ha dado tanto. No quiere Aguirre vivir en México y no lo culpo, pues ante todo lo que sucede a acá, por los gobernantes que tenemos, por los balazos que se oyen aun en lugares otrora pacíficos y provincianos como Acaponeta, donde ya truenan los plomazos en céntricas calles como si fuera año nuevo, frente a un sector agrícola devastado y una sociedad gobernante corrupta, egoísta e inepta, ante todo esto, pensemos: ¿quién no desearía irse de aquí y radicar en un penthouse en la Florida, de lujo como Javiercito Aguirre? Yo sí me apunto.
No sé mucho de fútbol, no me atrevería a opinar sobre los cambios o no cambios de Aguirre, durante los juegos del tricolor. Qué si el Chicharito, qué si Franco, qué si Guardado, qué si los porteros, no lo sé y no me atrevo a opinar, pero sí que me queda claro que Aguirre es necio y hace oídos sordos de los demás; a pesar de los múltiples e infinitos comentarios acerca de la inclusión del Guille Franco --quien por cierto no es mexicano, lo cual tampoco entiendo--, sacó a Guardado, que desde mi supina ignorancia, creo que estaba haciendo un magnífico juego y metió a Franco nuevamente, a pesar de que se caía el Universo sobre él. Eso es tener riñones y valerle gorro el mundo y los mexicanos.
La verdad de la tragedia de las eternas derrotas del equipo verde, son los directivos de la Federación Mexicana de Fútbol (F.M.F.), que son simples comparsas y empleados de los millonarios dueños de los equipos del balompie, Justino Compeán, Decio de Maria y el Sr. Néstor de la Torre, son los verdaderos culpables de la debacle de la oncena futbolera, que no de la deshonra nacional como algunos despistados lo ya han creído. Al no clasificar México a la siguiente etapa, no quedó en peligro la seguridad, ni la integridad de la nación, mucho menos perdimos la honra, solo fuimos derrotados en un torneo de pelota y sanseacabó. Que los mexicanos, ante tanta incertidumbre, impuestos gravosos, tenencias, partidos políticos y diputados federales, necesitemos de buenas noticias, aunque estas provengan del futbol, esa es otra cosa.
A los dueños de los equipos y principalmente a las dos gigantescas televisoras Televisa, TV Azteca y socios, solo les interesa el beneficio económico que el deporte nacional les deja en sus voluminosas arcas, aun por encima de ese mismo bien que es el futbol. Dedican un tiempo gigantesco a venderle a la sociedad la idea de un equipo poderoso, de hecho durante cuatro años, desde que finaliza un mundial hasta la siguiente derrota de los "ratones verdes", nos hablan de nombres, logros ficticios y hazañas que solo existen en la mente de los comentaristas "oficiales" de la F.M.F. y las televisoras. Los directores técnicos viven hasta que la realidad supera con creces a las fantasías de los mercenarios pamboleros, por eso fueron sucesivamente en esta etapa rumbo al mundial africano Ricardo Lavolpe, Hugo Sánchez, Jesús Ramírez, Sven Goran Eriksson y Javier Aguirre, cinco entrenadores cinco los que fincaron en la mente de muchos la eterna historia del triunfo que nunca llega, pues haciendo historia mire si no tiene razón la afición en enojarse, en 1930, ya vimos México quedó en el último de 13 equipos contendientes; en 1934 en Italia, México no participó al ser eliminado en la etapa clasificatoria por un incipiente equipo norteamericano. En 1938, se celebró en Francia la fiesta del fútbol y nuestro país no participó al solidarizarse con Argentina a la que le arrebataron la sede mundialista. En la cuarta Copa del mundo celebrada en Brasil, el equipo azteca pierde sus tres encuentros y queda en penúltimo lugar de la justa, apenas arriba de Bolivia a quien correspondió ser el peor equipo. El siguiente compromiso fue en Suiza en 1954 y México obtuvo el lugar 13 de 16 equipos, sin lograr aún puntos en la tabla. En Suecia 1958, otro desastre, último lugar del torneo con los tres partidos perdidos. Vino Chile 1962 y el país consigue al fin su primer triunfo ante Checoslavaquia, subiendo en la tabla y colocándose en el lugar 11 de 16 competidores. Fue hasta Inglaterra 1966 cuando se consiguen tres puntos, que no son suficientes para clasificar a la ronda siguiente y se concluyó el mundial en el lugar número 12; recuérdese que solo participaban 16 países y no 32 como ahora. Finalmente fuimos sede en 1970 y se logró, gracias a esa circunstancia, pasar por fin a la fase de --en ese entonces con 16 selecciones--cuartos de final, de donde ya no hemos podido salir, comenzando la fiesta de enemigos Italia que nos goleó 4 a 1; sin embargo quedamos en sexto lugar general. A pesar de ello, nuevamente no hubo continuidad y fuimos penosamente derotados en la etapa de Concacaf, por los subdesarrollados equipos caribeños y centroamericanos, clasificándose Haití, lo que impidió la participación mexicana en Alemania 1974. Regresamos al Mundial de Argentina 1978, donde se hizo un papelón terrible y la selección obtuvo el muy deshonroso último lugar de la competencia, donde perdimos hasta con Túnez. Para el Mundial español de 1982, nueva vergüenza en la fase de Concacaf, donde se clasificó Honduras, un país muy alejado de las posibilidades económicas del equipo mexicano.
Luego de dos ausencias, volvió México a los mundiales y en 1986 fue sede otra vez --cosa sin precedentes en la historia de este deporte-- y se obtuvo la mejor posición de la historia mexicana, pues se logró, al igual que en méxico 70, el sexto puesto, con la diferencia de que ahora el torneo se jugó con 24 equipos y se logró ganar el ansiado cuarto juego al derrotar en octavos de final a los búlgaros con sendos goles de Negrete y de Servín. 1990 fue el año del Mundial en Italia y los nuestros no asistieron por el vergonzoso caso de "los cachirules", es decir, la trampa que la F.M.F. orquestó en la Olimpiada de Seúl, al meter a jugar futbolistas que rebasaban la edad límite, sanción de dos años de castigo de cualquier competencia internacional, lo que habla de la corrupción tenochca, que nos distingue ante el mundo. En Estados Unidos 1994, regresamos al mundial, y comienza la historia de buscar con grandes esperanzas el famoso quinto partido, pero fuimos derrotados en octavos de final por Bulgaria, quien en tanda de penales nos derrotó y se cayó en el legendario mito de la maldición de los malditos penales, que no entran ni yendo a bailar a Chalma con la Tigresa Irma Serrano y se obtuvo el lugar 13 de 24 posibles. En Francia 1998, se volvió a avanzar a octavos de final, pero caímos ante el poderío teutón y la tabla final mostró al tricolor en el lugar 13, ahora de 32 equipos. En el 2002 en Corea-Japón, no fue tan malo el desempeño meshica y se obtuivo el lugar 11, siendo derrotados en octavos por Estados Unidos, quien ahora se considera el "Gigante de Concacaf" despojando a México de tal título. En el mundial pasado Alemania 2006, descendimos hasta el lugar 15 aunque se avanzó al cuarto juego donde Argentina dio cuenta de los ratones por 2-0. Finalmente no sé aun qué lugar ocuparán los verdes en el 2010, pero no erró Aguirre al decir que México estaba entre los lugares 11 y 15, pero por ahí habremos de situar a la oncena tricolor, lo que debe considerarse "normal" pues ya vimos que lo mismo sube que baja entre ese parámetro.
Lo que me cae gordo por demagógico, populista y alienante es la participación de Aguirre en un spot financiado por la llamada "Iniciativa México", idea de sus patrones, los dueños de las televisoras y de los hombres más ricos y poderosos del país, los cuales entre otras muchas cosas, manejan el futbol nacional, de manera desastrosa, mismos que inflaron hasta el cielo al "Vasco" y lo montaron en un anuncio que tiene como fondo del emblemático Ángel de la Independencia, soltando un montón de idioteces, que intentan dar a los mexicanos recetas de vida y consejos para ser mejores.
Perfectamente ensayado, con reluciente traje sport, por supuesto sin corbata, informal, muy cool, al estilo Miami Vice. Aguirre comienza soltando una lección de historia y narra que parecía imposible que en 1810 la nación fuera independiente, convencido y con voz firme --de hombre hermoso-- escupe: "¡y lo es!", continúa ya engallado: "en 1910 parecía imposible que México fuera un país democrático y ¡llegó a serlo! --casi lloro de la emoción--. Agrega que ama a México, no sabe cómo pero lo ama, explica y hasta se me olvida que en España dijo que México Lindo y Querido era un país jodido. Contradice lo que le exigieron decir --previo voluminoso pago--, los de "Iniciativa México", con su actuación en Sudáfrica, pues menciona cosas como que "es hora de soñar, actuar y decidir si queremos el país que se siente predestinado al fracaso o el que sabe capaz de construir el destino anhelado (nuestro destino anhelado era llegar y ganar el quinto partido, pobres ilusos que somos). Sigue el titerote Aguirre: "el país al que se respeta solo por su pasado o al que todos admiran porque tiene confianza en su futuro". Qué bárbaro, es tan seguro el hombre, que hasta Calderón lo trajo un tiempo de su llavero para promover el turismo nacional a través del Programa "México Vive" y es que el hombre convence, con su retórica salvadora de la patria. Pero dice más, cosas sublimes como: "enterrar al México de los complejos y alumbrar al México de los hombres y mujeres --muy foxista-- seguros de sí mismos". Remata en algo que debe ser oración diaria al pie de la cama, merecedora de trocar el Padre Nuestro en las iglesias, el Himno Nacional en los actos cívicos y los discursos en San Lázaro (al leer esto, el lector deberá imaginar música celestial que lo acompañe): "Olvidar al México que siempre espera lo peor, construir el México en el que cada quien trabaje por lo mejor (olvide amigo el índice de desempleo, no sea prosaico); dejar atrás el México que busca culpables (se curó en salud) y dar paso al que todos asumimos responsabilidades. Darle vuelta a nuestra historia, pasar del México de sí se puede, al México de ya se pudo". Tararán-tan-tan.
Quedé tan emocionado que de inmediato consulté la página de "Iniciativa México" para inscribir el proyecto: "Cómo ganar el quinto partido en el Mundial de Brasil 2014 y ser campeones en el Mundial de Timbuctú 2110". ¿Alguien tiene ideas?

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