28 julio 2010

EL JAGUAR DEL MOLOLOA


Por: Juan Manuel Estarrón

Sostiene una leyenda muy antigua, aún desde antes de la aparición del hombre, que el rey de la selva se ensañaba con los changos o monos americanos por ser su principal alimento. Todos los días era el mismo drama: el jaguar escogía el primate que serviría de almuerzo al empezar el día dándole una muerte cruel al desollarlo con sus afiladas garras, arrancando en tiras la piel del infeliz animal.
Cansados los monos del insolente y sanguinario jaguar que, por demás presumía su inmaculada piel –porque deben saber que en aquellos tiempos no estaba manchado- un día se pusieron de acuerdo todos los monos de la selva y esperaron a su verdugo escondidos a orillas de la vereda; bien armados con aguacatillos, comenzaron a arrojar la fruta madura que no tardó en mancharle toda su blanca piel.
Humillado en su orgullo, desde entonces el jaguar juró venganza contra los monos que hasta la fecha los sigue matando con más crueldad; para fortuna de las especies de primates, el hermoso jaguar –por culpa de los monos traviesos- está en vías de extinción aquí en Nayarit por la apertura de la próxima “autopista” que invadirá su hábitat en la Sierra de Vallejo.
Este resumen de una leyenda sacada de un texto gratuito de primaria, nos transporta a la realidad de Nayarit y de México entero cuando los políticos se cuidan al máximo para no manchar su impoluta trayectoria y para lograrlo son capaces de los peores crímenes que luego reciben el carpetazo oficial y cuando mucho paga algún chivo expiatorio; el caso del “ave siniestra”, que no mata ni una mosca, es muy ilustrativo.
Pero vayamos retomando el título así como queriendo y no hacer algunos comparativos del padrino de Enrique Peña Nieto con otro de sus ahijados que se mueve a sus anchas por tierras coras, huicholas, tepehuanas y mexicaneras y a quien conoceremos como El Jaguar del Mololoa, nuestro Gobernador todavía en funciones.
Sabido es que, desde noviembre del 2009 la tranquilidad comenzó a descomponerse con la ejecución del Director de Seguridad Pública; antes de ahí ocurrían levantones, ejecuciones y desapariciones “normales” por los propios cuerpos policiacos; pero en todos los casos el Gobernador y su Procurador mantenían su blancura porque los hechos de sangre se diluían entre la criminalidad del fuero común, aunque el primer sello oficial del crimen organizado fuera ese de Arcadia.
A partir de ese “caso aislado” se desencadenaron otros muchos y se les dio la misma categoría aunque la opinión pública ya veía las salpicaduras –no de aguacatillos- de sangre en el traje del Jaguar del Mololoa; como si un ejército de monos negros actuaran por consigna para manchar su carrera –hasta ayer- diáfana y meteórica, pues nuestro presumido jaguar se jacta de haber ganado todas las elecciones y se prepara por una más.
Ahora, cuando todo mundo acusa al rey de esta selva, que la sangre corre a raudales sin que sea capaz de poner orden si no es por mediación de las fuerzas federales, encontró un chivo o más bien un tigre expiatorio a quien salpicar con el desastre en la inseguridad: el ex gobernador Antonio Echevarría, el tigre del Ranchito de Pérez. Háganme el rejodido favor.
Resulta que en tal se reúnen, doscientos años después de la mayor conspiración en México, un grupo de ciudadanos desempleados –porque ya no hay de otros- para tumbar del caballo al Gobernador armando a grupos de sicarios para que siembren el terror y obligarlo a renunciar y, de paso, echarle montón a su candidato el 3 de julio del 2011; más o menos esa es la trama de la nueva novela que ya se vende a los nayaritas, pero su temerario argumento puede generar un cisma político que ahonde más la crispación social.
Porque se advierte muy claramente que nuestro Gobernador, al precio que venga, quiere salvar un prestigio político que ya perdió por no querer hacer la parte que le toca olvidándose del Cómo Sí en el combate a la delincuencia, reconociendo que es exógena o sea que proviene de fuera del estado y de ahí no lo sacan cuando es tan fácil aceptar que aquí encontró condiciones inmejorables para desarrollarse gracias al clima de corrupción que desplegó banderas desde el 2005.
Nuestro orgulloso jaguar, en su mesianismo ya ve a su alrededor a puros culpables de su tragedia política porque en lugar de dedicarse a gobernar se armó de un equipo experimentado en imagen publicitaria para acentuar más su egolatría que está muy lejos del pensamiento juarista quien aspiraba a una Patria grande inspirada en la “honrada medianía” y por lo visto nuestro virrey insiste en dejarnos un estado mediocre con una deuda fantástica e impagable a la que quiere sumar otros 800 millones de pesos.
Por eso es oportuno traer aquí el pensamiento completo de Juárez dedicado a los hombres desbocados de su tiempo: “No se puede gobernar a base de impulsos de una VOLUNTAD CAPRICHOSA, sino con sujeción a las leyes. No se pueden improvisar fortunas, ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, disponiéndose a vivir en la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley señala” (Wikipedia).
Pero actualmente nuestros políticos no pueden gobernar de otra manera y menos si a nuestro Jaguar del Mololoa ya se le puso llegar a Los Pinos como sea y de lo que sea. Por eso reparte culpas a diestra y siniestra.

Para comentarios, por favor a: jmanuel_estarron@hotmail.com/.
También puede leernos en: www.cainay.blogspot.com/.

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