13 diciembre 2008

DE CHILE, DE DULCE Y DE MANTECA


Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

Seguramente el amable amigo que gusta de acceder a este foro, ha visto alguna vez esas caricaturas donde los personajes, barriendo un espacio de la casa, esconden la basura debajo del tapete. No es de dudar en este México nuestro, que el vecino de al lado, arroje la basura al frente de nuestras viviendas, solo para no recoger y de paso molestar. Así es como su servidor ve, el terrible hecho de que el gobierno federal pretende traer reos de alta peligrosidad al Estado de Nayarit, con la peregrina intención de separarlos de sus familiares y bandas y de alguna forma confinarlos a rincones olvidados como esta tierra del Rey Nayar.
Hizo bien el Gobernador Ney González de repudiar esta acción, pues a nadie nos gusta ver que la sirvienta “esconda” la basura debajo del tapete y mucho menos que los vecinos abusen dejando sus desperdicios en la banqueta que nos pertenece.
Alguien, con un corazón de oro, posiblemente se moleste por comparar a estos criminales tipejos con la basura. Pero, como no soy San Francisco de Asís, ni mucho menos, no me causa ningún cargo de conciencia llamar así a quien secuestra, mata, viola, destruye patrimonios, envenena jóvenes y me tiene lleno de temor. Basura, eso son y si se implanta la pena de muerte para esta escoria, incluyendo sus amigotes los que integran los cuerpos policiacos; yo seguiré durmiendo como angelito. A veces, como somos buenas personas, los que nos dedicamos a vivir honestamente, sentimos pena los los que están encerrados en la cárcel. Sin embargo, como tenemos la fortuna de que nos haya tocado vivir la pesadilla de una personas secuestrada o el asesinato de un familiar o amigo, no sentimos en el corazón, lo que es amar a Dios en tierra de cherokees. Pregúntele a las familias Martí o Vargas Escalera, lo que piensan de la pena de muerte. Sin embargo, a pesar de que su servidor no sentiría remordimiento alguno de ver en la horca o el paredón a tipejos como el “mochaorejas” o “el chapo” Guzmán o los agentes policiacos corruptos y cómplices, sigo pensando que la pena de muerte no es la solución a menos que fuera una cárcel de una sola celda, donde el que está dentro saldrá de un balazo en la tapa de los sesos en cuento llegue otro; como eso no pasará, la única manera de más o menos solucionar la grave inseguridad que priva en este remedo de país, es que la impunidad acabe, a balazos o como sea, pero que acabe. Mientras el crimen se siga llevando a cabo en todas sus formas y nadie pise las prisiones y ley siga blandita con los malhechores, esto no tendrá remedio. Salud Amigos.

No hay comentarios: