Como muchos ya saben, durante el trienio pasado, las calles del centro de la ciudad se abrieron para reintroducir el drenaje que prácticamente ya no existía. Sin embargo, esta obra a cargo del Gobierno del Estado, dejó el empedrado en una situación verdaderamente para llorar, pues en las vialidades de Acaponeta, no existía un metro cuadrado donde no hubiera una zanja, un bache o un hoyo. Solo las calles que se adoquinaron se salvaron, pero como estas solo fueron las que rodean el Mercado "Ramón Corona", el resto quedaron para torturar a los conductores de vehículos los cuales hoy sufren descomposturas de mofles, ruidos por todos lados, amortiguadores guangos, muelles agotadas y en general carcachas circulando por la ciudad. Los riñones de los ciudadanos también sufrieron el zangoloteo.
Hoy eso ha venido cambiando, pues el nuevo gobierno ha puesto en marcha un programa de rehabilitación de calles con empedrados nuevos, con tienen la caracteristica de tener unos rodamientos para los automotores de piedra también, pero ahogado en cemento que le dan más estabilidad a la conducción. Que así sigan en las calles que faltan.
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