03 enero 2009

ACAPONETA, EL COMETA HALLEY Y EL ARRIBO DEL PRIMER TREN



--PRIMERA DE TRES PARTES--
POR: JUAN FREGOSO FLORES (Publicado en el Periódico Express).
La primera máquina llegó el 1 de enero de 1910 Acaponeta, Nayarit. En la en la primera década del siglo XX, cuando gobernaba el país el General Porfirio Díaz Morín, arribó por vez primera el primer Ferrocarril a la ciudad de Acaponeta, explica en entrevista para este diario “Express” el connotado historiador acaponetense, Néstor Salvador Chávez Gradilla. El escritor habla de los grandes sucesos de aquella época, entre los cuales se anunció la llegada del Cometa Halley, el que según la creencia de la gente anunciaba magnos acontecimientos futuros, entre los cuales figuraba la llegada del primer tren. Nuestro país, cuenta, seguía siendo gobernado por Don Porfirio Díaz, mientras que el territorio de Tepic, que aún no alcanzaba el rango de estado, era gobernado por el Jefe Político (hoy conocidos como gobernadores), el General porfirista Don Mariano Ruiz y el municipio de Acaponeta por el Prefecto (actualmente presidentes municipales), Luís Peregrina, quien se esforzaba por concluir el edificio de la Presidencia Municipal antes del 16 de septiembre de 1910. Chávez Gradilla comenta que efectivamente con la aparición del Cometa Halley se desencadenaron una serie de sucesos, pues por principio de cuentas vino el derrocamiento de Porfirio Díaz, tras iniciar la revolución Don Francisco I. Madero. Luego, en 1914, comenzó la Primera Guerra Mundial, y en 1917 la revolución comunista derrocó y asesinó al Zar y a su familia; surgieron también los primeros vehículos motorizados y empezó la era de la aviación. Para los acaponetenses de entonces, la llegada del Ferrocarril significaba un gran acontecimiento largamente esperado, ya que al contar con este medio de transporte se acabarían los prolongados y cansados viajes a caballo y en diligencias, así como los transportes de cargamentos en arriadas de mulas, en lomo o jalando carretones, pero principalmente, las penalidades que sufría la gente por lo desastroso de los caminos y que la exponían a ser presa de asaltos por las gavillas de bandidos que en ese tiempo asolaban el territorio, por lo tanto, con la llegada del Ferrocarril se acabaría esa zozobra. De acuerdo con la opinión del historiador, en 1880, la empresa norteamericana de ferrocarriles denominada “Atchitson Topeka & Santa Fe” consiguió la concesión para la construcción del Ferrocarril en el estado de Sonora, logrando con ello unir al vecino país del norte con las principales ciudades de dicho estado, el cruce fronterizo quedó en la ciudad de Nogales, y la obra se terminó el 11 de octubre de 1882 con la construcción de 424 kilómetros de vía. Años después, el General Porfirio Díaz celebró un convenio con los Estados Unidos de Norteamérica, se acordó entonces adquirir en calidad de arrendamiento los ferrocarriles de Sonora, con el fin de continuarlos por la costa del Pacífico hacia el interior de la República. En 1902, Don José Ives Limantour, a la sazón Secretario de Hacienda, mantenía pláticas con el Ingeniero Francis Butterfield, el cual ya había visitado la ciudad de Tepic, con el interés de construir un Ferrocarril. Butterfield vino con la representación del señor Warfield, un importante empresario ferrocarrilero en los Estados Unidos. Como resultado de estas gestiones en 1905 se firmó el contrato entre la Secretaría de Comunicaciones de la República Mexicana y el señor J.A. Nougle, quien era el representante legal de la Southern Pacific Com., para la construcción de la vía férrea, desde el estado de Sonora hasta Guadalajara, Jalisco, no obstante a que había comenzado ya la edificación de algunas estaciones ferroviarias. Cuando se conoció tal acontecimiento, diferentes firmas económicamente fuertes en la región, se interesaron por el proyecto y buscaron adquirir terrenos por donde pasaría la vía, tomando en cuenta el enorme valor que estos adquirirían en el futuro. Néstor Chávez, relata que algunas de esas familias fueron Los Menchaca, Leopoldo Romano, Carlos Fenelón, Francisco e Ildefonso Rivas, Eugenio Hildebrandt, Gonzalo Gangoiti, Los Maisterrena, Carlos Castilla, Tomás Andrade, La Casa Aguirre, entre otros. (Primera de tres partes).

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