Por: José Ricardo Morales y Sánchez HidalgoEn varias ocasiones hemos escuchado al presidente municipal de Acaponeta, Dr. Saulo Alfonso Lora Aguilar, declarar ante la población o los distintos medios de comunicación que él no se considera un político y pienso que el mensaje que intenta dar confunde a quien los escucha, porque distorsiona los conceptos. La última vez que lo hizo fue en la reunión que tuvo con los locatarios del mercado “Ramón Corona” según me platicó un comerciante.
Pienso que el primer edil, de buena fe dice eso, porque no quiere –y tiene razón—que la ciudadanía lo confunda o compare con un grillo. Son dos significados diferentes, uno es la política, del griego “politikón”, que es todo lo relacionado con los ordenamientos de la ciudad; y el otro es la pura y llana “grilla”, mexicanísimo vocablo popular que compara al insecto artrópodo, con esos otros bichos que hacen del servicio público, una oportunidad para enriquecerse a costa del erario público o adquirir efímero poder con el cual lucrar y exhibir su falta de ética para acceder a un estatus social que le es ajeno o vedado y vivir de la corrupción, económica y moral. Viéndolo así, Lora Aguilar tiene razón para desentenderse de ese sector tan aborrecido por la comunidad.
Sin embargo, el término “política” implica conceptos muy elevados y dignos –aunque nos pueda parecer increíble, que un político –“grillo”—lo sea; ya que esta actividad humana, tiene que ver con la dirección de acciones de estado que persiguen el beneficio de la población; lo cual es justamente para lo cual el pueblo eligió al Dr. Saulo. La política no es más que una serie de actividades que tienen objetivos comunes para una dirigencia y sus seguidores a los cuales llamamos comunidad o grupo social. Ya Aristóteles, al cual nos seguimos remitiendo a pesar de sus casi 2 mil 400 años de antigüedad, calificó al hombre como “animal político” y considera que todo Estado –incluido lo que hoy conocemos como municipios-- está conformado por una asociación de familias que tienden a un bien común y que todas las asociaciones de hombres hacen lo que les parece “bueno”, que sinceramente creo es lo que persigue Lora Aguilar, de ahí su repudio contumaz a ser considerado un político-grillo, precisamente porque estos hacen los contrario. Para el gran filósofo nacido en Estagira, el Estado estará siempre antes que la familia y los propios individuos, porque consideró que el todo está siempre por encima de las partes, ya que destruido el primero, las partes no tendrían ya sentido.
En esa misma línea, se equivoca el Dr. Saulo al decir que no es político, lo es, si es que busca el bien común, el del servicio, concepto muy mangoneado y pervertido por los “grillos”. La responsabilidad del mandatario municipal, en estos momentos va más allá de sus muy particulares conceptos, ha pasado su ideología a ser la del pueblo –o al menos así debiera de ser--, ya lo dijo Thomas Jefferson: “Cuando alguien asume un cargo público, debe considerarse asimismo como propiedad pública”, dicho de otra manera, para el pueblo Saulo es un político, aunque a él así no le parezca.
Desde mi punto de vista, y conste que soy tan solo una de las más pequeñas partes del Estado que propone Aristóteles, el presidente municipal actual no es un “grillo”, llegó al poder, por las circunstancias que hayan sido, como un ciudadano común, con buena imagen, excelente reputación como vecino, profesionista y ciudadano –la palabra “ciudadano” tiene mucho que ver con la política--, y nadie lo ubica del lado de la “grilla” o la “polaca” ramplona y rupestre, que se estila en Nayarit y Acaponeta; veo a Saulo como lo vería el sociólogo Max Weber, quien dijo que el político –ese desde el punto de vista que lo estamos viendo--, debe tener amor apasionado por su causa, ética de su responsabilidad y mesura en sus actuaciones. Si Lora no ofrece eso a los acaponetenses, entonces será un vulgar “grillo” como muchos de los que hemos sufrido y la historia lo marcará. Debe el primer edil, cambiar su discurso.
Pienso que el primer edil, de buena fe dice eso, porque no quiere –y tiene razón—que la ciudadanía lo confunda o compare con un grillo. Son dos significados diferentes, uno es la política, del griego “politikón”, que es todo lo relacionado con los ordenamientos de la ciudad; y el otro es la pura y llana “grilla”, mexicanísimo vocablo popular que compara al insecto artrópodo, con esos otros bichos que hacen del servicio público, una oportunidad para enriquecerse a costa del erario público o adquirir efímero poder con el cual lucrar y exhibir su falta de ética para acceder a un estatus social que le es ajeno o vedado y vivir de la corrupción, económica y moral. Viéndolo así, Lora Aguilar tiene razón para desentenderse de ese sector tan aborrecido por la comunidad.
Sin embargo, el término “política” implica conceptos muy elevados y dignos –aunque nos pueda parecer increíble, que un político –“grillo”—lo sea; ya que esta actividad humana, tiene que ver con la dirección de acciones de estado que persiguen el beneficio de la población; lo cual es justamente para lo cual el pueblo eligió al Dr. Saulo. La política no es más que una serie de actividades que tienen objetivos comunes para una dirigencia y sus seguidores a los cuales llamamos comunidad o grupo social. Ya Aristóteles, al cual nos seguimos remitiendo a pesar de sus casi 2 mil 400 años de antigüedad, calificó al hombre como “animal político” y considera que todo Estado –incluido lo que hoy conocemos como municipios-- está conformado por una asociación de familias que tienden a un bien común y que todas las asociaciones de hombres hacen lo que les parece “bueno”, que sinceramente creo es lo que persigue Lora Aguilar, de ahí su repudio contumaz a ser considerado un político-grillo, precisamente porque estos hacen los contrario. Para el gran filósofo nacido en Estagira, el Estado estará siempre antes que la familia y los propios individuos, porque consideró que el todo está siempre por encima de las partes, ya que destruido el primero, las partes no tendrían ya sentido.
En esa misma línea, se equivoca el Dr. Saulo al decir que no es político, lo es, si es que busca el bien común, el del servicio, concepto muy mangoneado y pervertido por los “grillos”. La responsabilidad del mandatario municipal, en estos momentos va más allá de sus muy particulares conceptos, ha pasado su ideología a ser la del pueblo –o al menos así debiera de ser--, ya lo dijo Thomas Jefferson: “Cuando alguien asume un cargo público, debe considerarse asimismo como propiedad pública”, dicho de otra manera, para el pueblo Saulo es un político, aunque a él así no le parezca.
Desde mi punto de vista, y conste que soy tan solo una de las más pequeñas partes del Estado que propone Aristóteles, el presidente municipal actual no es un “grillo”, llegó al poder, por las circunstancias que hayan sido, como un ciudadano común, con buena imagen, excelente reputación como vecino, profesionista y ciudadano –la palabra “ciudadano” tiene mucho que ver con la política--, y nadie lo ubica del lado de la “grilla” o la “polaca” ramplona y rupestre, que se estila en Nayarit y Acaponeta; veo a Saulo como lo vería el sociólogo Max Weber, quien dijo que el político –ese desde el punto de vista que lo estamos viendo--, debe tener amor apasionado por su causa, ética de su responsabilidad y mesura en sus actuaciones. Si Lora no ofrece eso a los acaponetenses, entonces será un vulgar “grillo” como muchos de los que hemos sufrido y la historia lo marcará. Debe el primer edil, cambiar su discurso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario