Una de las mayores vergüenzas que había en el Palacio de Gobierno de Acaponeta, sin mencionar a algunos funcionarios que por ahí han pasado y se han convertido en nuevos ricos; era su horrible y descuidada sala de cabildos. Era inexplicable que un lugar donde se tomaban las decisiones más importantes del municipio, estuviera en tan lamentable estado. Sus paredes totalmente sucias y con apenas una capa de pintura cada seis años o más; de los techos colgaban tiras de telarañas llenas de polvo y moscas adosadas; las paredes llenas del lodo que produce el comején. En ocasiones ese espacio era una bodega llena de cajas de archivo muerto u otros elementos que nada tenían que hacer en el lugar donde en ocasiones se recibe a los más importante personajes que visitan el municipio o traen apoyos para la ciudad y sus comunidades. En sus paredes colgaban las fotografías de los expresidentes municipales, pero fueron colocados con tan mala gana y desgano, que estaban pegadas uno a otro las imágenes de los alcaldes, sin ninguna separación entre ellos, lo que daba un aspecto muy poco estético y sin gusto.
La hermosa y vieja mesa donde se celebran las reuniones de cabildo, era sin duda una pesadilla, pues por décadas no recibió una manita de barniz o una lijadita de lástima; había incluso rayados en su superficie aparecían los nombres de algunos que nunca respetaron ese lugar tan importante del pueblo. En fin que la sala de cabildos de la Atenas Nayarita, parecía la sala de reuniones de una tribu africana, depauperada y miserable.
Hoy eso terminó pues dos funcionarios públicos se dieron la tarea de cambiar la fisonomía de esta sala ubicada en una de las esquinas de la vieja casona de la calle Morelos; Salvador Santoyo Contreras, Director de Obras Públicas y Francisco Aguilar Flores, dieron indicaciones para transformar el cochinero que era, por un espacio digno y respetable: primero se hizo limpieza a fondo, se pintó y se retiraron las señales de comején, incluso a sus muros, parte de esa pintura da la apariencia de madera adosada a los mismos. La mesa fue totalmente rehabilitada, con un brillante trabajo de ebanistería. Fueron retiradas las cajas de archivo muerto y todo aquello que no tenga que ver con el trabajo colegiado que ahí se realiza. Las fotografías de los ex primeros ediles, serán debidamente acomodadas en un solo muro y en la pared opuesta lucen ya los escudos del Estado de Nayarit y del municipio, que flanquearán una imagen institucional del Ayuntamiento. Se han colocado estantes para una computadora y espacio para una cafetera, agua y galletas. En fin que aquello ha cambiado y si se quiere presumir de cambios profundos en la política municipal, con detalles pequeños como este se comienza. Es la sala de cabildos y no la bodega de un tendajón de abarrotes.
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