Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo
Los políticos, esos seres que nos prometen el cielo, la luna y las estrellas cada tres o seis años, tienen como palabra principal en su reducido vocabulario la de “democracia”, que intuyo que ellos toman como “demosgracias” y en su decir, estos tipos pregonan la igualdad para todo. Según sus premisas todos somos iguales, o sea, ellos –Dios nos libre—son iguales a Usted y a mí, amables amigos, quieren o suponen que somos la viva imagen de Andrés Manuel López Obrador, paladín de la democracia; a Roberto Madrazo Pintado (¿será que en las mañanas cuando salgo a correr un rato, corto camino y me engaño a mí mismo?). ¿Igual a Fox? Mejor dígame perro; ¡Josú! A Elba Esther Gordillo, soy feo, pero no es para tanto, de cualquier modo dicen que el hombre es como el oso, entre más feo más hermoso y yo pienso que la Gordillo es como el oso, entre más feo “pior” para él. Es decir, a los ojos de la pobre y tan manoseada democracia, todos somos iguales. Lo que no dicen es que hay algunos que son más iguales que otros y vea porqué amigo de PUERTA NORTE.
Los que sobreviven con el salario mínimo, vieron con pesar , honda decepción y desgastante preocupación, que la comisión de los salarios mínimos autorizó un “aumentote” del 4.6%, lo cual es algo así como dos pesos diarios pasaditos. Los diputados federales de todos los partidos se rasgaron las vestiduras y gritaron a los cuatro vientos –alternativa que les da la democracia--, que aquello era insuficiente para solventar la pérdida del poder adquisitivo provocado por la inflación galopante del 2008, bla-bla-bla y bla. En cambio estos mismos legisladores se aumentaron de golpe y porrazo el sueldo de su “tan difícil y agobiante” trabajo en más de 5 mil pesos al mes. ¿Chido no, cuál crisis?
A nivel local, las cosas no andan tan alejadas de lo que sucede en San Lázaro, pues los diputados locales de Nayarit, tuvieron a “bien” otorgarse un bono de fin de año por 250 mil pesos para cada chango, para la compra de vehículos. ¿Cómo jijos de la jijurria, va a andar los legisladores nayaritas en un trinche “vocho”? se dieron a sí mismos, esa lana debe ser para buscar un buen auto, como haríamos Usted y yo amigo lector, si alguien nos regalara como a ellos esa cantidad de billetes, pues si son 30 vaquetones estamos hablando de 7 millones y medio de pesos, como construir una o dos escuelas bien dotadas de todo. ¿Cuál crisis?
Siguen bastos. El dilecto señorón Guillermo Ortiz Martínez, actual Gobernador del Banco de México y que por años y sexenios ha estado en puestos públicos de primer nivel; tiene en su posición de economista del Banco Central un sueldo que según marca la confusa página del Banco, una remuneración como integrante de la junta de gobierno de hasta 185 mil pesos. Como eso no le alcanza al buen Memito Ortiz, se consiguió una chamba extra como dirigente del Banco de Pagos Internacionales, con sede en Suiza, así que el señor que eleva o disminuye la inflación, tendría que correr de México a Suiza donde presidiendo ese banco de bancos, ganaría también butibilletes de a montón. Él, como cualquier obrero en crisis, no había considerado renunciar para tener así dos “entraditas” o “chivos” para llevar a casita, pero ante la presión de los medios, definitivamente se va en febrero y no hasta diciembre ganando el doble como había planeado. ¿Cuál crisis?
En casi todos los gobiernos estatales, de frente a la supuesta crisis, se han dado a la tarea de aplicar ajustes presupuestales y políticas severas de austeridad. Pero en estas nunca de los nuncas contemplan rebajar los altos sueldo a los funcionarios. Nayarit, no es la excepción y ya anunció y se están aplicando esas estrategias austeras que no contemplan lo que se menciona. Vino un senador nayarita y justamente hizo ese comentario, pero nunca hizo la aclaración si los senadores de la República harían lo propio en bien del país, en acto honroso. ¿Cuál crisis?
Podemos enumerar decenas de casos como los anteriores en todos los niveles de gobierno, solo el pueblo sufrido, patrón de todos ellos, ve con tristeza que la crisis sí es una realidad en el mercado, en el comercio local, en la tienda del súper, en las gasolineras, en los hospitales, en las farmacias, en las cajas de los centros educativos, en los impuestos. La inflación galopa desbocada, la mentira sigue en boca de los funcionarios que pintan la terrible realidad de color de rosa. Los vemos a ellos y decimos: ¿Cuál Crisis?
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