23 enero 2009

NO QUIEREN LA CONSTRUCCIÓN DE UN SEGUNDO PISO EN EL MERCADO




Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

El pasado jueves, los comerciantes del mercado “Ramón Corona” recibieron la visita del Presidente Municipal, Dr. Saulo Lora Aguilar, quien fue a proponerles la construcción de un segundo piso al viejo inmueble construido en 1936 durante el gobierno estatal de Francisco Parra Ortiz. Sin llevar ningún proyecto o mostrar una maqueta que ilustrara la idea de agregarle un piso superior a la mencionada plaza comercial, los comerciantes escucharon atentamente lo que el primer edil les proponía, pero no acabó de convencerlos y sin duda tienen razón. Veamos por qué.
Históricamente los gobiernos municipales han creado un monstruo que se llama “Mercado Ramón Corona”, es este un espacio comercial donde la impunidad y el desorden son el modus vivendi de un comercio local que no acaba de comprender que solo organizados podrán progresar y quizá, elevar sus ventas y expectativas de crecimiento. Durante décadas los Ayuntamientos no han hecho valer los reglamentos del mercado, el último publicado en el gobierno de Efraín Arellano, y han dejado que los vaivenes de la política y la conveniencia grillera se apoderen de casi todos los rincones de este sitio de convivencia ciudadana.
Incluso, muchas de las decisiones que ahí se han tomado, se han dejado en manos de individuos sin escrúpulos que solo buscan llevar agua a su molino, abanderados o cobijados por organizaciones como la CTM. El caso de un lidercillo de cuarta que ha vivido a expensas del mercado, de hacer trampa y aprovechar su cercanía con los políticos de peso, es clásico y en la historia del inmueble quedará como negra mancha el nombre de esa persona. Por esa razón el banquetón del mercado es un caos, que ha dañado a los locatarios del interior que ven a diario los pasillos vacíos de clientes, pero llenos de deudas y compromisos.
La idea, al parecer es hacer un segundo piso, para ahí reubicar a los comerciantes que están sobre el banquetón, lo mismo las camaroneras, que los que venden frutas y verduras y un sinfín de productos. Eso en el papel suena bien, pero la realidad es otra, triste y apabullante. Recuérdese la construcción del “mercadito” Gardenia, del otro lado de la vía del ferrocarril al norte de la ciudad, que fue precisamente para reubicar a los mismos que hoy quieren hacer subir a la segunda planta; nadie se fue para allá y si no fuera por algunos heroicos minoristas que se resisten a morir económicamente hablando, ese inmueble sería considerado un “elefante blanco”. Exactamente lo mismo va a suceder en el “Ramón Corona”, nadie, puedo preverlo, se subirá al segundo piso y dejará su espacio para que venga otro y lo ocupe en nombre de la CTM, CNOP, CROM, PRI, PAN, PRD o las decisiones de algún síndico sin ética que lo repartirá entre sus parientes.
Si el señor presidente municipal, acompañado de su síndico y los “talentosos” asesores, se dieran una vueltecita por el mercado, se darían cuenta de que a diario, alguien toma por asalto la banqueta del lugar y se aposta a vender mercancía, sin que nadie lo diga nada o lo moleste. La gente del Ayuntamiento es ciega o de plano hace de la “vista gorda” para no poner orden y concierto a un lugar que sigue igual casi desde que se inauguró. Son tan distraídas las autoridades municipales que no se dieron cuenta, ahora en diciembre, que en los puestos de venta de la Unidad Deportiva, había varios comerciantes fraudulentos de discos piratas ofertándose libremente y el propio ayuntamiento llevaba ganancia de ese comercio ilegal, pues les cobraba la cuota correspondiente.
Se imagina el amable lector de PUERTA NORTE, que las camaroneras dejaran su lugar en el ala norte del mercado para subir las escaleras de la segunda planta proyectada por Saulo y su gente. Sencillamente al día siguiente, camaroneras llegadas de solo Dios sabe dónde, ocuparían ese espacio y venderían en una hora, lo que las demás en todo el día.
Como nadie aplica reglamentos y menos sanciones, aquello no tiene pies ni cabeza. El más grande mal de este lugar es la impunidad y la inacción de los gobiernos municipales para coaccionar si hace falta, señalar siempre al infractor, conjuntamente con la asociación de locatarios. Sin embargo, las más de las veces están peleados unos con otros y nadie avanza; súmele a eso que en ocasiones la autoridad coloca como administradores del mercado a inútiles o rateros que solo llegan a enfrentar y hacer enojar a los comerciantes.
Otro problema es que, la gente con trabajos entra al actual mercado, subir, sería un esfuerzo que muchos no se permitirían y menos las personas de la tercera edad. Total que el caso está como para la araña de Tobi y no hay nada definitivo aún, pues los comerciantes y locatarios quedaron de dar una respuesta días más adelante. Veremos.

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