TODOS QUEREMOS QUE LE VAYA BIEN A SAULO , ESO ES UNA REALIDAD

Por: José Ricardo Morales y Sánchez Hidalgo

Hay mucho de qué hablar sobre el controversial tema de la remodelación del mercado “Ramón Corona”, quizá comenzando por ese hecho, de que se tornó polémico por la actitud del gobierno municipal, que no informó a los principales afectados sobre el particular de manera clara. Todos, dicen algunos, debemos decidir sobre el mercado. Yo digo que no, que si bien tenemos derecho a opinar, lo más coherente es que se tomen en cuenta las voces de todos y en consecuencia consensar. Es decir, como cliente que soy de ese centro comercial, deseo llegar a un lugar limpio, arquitectónicamente agradable, ordenado, bien surtido y donde todo marche como relojito. Sin embargo, para que eso suceda deben entrar en funciones varios actores o que se conjunten, diversos conceptos o circunstancias: primero la autoridad que debe administrar ese lugar con las leyes y reglamentos existentes en la mano y con firmeza, los cuales se hallan en los escritorios oficiales, pero no se aplican: Reglamento del Mercado, Bando de Policía y Buen Gobierno, los Reglamentos de Salud, los Reglamentos de Construcción y de Imagen Urbana, etc. Debe esa instancia garantizar, entre otras cosas los servicios públicos como el agua, la vigilancia, el drenaje, el servicio de limpia y que nadie venga y ocupe espacios que no le corresponden. ¿ Todo esto se da o existe sin problemas? la respuesta es que el trabajo de aplicar y hacer valer esos estatutos simplemente no se hace. Los locatarios, por otro lado, son elementos principalísimos del mercado “Corona”, tanto los del interior, como los que se ubican en el banquetón, los cuales en ocasiones son culpables también –siendo sinceros-- de la falta de respeto a los reglamentos arriba mencionados, de la suciedad que a veces notamos, de los malos olores, de las moscas, del desorden de los espacios del banquetón, de las ratas que proliferan en la zona centro de la ciudad. Otra instancia a considerar es el INAH, que salvaguarda el inmueble catalogado por el propio instituto como monumento histórico, lo cual no se ha hecho a pesar de que dijo lo contrario el presidente. Hasta los proveedores tendrían derecho a opinar sobre el tema, porque sufren al llevar mercancía hasta los locales comerciales. No debe dejarse de lado a los comerciantes que rodean el inmueble, pues en la medida que la gente se acerca al lugar, será como se incrementen o disminuyan sus ventas. La Delegación de Tránsito también tiene vela en el entierro.
Alguien ha escrito al blog, criticando acremente que no se quiere el perfeccionamiento del pueblo, que se debe dejar al primer edil que construya tal como hasta ahora pretende, que al mercado le hace falta la reconstrucción, que los que no estamos de acuerdo somos enemigos del progreso. Hasta donde yo sé, nadie, NADIE, se ha negado a que la plaza comercial luzca bella y con todos los elementos necesarios para funcionar. Nadie, ni el dirigente de los locatarios, ni sus agremiados, ni los comerciantes del banquetón, han dejado en el aire un rotundo NO a la remodelación del lugar. La prensa tampoco. Por el contrario, todos, comerciantes del mercado y de sus alrededores, clientes, las mismas autoridades, vecinos, proveedores, historiadores, periodistas, tirios y troyanos, deseamos ver algo de lo cual enorgullecernos, de lo que se pueda presumir. A todos nos gusta lo bonito, lo estético, lo que huele bien, lo brillante, lo reluciente, lo que huela a pintura fresca, lo que nos indique que vamos con rumbo, ahora sí, precisamente al progreso. Por todo eso, queremos cada uno de nosotros la rehabilitación del “Ramón Corona”. Sin embargo cuando a la población se le mantiene desinformada o en la ignorancia más absurda, se desestima al pueblo y se le obliga a que piense lo que mejor le plazca o lo primero que le llegue a la mente. Ese ha sido el principal error del Ayuntamiento del Dr. Saulo, no informar, ni a tiempo, ni a destiempo. Aún ahora, no tenemos los ciudadanos una idea clara de lo qué se quiere hacer. Vivimos en la sociedad de la información, por lo que es un pecado no hablar con claridad, sobre ese y cualquier tema. Es tan instantánea la información hoy en día, con las nuevas tecnologías, que alguien dijo por ahí que incluso ya no quedaba tiempo ni para hacer historia –lo cual es una exageración--, pero nos da idea de lo primordial que es tener a una sociedad debidamente enterada.
Supimos que hubo una reunión entre la autoridad municipal, encabezada por el Presidente Municipal y los la Unión de Locatarios del Mercado “Ramón Corona”, que lidera el Sr. Tomás Espinosa Juárez al frente de 98 comerciantes todos presentes en la asamblea, cabezas de otras tantas familias, estuvieron ahí, puntuales a la cita, precisamente para que les explicaran con claridad el proyecto de remodelación que proponen Saulo y sus colaboradores. Según nos dicen, las cosas se salieron de control. Por principio de cuentas, el primer edil no llegó con los funcionarios que están enterados del programa de rehabilitación del centro comercial, los responsables de Coplademun, no llegaron o no fueron invitados, quizá sus múltiples ocupaciones les impidieron llegar a la junta. En cambio muy presentables estaban otros directores que llegaron en bloque como queriendo demostrar unidad y solidaridad con el alcalde acaponetense, algunos regidores que más buscaron hacer grilla que ofrecer soluciones, ahí estaba el director del Registro Civil, el Contralor y otros que nada saben de expedientes técnicos, proyectos y´planeación de la obra pública. Ningún plano, maqueta, dibujo, expediente ejecutivo o algo que diera cuenta a los presentes del motivo de la reunión. Vamos, ni siquiera el largo discurso presidencial llevaba en su estructura mención alguna, relevante del tema que a todos llevó ahí. Por el contrario, habló Saulo mal de los partidos políticos, de algunos regidores, del propio Gobernador del Estado –esto ha preocupado de muchos ciudadanos, pues nuevamente podemos quedar al margen de los apoyos, por pleitos de este tipo o malentendidos perjudiciales--, de la administración pasada, de los actos de corrupción que alega conocer; me dicen que hasta se hizo mención de ciertos funcionarios de su administración que no han jalado al parejo; de un sector de la ciudadanía que no lo comprende. Finalmente se habló mal de los medios de comunicación por las críticas que algunos hemos vertido sobre lo que consideramos está mal o va en contra de los intereses del pueblo. La crítica siempre es molesta si no es a favor de uno, eso cualquiera lo entiende, es la naturaleza humana. Entiendo al periodismo como una instancia incómoda; la crítica y las previsiones de solución deben hacerse a tiempo y no cuando ya no tienen remedio, esa es nuestra función, incluso concuerdo con Abraham Lincoln que dijo: "tiene derecho a criticar, quien tiene un corazón dispuesto a ayudar". Muchos, hasta la prensa, con sus opiniones piensan que así ayudan. En contraparte el alcalde tiene la idea de que la crítica es mala, dañina y va contra de él como persona; craso error, son pocos, muy pocos los que lo quieren ver caído; de eso puedo dar fe, como periodista. Aquellos que no queriendo a Acaponeta, desean que al primer edil le vaya mal, para que, por razones políticas, quede “demostrado” la incapacidad de su partido. A pesar de estos hechos y modos de actuar de unos cuantos, la gran mayoría, los que deveras queremos a Acaponeta, los ciudadanos como el presidente, le deseamos al Dr. Lora que le vaya bien, que las cosas se le den como en bandeja de plata, pues así todos saldremos beneficiados.

Esa sensación de ser el centro de las críticas de la población que no lo quiere, ha llevado al presidente a perder el rumbo, como le sucedió en la pasada sesión en el mercado. Es verdad, por ahí hay cosas que se dicen del mandatario estatal y de su grupo de funcionarios, regularmente mitotes y exageraciones; pero ante la desinformación, ante la cerrazón de dar cuentas a la gente que lo llevó al poder, le puede resultar al galeno, lo que alguna vez el escritor Oscar Wilde opinó: “Resulta de todo punto monstruosa la forma en que la gente va por ahí hoy en día criticándote a tus espaldas por cosas que son absolutamente y completamente ciertas”. Aguas presidente, hay que abrirse a la información veraz, oportuna y transparente. Ninguna nota tenemos del mercado.
Entre los que recibieron las pedradas presidenciales, estuvo la prensa y muy ofendido se manifestó el edil, por los decires y comentarios de algunos medios, que con justeza le señalan algunos desaciertos de él o de su gabinete. Eso ha molestado mucho a Lora Aguilar y yo preguntaría: ¿si no puede aguantar críticas de ese tipo, algunas de ellas –con perdón y con respeto lo digo—francamente ridículas, como molestarse porque en una nota de El Eco de Nayarit se señaló que habría una reunión “urgente” de los locatarios con Saulo, entonces a que se llegó a la silla presidencial? Como personaje público, como cabeza de un Ayuntamiento, como el primer ciudadano de un municipio regular como el nuestro, es imposible pensar que no se le van a señalar actitudes, malas decisiones o francos errores de una administración, además claro de sus aciertos que también son muchos. Esto ha convertido a nuestro presidente en paranoico, ve enemigos por todos lados y, lo peor, está cayendo en la absurda filosofía perredista o lopezobradorista que dice: “si no estás conmigo, estás contra mí”. Por ello, pienso yo, que el alcalde de Acaponeta se hace rodear por un ejército de funcionarios que conforman un círculo interno muy cerrado, tanto que no fluyen las ideas, ni entran y al parecer no salen tampoco, cayendo poco a poco en el mal de los dictadores que forman a su alrededor fuerte coraza de acero porque saben que solo así pueden vencer, contrario a la democracia que se presenta encuerada porque su único fin es convencer y hoy por hoy el discurso de Saulo a nadie convence, simple y llanamente en el mercado no hubo diálogo.
A pesar de todo, lo digo con sinceridad señor Presidente, sigo creyendo que Usted es una buena persona que desea lo mejor para Acaponeta que es de aquellos que prefieren entablar relaciones con personas que hacen y producen cosas, que con monos que critican lo que otros hacen. No todos los de la prensa son o somos así, dice el dicho: “a Dios rogando y con el mazo dando”, criticando y proponiendo diría su servidor.
Caray, lo más fácil era llegar al mercado con reducida comitiva, con respeto, como me dicen que fue recibido por las autoridades de los locatarios, sentarse a dialogar, exponer su proyecto, debatir luego de escuchar la voz de los más afectados, hacer hablar a los funcionarios conocedores del tema, acordar asuntos, agendar ideas y darles una satisfacción a los que escuchaban y promover más reuniones de ese tipo en el futuro. Lejos estuvo de eso, se prefirió el discurso sin forma, los señalamientos graves en contra de todos; se descartó la retórica sana y productiva; se prefirió el ataque y el reproche que tanto cuestiona el edil acaponetense. Que contradicción, se queja Saulo de los ataques y en la reunión llenó de plomo a todo lo que se movía. Finalmente no hubo acuerdo y hasta se mintió, pues no es verdad que al INAH le hayan presentado el proyecto. No importa, más se perdió en la guerra de Irak, aún es tiempo de recular, de dar marcha atrás, de recapacitar, del borrón y cuenta nueva, de demostrarnos que tiene la capacidad de la que muchos hablaron durante la pasada campaña política y que lo llevó al triunfo. LOS ACAPONETENSES NO DESEAMOS QUE EL AYUNTAMIENTO DIGA YO HICE ESTO, QUEREMOS DECIR: TODOS LO HICIMOS.