27 noviembre 2009

O TODOS HIJOS O TODOS ENTENADOS


Dice la poeta y escritora acaponetense Abigail Villalobos Quintero, que en Acaponeta todos somos familiares o lo vamos a ser. Es cierto y que bueno, pues habla de que somos una gran familia; pero por otro lado esta forma de relacionarnos, de manera “familiar”, puede tener algunas consideraciones negativas.
El comentario viene a colación porque nos damos cuenta que el Ayuntamiento local, encabezado por el Dr. Saulo Lora, ha lanzado un exhorto a los comerciantes de la ciudad para que no saquen a la banqueta sus mercancías, porque hoy por hoy, son muchos los que tienen invadidos y totalmente bloqueados los accesos al peatón, que tiene que hacer suertes malabares para sortear lo mismo un tinaco, que un lote de ropa y hasta un ropero, para poder pasar. Son muchos los comerciantes que invaden con los productos que ofertan hasta el arroyo vehicular, obligando al transeúnte a competir por el derecho de paso con autos y camiones.
Con el Bando de Policía y Buen Gobierno en la mano, el Ayuntamiento está dando de plazo hasta el próximo martes primero de diciembre para que los infractores corrijan su actitud y despejen las obstaculizadas aceras. El artículo 47, fracción XVI del mencionado reglamento dice: que son faltas punibles a la seguridad y al orden público las siguientes: servirse de las banquetas, calles o lugares públicos para el desempeño de trabajos particulares o exhibición de mercancía o comercio.
La fracción XVIII, explica que también es motivo de sanción obstaculizar las vías de tránsito de peatones y de vehículos.
Todo eso está muy bien y debe además ampliarse a toda la ciudadanía, pues no solo los comerciantes bloquean las banquetas, también los particulares comenten violaciones a la ley municipal, pues nos hemos encontrados increíblemente, hasta, motores de camiones impidiendo el paso de los paseantes. Incluso en alguna calle hemos descubierto como ciertos vecinos llegaron al extremo de hacer crecer su cochera hasta la banqueta, simplemente porque su automóvil no cabía en el espacio de su propiedad, ante una autoridad que no actuó en su momento y sancionó al que cometió esa aberración.
Y es aquí donde me remito al inicio de mi comentario, ya que un problema grande ha sido que los infractores son o somos parientes, amigos, compadres, concuños, amantes o compañeros de banca, de equis o tal funcionario municipal que, con alegre manga ancha, favorece que estas cosas sucedan y se reproduzcan. El problema en este tipo de acciones correctivas de gobierno, es que hay, hijos y entenados, unos favorecidos y los demás chusma, o lo que es lo mismo, lo que no es parejo es chipotudo, las sanciones si las hay, deben ser para todos, pues a uno solo que se le perdone, o que la autoridad le tenga miedo, porque también se da, por las causas que fueren y es que nunca faltan, amigos, los influyentes--, darán al traste con la iniciativa, pues no se puede castigar a unos y a otros dejarlos hacer lo que quieran.
En una ciudad, donde las banquetas son Reino Aventura, pues suben, bajan, se inclinan, se llenan de carretas de tacos, hot dogs, o discos piratas, donde hay que saltar jabas con jitomates como si aquello fuera una Olimpiada o una carrera de deporte extremo, se hace muy necesaria la acción de la autoridad municipal para solucionar un mal que se ha extendido también a los pasillos del Mercado “Ramón Corona”, donde cada día es más difícil el tránsito de personas. Aplaudimos desde aquí la medida y esperaremos a que a partir del día primero de diciembre, esto tenga visos de componerse, que se sancione al incumplido y que se apele a su buena actitud ciudadana, pero evitar esas penosas acciones. (PEPE MORALES)

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