28 enero 2010

LA NUEVA HISTORIA DE MÉXICO


Por: Héctor Algarín Espinosa


Las vestiduras se desgarran, las opiniones se dividen, nadie se pone de acuerdo, unos lo justifican otros lo condenan, en el contexto de la idiosincrasia del mexicano esto es "caldo de cultivo" con los ingredientes necesarios y suficientes para perder el tiempo (muy seguramente como lo hago en este momento).
A lo largo de la historia (de cada uno de nosotros) el tema es recurrente generacionalmente.
Los invito de la manera mas atenta a escribir otra historia no con colores tenues ni con personajes tele-novelescos, ni en lugares de ensueño, ni con ropas de reconocidas marcas o carros último modelo, sin partidismos, sin falsas expectativas pero sí, ¡con mucho optimismo!
Escribamos y dejemos constancia a nuestros descendientes de cómo deben de ser las cosas: de la disciplina que conlleva el trabajo, del amor y el respeto que debemos de tener por la naturaleza, por la vida propia y la ajena, por los valores humanos, sociales y de credo, actuar con honestidad, con mesura pero a la vez... ¡ser atrevidos!
Hemos caído en un estatus de duda, de temor, de envidia, estamos inmersos en un pantano en donde el mas apto saldrá adelante y rara vez se ve el esfuerzo colectivo para empujar en una sola dirección.
Estamos siendo invadidos en nuestro entorno por noticias fatalistas, increíbles por su concepción, malévolas, alarmistas y sensacionalistas, la imaginación (como nunca antes) rebaso la realidad.
Qué si tuvimos la desgracia de ser conquistados por España; Qué si La Malinche, Qué si se perdió más de la mitad del territorio nacional, Qué si los grandes traidores de la historia, Qué quién fue más corrupto: si Fulanito o Zutanito (se omiten nombres por salud mental), Qué si el error de diciembre (El efecto Tequila), Qué si los machetes de San Salvador Atenco, Qué si el Desafuero, Qué las culebras, víboras, alacranes y tepocatas, Qué el gobierno del empleo, Qué el que quitaría impuestos....
No les ocultemos datos a nuestros hijos, pero no permitamos que los abrumen con todo lo que a nosotros nos dijeron, lo que a nosotros nos hicieron....Somos el producto de una generación vejada, pisoteada, con escasos logros de los cuales presumir (con las honrosas excepciones de compatriotas que por un esfuerzo personal lograron sobresalir), pero de eso a que les contemos a nuestros hijos de todas nuestras penas históricas que nos endosaron y que algunos vivimos, no lo hagamos, no les demos falsas expectativas, pero tampoco les digamos de las penurias que se padecieron.
Hagamos un extracto, rescatemos lo positivo (que es mucho) lo bonito de nuestra historia (que es basta) desechemos la basura de todo lo que la historia (mal escrita) y que a base de machacarnos oficialmente nos han querido inculcar.
Seamos la directriz de una nueva generación de Mexicanos: Nuestros hijos, para que los hijos de nuestros hijos, hagan lo mismo. Eduquémoslos con valores, hagámoslos responsables, en un entorno tan corrupto, de fortunas mal habidas, de narcotrafico, de mentiras, es menester de todos y cada uno de nosotros (los papás) de ser los parteaguas de esta generación que apenas empieza...
La insolencia colectiva tiene un solo antídoto, la responsabilidad individual.
Estoy convencido que la grandeza de una nación comienza por aprender a mantenerla limpia y ordenada...está en nuestras manos.

Digo...nomás como comentario.

1 comentario:

PUERTA NORTE dijo...

Amigo Héctor:

No concuerdo contigo, a los jóvenes hay que mostrarles cómo fue la historia de nuestra nación, con todos sus triunfos o sonados fracasos. Aquí lo único es ver, que esa historia, no se la oficial, que se ha dedicado a crear semidioses y no ubicar gente de carne y hueso, con grandes virtudes, pero terribles defectos.
Saludos.

PEPE MORALES